Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, secretario general de Aeseg; y Encarna Cruz, directora general de Biosim.
La reforma del Sistema de Precios de Referencia está más cerca que nunca. Tras la confirmación por parte del Ministerio de Sanidad de que habrá una revisión de estos importes para "reequilibrar" el sistema y que estará incluida en la reforma de la Ley de Garantías, parte de la industria farmacéutica celebra este paso y confía en que no se limite únicamente a ajustar los precios, sino que haya excepciones concretas para algunos fármacos.
Desde la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg) consideran necesaria la actualización de esta herramienta porque aglutina muchos criterios de fijación de precios y financiación que deben "adaptarse a las necesidades reales del sistema sanitario y del sector de la industria farmacéutica".
Por su parte, la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (Biosim) comparte la opinión del genérico y subraya la situación actual que viven. "Nos encontramos en un escenario en que muchos fármacos se hallan al límite de viabilidad económica y en un contexto global que puede afectar a la continuidad de ciertas presentaciones de medicamentos en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud (SNS)", indica Encarna Cruz, directora general de Biosim.
No obstante, la nueva Ley de Garantías no estará lista hasta finales de año, por lo que todavía habrá que esperar para ver cuáles son los principales cambios. Aunque el departamento que dirige Carolina Darias ya adelantó a Redacción Médica que se plantean modificaciones para permitir subidas de precios.
Aunque todavía no se tienen detalles de cómo será la reforma del sistema de precios de referencia, tanto desde Aeseg como desde Biosim tienen claro qué es lo que debería contener. El secretario general de Aeseg, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, califica de "declaración de intenciones" el anuncio del Gobierno y espera que no solo se contemple subir los precios, sino también "retirar del sistema a ciertos medicamentos con el umbral mínimo comprometido".
Además, añade la exclusión durante dos años de los medicamentos con valor añadido (VAM, por sus siglas en inglés) para impulsar su desarrollo. De esta manera, al permitir que el fármaco tenga un precio distinto durante una temporada haría que la compañía recuperara la inversión y sería un incentivo para apostar por estos medicamentos.
Por otro lado, la directora general de Biosim explica que la correspondiente orden de precios de referencia ejerce "una presión económica a la baja sobre los medicamentos biosimilares", lo cual les perjudica directamente. Por lo tanto, ven en esta reforma una "oportunidad" para establecer los mecanismos que permitan la revisión al alza de los precios de los medicamentos, pero también otros aspectos.
Entre las peticiones principales de los biosimilares está el no revisar o congelar el precio en aquellas presentaciones de medicamentos que se sitúan en una situación de inviabilidad económica, o de aquellos medicamentos considerados estratégicos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, demandan la no inclusión en un mismo conjunto de referencia de medicamentos de síntesis química junto con el biológico original y biosimilares (más costosos de producir).
El sistema de precios de referencia es uno de los principales mecanismos de ahorro en el gasto farmacéutico que tiene el Gobierno; sin embargo, diferentes partes de la industria farmacéutica piden desde hace meses cambios en el mismo, propiciados sobre todo por la situación económica que atraviesan los fabricantes.
"El trasfondo es un problema estructural derivado de la imposibilidad de ajustar los precios en relación con los costes, debido a la rigidez del sistema de precios de referencia", sostienen desde Biosim. "Aunque esta situación se ha agravado por la coyuntura económica actual de crisis energética, guerra en Ucrania y alta inflación que provoca aumento de los costes de las materias primas y el transporte; hay que ir al fondo de la cuestión que es el propio sistema de precios de referencia", añaden.
Por todo ello, ambas asociaciones solicitan medidas más urgentes, que podrían aplicarse ya mismo. Por ejemplo, el genérico ha pedido a Sanidad un aumento del 10 por ciento en la mitad de sus fármacos, que son aquellos cuyo umbral mínimo de precios se sitúa en 1,60 euros y no se ha modificado desde 2014. Mientras que Biosim exige la aplicación del precio ponderado de oficio, un mecanismo ya previsto en la actual normativa que podría implantarse de manera inmediata.
"Nuestra solicitud se basa en que la metodología de fijación de los precios de referencia de los conjuntos creados por la existencia de medicamentos biosimilares sea la que se establece en el artículo 4, apartado 4 RD 177/2014, que prevé un precio industrial de referencia ponderado en función del número de envases facturados de cada presentación tomando como referencia los datos agregados de facturación del SNS", exponen.
Fuente: Redacción Médica