Teva, el mayor fabricante de medicamentos genéricos del mundo, cuya sede se encuentra en Israel, aseguró este jueves a través de un comunicado que despedirá a 14.000 trabajadores --alrededor de un 25% de la fuerza de trabajo-- a nivel mundial, mientras que la mayor parte de ellos saldrá del grupo el próximo año. Según apuntó, en los próximos noventa días serán informados todos los trabajadores que quedarán fuera de la plantilla.
Teva no ha hecho comentarios sobre cómo afectará este reestructuración de plantilla a su filial española, que cuenta con 960 trabajadores. El laboratorio dispone de una fábrica en Zaragoza, donde emplea a 460 operarios y desde donde salen 70 millones de unidades anuales de producto terminado hacia 30 países. Además, su equipo de comercial y de administración suma otros 500 empleados.
La empresa tuvo pérdidas por 4.925 millones de dólares (4.180 millones de euros) hasta septiembre, según los resultados presentados hasta el tercer trimestre. La empresa se ha dejado un 56% de su valor en en Bolsa en lo que va de año. Este gigante farmacéutico tuvo ingresos por 16.670 millones, un 10% más que el año anterior.
Una serie de adquisiciones cuestionables y costosas, junto con el retraso en el lanzamiento de algunos fármacos, según informó Reuters, se llevó por delante al anterior consejero delegado, Erez Vigodman, quien dimitió en febrero.
La compañía cerrará o desinvertirá en un número "significativo" de instalaciones de I+D, oficinas centrales y otras ubicaciones de oficinas en todas las geografías, al tiempo que suspenderá el dividendo de sus acciones ordinarias y revisará trimestralmente el de las acciones preferentes convertibles.
Con este plan, Teva pretende reducir sus costes en alrededor de 3.000 millones de dólares (2.535 millones de euros) a finales de 2019, frente a la base de costes estimada para este ejercicio de 16.100 millones de dólares (13.625 millones de euros), informa Europa Press.
No obstante, como parte del proceso, la farmacéutica prevé que el próximo año sus costes aumenten en al menos 700 millones de dólares (592 millones de euros), principalmente relacionados con los costes de indemnización y cargos adicionales posibles por el cierre o la desinversión en plantas.
En un comunicado a los trabajadores, Karl Schultz, presidente de Teva, explicó que "el plan de reestructuración tiene como objetivo reducir la base de costos totales de Teva en 3.000 millones de dólares para finales de 2019". Y concretó que a finales de 2018 se habrá hecho ya más de la mitad de la reducción prevista.
"Cualquier paso que tomamos es clave para asegurar la estabilidad de Teva, gestionar nuestra deuda y enfocar nuestro negocio para transformarnos en una empresa mucho más flexible", remarcó Shultz, que también informó de que los trabajadores que se vean afectados por los despidos recibirán una notificación sobre ello en los próximos 90 días.
Teva tiene una plantilla de 57.000 trabajadores en todo el mundo, de los que alrededor de 7.000 están en Israel, y es una de las empresas del sector industrial del país que emplea a más personas, informa Efe.
Implicaciones en Israel
Como parte del programa de reestructuración, Teva cerrará dos plantas industriales en Jerusalén, donde trabajan 1.100 personas, y quiere vender su fábrica de Kiryat Shmona, en el norte de Israel, informó el diario Haaretz.
El sindicato israelí Histadrut ha convocado una huelga general de varias horas en el país para el próximo domingo (día laborable en israel) como protesta contra los despidos y asegura que al menos 1.750 trabajadores perderán su empleo a causa los recortes.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió al presidente de la corporación en un mensaje público en su cuenta de Facebook que "minimice el daño a los trabajadores israelíes" y "realice todos los esfuerzos posibles para preservar la identidad de la empresa como compañía israelí".
Fuente: Cinco Días