Foto de grupo del taller de trabajo celebrado este jueves en Madrid.
La resistencia a los antibióticos (RAM) ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez principales amenazas mundiales para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Los datos ya lo demuestran: actualmente cerca de 1,3 millones de personas mueren al año en todo el mundo por infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos, lo que supone 45 muertes cada 5 minutos.
Y si no se encuentran nuevos medicamentos efectivos, el Banco Mundial estima que esta cifra alcance los 10 millones de muertes anuales en el año 2050, lo que supone que en el mundo habrá más muertes relacionadas con superbacterias resistentes que por cáncer.
El problema es que el descubrimiento de nuevos antibióticos no sigue el ritmo de la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, por lo que existe una necesidad urgente de descubrir y llevar antibióticos innovadores a los pacientes. Por este motivo, Farmaindustria organizó este jueves en Madrid un taller de trabajo con representantes de la Comisión Europea, la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), compañías farmacéuticas investigadoras en este campo, pacientes y expertos en salud y economía para avanzar en un trabajo común que haga frente de manera efectiva a esta pandemia silenciosa.
Y es que, como resaltó el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, en la apertura de la jornada, la realidad es que son muy pocos los medicamentos de este tipo que están en investigación y se da la circunstancia de que, a pesar de los enormes costes sociales que implican las resistencias a los antimicrobianos, los nuevos antibióticos no resultan comercialmente viables dado su uso moderado para preservar su efectividad.
“El reto fundamental consiste, pues, en superar la paradoja de que, por razones sanitarias, cada nuevo antibiótico va a ser escasamente utilizado, y por eso se deben buscar nuevas fórmulas que generen incentivos financieros sostenibles para los laboratorios que están trabajando en la investigación y el desarrollo de estos medicamentos”, asumió.
En este sentido, en la jornada se puso de manifiesto que las instituciones europeas y la industria farmacéutica innovadora están trabajando para encontrar una solución permanente que dé respuesta a esta paradoja. Una de estas medidas son los denominados bonos de exclusividad transferible, un tipo de incentivo recogido en la recién publicada propuesta de la Comisión Europea sobre la revisión de la legislación farmacéutica europea, y que concede a la compañía biofarmacéutica que investiga y desarrolla un nuevo antimicrobiano un bono o autorización para extender durante un año la exclusividad de comercialización de uno de sus productos en otras áreas.
“La industria farmacéutica apoya este tipo de incentivos, ya que reconocen el valor que estos productos aportan a la sociedad. No obstante, consideramos fundamental que las salvaguardas, criterios y condiciones de uso que finalmente se fijen para este incentivo se diseñen de forma adecuada y resulten un estímulo atractivo para promover la investigación y desarrollo de nuevas clases de antimicrobianos”, indicó Juan Yermo.
Sobre el desarrollo de estos bonos de exclusividad transferible, los participantes en la jornada pudieron conocer también la opinión por videoconferencia de las dos direcciones generales de la Comisión Europea más involucradas en este ámbito, tanto la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria (DG Sante), representada por Aleksandra Opalska, como de la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (DG HERA), con la participación de Damiet Onderstal. La visión europea se completó con la intervención de Kristine Peers, consejera general de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia).
Igualmente, en clave nacional, dio su visión durante la jornada el coordinador del Plan Nacional frente a la Resistencia a Antibióticos de la (Aemps) Antonio López Navas, que desgranó los planes de acción sobre reducción de uso de antibióticos que está llevando a cabo la Aemps desde el año 2014.
La experiencia tanto de las compañías innovadoras como de inversores sobre las barreras financieras, comerciales y científicas en torno a los antimicrobianos fue expuesta en la reunión por tres ponentes: Juanjo Infante, consejero delegado de la compañía farmacéutica española Vaxdyn, que investiga el desarrollo de vacunas que protegen contra bacterias resistentes a antibióticos; Christian Groendahl, consejero delegado de la compañía SNIRP Biome, y John Alter, representante del Fondo de Acción AMR.
Este fondo fue puesto en marcha por más de 20 compañías farmacéuticas innovadoras en 2020 para invertir de forma conjunta 1.000 millones de dólares para fortalecer y acelerar el desarrollo de antibióticos. Su objetico, detalló su representante, es llevar entre dos y cuatro nuevos antibióticos a los pacientes para el año 2030.
El taller de trabajo también contó con la participación de expertos en economía. En este caso, el profesor Félix Lobo, de la Universidad Carlos III; el profesor Manuel García Goñi, de la Universidad Complutense, y el economista Jorge Mestre-Ferrándiz, analizaron desde la perspectiva académica algunos modelos para impulsar la I+D y el acceso a los antimicrobianos.
La jornada finalizó con un debate entre economistas de la salud, médicos y pacientes sobre las diferentes perspectivas y soluciones compartidas durante el taller. Participaron en esta charla Damiano de Felice, director de Desarrollo de la asociación CARB-X, centrada en apoyar la investigación antibacteriana; Oriol Solà-Molanes, presidente de la Fundación HiTT; Bruno González-Zorn, jefe de la Unidad de Resistencia Antimicrobiana de la Universidad Complutense; Juan Da Silva, presidente de la Federación Española de Fibrosis Quística; Armando Ruiz, de la Federación Española de Asociaciones de pacientes alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (Fenaer); y James Anderson, director de Salud Global de la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma).
Fuente: Redacción Médica