El gigante asiático toma posiciones en el mercado sanitario nacional con inversiones en infraestructura e industria
Alcorcón (Madrid) y Hospitalet de Llobregat (Barcelona) podrían convertirse puente de entrada en nuestro país de la medicina china.
Aunque es más conocida por su crecimiento en otros terrenos industriales, la expansión de China en el ámbito de la sanidad también es ‘temible’. Poseedora del segundo mercado farmacéutico del mundo, el aumento de la cronicidad en el país asiático ha supuesto un acicate para el sector sanitario privado, que ya está dando el salto a la conquista de otros países. De hecho, Alcorcón (Madrid) y Hospitalet de Llobregat (Barcelona) podrían convertirse puente de entrada en nuestro país de la medicina china, de concretarse los dos planes de inversión millonarios que se han puesto sobre la mesa en los últimos meses.
El Ayuntamiento madrileño ha anunciado que la compañía China Europe Business DevelopmentServices (Cebds) ha decidido invertir 300 millones de euros en la creación de un Centro Internacional de Salud en el Ensanche Sur del municipio. Según han explicado fuentes municipales a LA REVISTA de Redacción Médica, a lo largo de marzo se conocerá si se concreta este proyecto que ha desatado una gran expectación por la enorme inversión que supone, pero también no pocos recelos.
Según explicó el alcalde de Alcorcón, David Pérez, este centro ocuparía una extensión de 60.000 metros cuadrados y serviría para unir la medicina tradicional china con la occidental. De llevarse a cabo y, siempre según fuentes municipales, el proyecto contaría con la financiación y apoyo de las autoridades chinas, a través de la estrategia de inversión llamada ‘One belt, one road’.
MEDICINA CHINA CON ACENTO CATALÁN
Ochenta millones de euros. Esa es la cifra que en principio barajan en Hospitalet para instalar un Centro Europeo de Desarrollo y Promoción de Medicina Tradicional China. Por el momento no hay nada firmado, pero la alcaldesa de la ciudad, Nuria Marín, no podía disimular la importancia de este proyecto durante su presentación el pasado mes de enero. “De momento se trata solo de una declaración de intenciones del Gobierno pekinés, que ha mostrado su interés en nuestra ciudad”, aseguran fuentes del ayuntamiento.
El consejero de Salud, Antoni Comín, y Tu Zhitao, director general de Beijing Administration of Traditional Chinese Medicine.
El proyecto depende en gran parte de la reforma urbanística del entorno de la Gran Vía de Hospitalet, donde se tiene previsto instalar un parque biomédico, que acogerá centros pioneros en investigación.
Pero el desembarco asiático en Cataluña viene de atrás. Concretamente de hace un año, cuando se firmó el acuerdo que permitiría importantes inversiones en materia de medicina china en la ciudad de Barcelona. En aquel acto estuvieron presentes el consejero de Salud, Antoni Comín; el consejero de Empresa, Jordi Baiget, y Tu Zhitao, director general de Beijing Administration of Traditional Chinese Medicine.
De hecho, gran ‘culpa’ de aquel acuerdo la tiene la Fundación Europea de Medicina Tradicional China (Femtc). Esta entidad explica que la iniciativa busca apostar por “la Medicina integrativa, es decir, combinar el conocimiento y la tecnología de la Medicina convencional y occidental con la tradición china, ciencia milenaria”. La inversión fijada puede variar conforme se vayan concretando los detalles pero, según la organización, gran parte de la misma procederá del Ayuntamiento de Pekín aunque “entiendo que también habrá capital privado”.
LA OMS, POR LA INTEGRACIÓN DE LO OCCIDENTAL Y LO ORIENTAL
La Organización Mundial de la Salud, por su parte, no ve un peligro en el aterrizaje de la medicina tradicional china en tierras occidentales, sino una oportunidad. “Puede mejorar la salud de las personas”, precisa. “Si bien la integración puede ser sumamente apropiada para tratar enfermedades crónicas o promover la salud, en determinadas circunstancias podría contribuir también al tratamiento de enfermedades agudas”.
Margaret Chan, todavía directora general de la OMS, argumenta que “no tiene por qué haber conflicto entre la medicina tradicional y la medicina occidental. En el marco de la Atención Primaria, ambas pueden combinarse de forma armoniosa y beneficiosa, en un sistema que aproveche lo mejor de cada una y compense también las deficiencias de cada una. Ahora bien, esto no es algo que vaya a ocurrir espontáneamente: es preciso tomar deliberadamente decisiones normativas. Pero es posible hacerlo”.
¿QUÉ OPINAN LOS MÉDICOS ESPAÑOLES?
Ante la imparable llegada y expansión de la milenaria terapéutica china a España, ¿qué opinan los médicos españoles? La falta de rigor científico y de resultados empíricos para probar sus resultados les ponen en contra de esta alternativa médica oriental.
Fernando Carballo, presidente de Facme.
“Cualquier procedimiento que esté destinado al diagnóstico o tratamiento de un ser humano debe acompañarse de la validación adecuada, tanto de seguridad como de eficacia. La solidez de la evidencia que soporta el uso de las terapias de medicinas alternativas como la china no es tan fuerte, en conjunto, ni tan asentada como la que tenemos de la medicina no alternativa”, opina Fernando Carballo, presidente de Federación de Sociedades Científico Médicas Españolas (Facme).
“No se puede introducir un tratamiento, por muy aparentemente aceptado que esté en una civilización, como válido en otra hasta que no se haya probado con resultados comprobables”, reitera el especialista gallego, quien reconoce que estas terapias “pueden ser actividades sanitarias complementarias, basadas en el no riesgo, pero jamás desplazando la sólida atención sanitaria que tenemos en nuestro país. Nadie puede alegar que no tenemos una medicina de alto nivel y que hay que acudir a la china en España”.
Por su parte, la Organización Médica Colegial (OMC) es tajante. Deontológicamente no está a favor de “técnicas y terapias no convencionales que no hayan conseguido dotarse de una base científica suficiente”, pero si un médico las usa “está obligado a informar a los pacientes tanto del posible beneficio y riesgo como de las alternativas científicas existentes y fundamentadas científicamente”.
EL 'JAQUE MATE' AL MERCADO ONCOLÓGICO ESPAÑOL EN CHINA
Pero no es la primera vez que el gigante asiático pone sus ojos en el sistema sanitario de España (especialmente en el ámbito privado). Como si de una partida de ajedrez se tratase, China, a través de la compañía estatal China Resources Group, lleva un tiempo dando pasos en diferentes direcciones para consolidarse en este sector.
El más importante de ellos es el negocio que cerró con GenesisCare, a la que ha comprado su cartera de servicios en dos especialidades: Cardiología y Oncología. Las cifras de esta operación no han transcendido de momento pero, según pudo saber Redacción Médica en exclusiva, la adquisición se gestó en Madrid, donde los chinos acudieron personalmente para conocer las instalaciones sanitarias.
La importancia de hacerse con este patrimonio de la compañía australizana radica, principalmente, en el papel que juega en la sanidad privada española y el trozo de ‘pastel’ que tiene de ella. A mediados de 2016, GenesisCare se hizo con el cien por cien del fondo de capital privado Nazca, dueño a su vez del Grupo IMO, que pasó a denominarse Imoncology, tras esa operación.
Asimismo, pocos días después de comprar los activos españoles GenesisCare, el negocio oncológico de China Resources Group se ampliaba con la adquisición de Oncosur, la segunda compañía de la especialidad con más peso de España, y cuyos ingresos ascienden a 6,7 millones de euros anuales; una cifra que podría crecer hasta los 9 millones de euros con el respaldo de la compañía asiática.
CAMBIOS EN SUS POLÍTICAS SANITARIAS
Pero China no solo ha ido a la caza de grupos sanitarios privados para instalarse en los países que operan. Desde hace unos años, el Gobierno baraja la posibilidad realizar una profunda reforma de su sistema sanitario que permitiese reducir las restricciones de la inversión hospitalaria extranjera. Esta medida permite, entre otras cuestiones, la entrada de capital exterior, reducir los costes de su modelo sanitario y solventar los problemas derivados unos servicios públicos sobrecargados.
La globalización china ha pasado de amenaza a hecho, al menos en sanidad. A pesar de la oposición que pueda encontrar su medicina tradicional en nuestro país, está claro que los yuanes fluyen con facilidad entre la República Popular y España. ¿Servirán para ablandar las voluntades de los profesionales sanitarios renuentes al empleo de sus prácticas asistenciales? Habrá que estar atentos al rastro que deje el dinero… chino, por supuesto.
Fuente: La Revista de redacción médica