Javier Castrodeza, secretario general de Sanidad.
A pesar de que las cifras del Ministerio de Hacienda hacían presagiar lo contrario, el gasto farmacéutico hospitalario se ha mantenido estable en 2017. Así lo ha asegurado Javier Castrodeza, secretario general de Sanidad y Consumo, quien ha informado de que la inversión real en este campo aumentó solo un 0,1 por ciento respecto a 2016.
En total, el gasto de las comunidades autónomas en medicamentos de hospital fue de unos 6.051 millones de euros (según las cifras del Ministerio de Sanidad, que suelen diferir de las del de Hacienda), de los que las innovaciones introducidas desde 2015 supusieron unos 2.300 millones. “Este discreto aumento en el coste de la innovación se compensa”, según Castrodeza, con la introducción de genéricos y biosimilares, nuevas fórmulas y mecanismos de financiación pública de los medicamentos y “la mejora de la gestión de las administraciones”. Ha asegurado que gracias a estas medidas “el modelo es sostenible incluso con la introducción de tratamientos disruptivos, como las nuevas terapias de hepatitis C”.
Concretamente, estos fármacos costaron unos 246,2 millones de euros el año pasado, “una cifra de inversión similar a la realizada antes de la puesta en marcha de la estrategia nacional de hepatitis C con antivirales mucho menos efectivos”, ha afirmado Castrodeza, quien ha calculado que, a día de hoy, ya hay unos 100.000 pacientes tratados contra esta enfermedad infecciosa, “con una respuesta viral sostenida en el 97 por ciento de los casos”.
Revisiones y ahorro
El secretario general de Sanidad ha abordado estas cuestiones durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Senado, donde ha reiterado que “si no se ha visto incrementado el gasto es gracias al continuo esfuerzo negociador” y las revisiones a la baja de los precios de medicamentos financiados pero todavía protegidos por patente. “Desde 2012 hasta noviembre de 2017 se ha logrado ahorrar unos 311 millones gracias a esta medida”.
Además, ha destacado la gestión de “nuevos acuerdos de sostenibilidad adicionales a la financiación pública de los medicamentos. Los techos de gasto y el coste máximo por paciente se están consolidando como herramientas con las que salvaguardar los principios de sostenibilidad y dar entrada a la innovación”. A día de hoy, hay ocho acuerdos vigentes de techo máximo de gasto, según el representante de Sanidad.
Por otro lado, y respecto a la incorporación de futuras innovaciones en el Sistema Nacional de Salud (SNS), ha asegurado que “las primeras terapias avanzadas no afectarán a la sostenibilidad del SNS. No obstante, si se mantiene la velocidad de creación de este tipo de terapias y no bajan sus precios, el sistema sí se puede enfrentar a un riesgo financiero”. Para abordar esta cuestión ha avanzado que el departamento desarrollará “modelos para que sean accesible tanto a nivel nacional como internacional”, en el marco de la medicina personalizada o de precisión.
Brecha económica
Por otro lado, Castrodeza ha afirmado que la pérdida de recursos en la sanidad no se ha traducido en una reducción del acceso a la salud. “La evolución de lo dedicado del producto interior bruto (PIB) a sanidad en los últimos años no se corresponde en un número mayor o menor de prestación o en una longevidad más o menos reducida”, ha indicado.
Es más: ha defendido que tanto el número de prestaciones como la esperanza de vida han aumentado, a pesar de que de 2011 a 2016 lo dedicado del PIB a sanidad se redujo 1.400 millones.
Por ello, bajo esta perspectiva, considera que las “diferencias considerables” entre autonomías en gasto sanitario por habitante “no siempre se reproducen en mejores o peores resultados en salud”.
Fuente: Redacción Médica