Laboratorio de Grifols.
Grifols despedirá a 2.300 empleados con motivo de un plan de ahorro con el que prevé recortar los costes en 400 millones de euros al año, según anunció este miércoles el laboratorio farmacéutico. La mayor parte de los ajustes de plantilla serán en EE UU.
En concreto, la farmacéutica cotizada en el Ibex35 reducirá la plantilla de su negocio industrial de plasma en EE UU, su principal actividad, que afectará a 2.000 trabajadores ya en 2023. Además, en funciones corporativas también recortará el personal en 300 personas, la mayor parte en EE UU, aunque alrededor de 100 pertenecen al equipo en España. A nivel global, el laboratorio tiene 27.000 empleados.
La idea del laboratorio es que este plan de ahorro tenga impacto ya en 2023, en alrededor de 100 millones, pero sobre todo en 2024, cuando se ahorre alrededor de 400 millones anuales respecto a los gastos de 2022. Grifols calcula un cargo único de aproximadamente 140 millones para llevar a cabo las iniciativas de ahorro de costes previstas. Este coste, que será devengado en el primer trimestre, incluye principalmente indemnizaciones por despido.
El plan de ahorro se centra en tres áreas: optimización de costes y operaciones de plasma, racionalización de funciones corporativas y otras mejoras de eficiencia, según un comunicado remitido tras comunicar sus intenciones a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). La empresa espera que la mayor parte de las medidas estén implementadas en el cuarto trimestre de este año.
En los últimos meses, Grifols ha vivido las dudas de los inversores por su elevado endeudamiento. La compañía seleccionó al estadounidense Steven Mayer como presidente ejecutivo en octubre, hasta entonces era consejero, para cambiar el rumbo de la compañía, hundida en Bolsa desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Sustituyó en el cargo al histórico Víctor Grífols y, además, recuperó los poderes directivos, que hasta ese momento ostentaban en exclusiva los consejeros delegados Víctor Grífols Deu y Raimon Grífols.
“Tras analizar en profundidad nuestras estructuras organizativas y de costes, dotación de personal, procesos, instalaciones, sistemas y planes de incentivos a nivel global, estamos convencidos de que estas medidas son necesarias no solo para mejorar nuestro desempeño financiero, sino para ser una organización más ágil, resolutiva y eficaz”, aseguró el propio Mayer en el comunicado.
La primera parte del plan, sobre optimización de costes en la obtención de plasma, “tiene como objetivo crear la plataforma de obtención de plasma más eficiente”. La compañía fundada por la familia Grífols prevé mantener los volúmenes de plasma (la materia prima para producir sus medicamentos hemoderivados), aunque con un ahorro anualizado de 300 millones.
En este sentido, la intención del laboratorio es mejorar la digitalización de los procesos, “optimizar la compensación a los donantes”, es decir, reducir lo que se paga por la obtención del derivado plasmático y el cierre o consolidación de centros de obtención de plasma (18 instalaciones ya cerradas y otros cierres previstos en el primer semestre).
La llegada de Mayer coincidió con la intención de accionar alguna de las llamadas palancas para reducir deuda y ganar atractivo en Bolsa. En los últimos 12 meses, el laboratorio catalán se ha dejado un 6% en Bolsa, aunque en lo que va de año ha mejorado su capitalización un 21%, hasta un precio de 13,62 euros por acción.
Los problemas industriales por la reducción de la obtención de plasma (la materia prima necesaria para sus medicamentos) por la pandemia y el alza de la deuda por la compra de su rival alemana Biotest ha disparado el apalancamiento de Grifols, que alcanza 8,6 veces el ebitda, y una deuda financiera neta de 9.300 millones.
Las restricciones sanitarias durante la pandemia de Covid-19 provocaron en los últimos meses una mayor dificultad y coste en la obtención de plasma (su materia prima para fabricar medicamentos hemoderivados), lo que ha repercutido en los márgenes.
La compañía también informó a finales del año pasado que su beneficio neto hasta septiembre se rebajó un 30% en un año, a 188 millones. El descenso se debe al “aumento de los gastos financieros relacionados por la adquisición de Biotest”, el rival alemán que la multinacional de hemoderivados adquirió este año. Esta adquisición engordó el pasivo en 2.000 millones.
Fuente: Cinco Días