La Agrupación Farmacéutica de la Unión Europea (PGEU) ha elaborado un informe en el que se ha realizado una visión global sobre el futuro de la farmacia comunitaria en Europa. Más en concreto, se ha profundizado en los retos y las oportunidades que afronta la profesión en los próximos años y qué papel desempeñarán para mejorar la calidad de la atención farmacéutica. Desde la PGEU han remarcado que, en la actualidad, los Estados miembro están comprometidos en reforzar los sistemas sanitarios del continente.
De hecho, han incidido en que, para lograr este objetivo, los farmacéuticos comunitarios se comprometen a garantizar la seguridad del paciente mediante la ampliación de los servicios de farmacia; asegurar la calidad y la continuidad de la atención farmacéutica; integrar soluciones digitales innovadoras en la práctica; demostrar el liderazgo en terapias farmacológicas personalizadas; reducir la carga que suponen las enfermedades crónicas; identificar amenazas de salud pública y gestionar las crisis; garantizar el acceso a los fármacos y contribuir a la sostenibilidad de los sistemas de salud.
Entre los desafíos ligados a los sistemas de salud han destacado el envejecimiento de la población junto al aumento de la demanda de atención sanitaria y la reducción de los presupuestos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el gasto sanitario ha aumentado en todos los países europeos, a menudo a un ritmo más rápido que el crecimiento económico. Como consecuencia directa de ello, se ha destinado una proporción cada vez mayor del producto interior bruto (PIB) nacional a la salud. Sin embargo, desde el PGEU han insistido en que “es necesario un modelo de atención más eficiente, rentable y centrado en el paciente, y pasar
de la atención secundaria a la atención primaria, tratando a los pacientes más cerca de su hogar”.
Además, han afirmado que se espera que la escasez de profesionales de la salud en Europa aumente. Ante esto, recalcan que deberán gestionar la salud de los pacientes a través de un enfoque más integral y multidisciplinar. “En respuesta a esta tendencia, los farmacéuticos de muchos países europeos están desarrollando funciones más centradas en el paciente y ampliando el número de servicios de atención primaria disponibles a través de las farmacias comunitarias”, han alegado.
Por otro lado, la carga de enfermedades crónicas es también otro de los aspectos que preocupan. En este sentido, han mencionado el exponencial aumento de la obesidad, un incremento promedio de un 10% en la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) en los últimos años. Siguiendo esta línea, han incidido en el aumento paralelo de otras patologías crónicas como la diabetes o la Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC). De hecho, han alertado de que es esencial que se produzca un cambio de mentalidad y se pase de tratar a prevenir. Asimismo, han puesto sobre la mesa que, de media, solo el 3% del gasto sanitario actual en los países de la UE se destina a la prevención de enfermedades.
Ante este panorama, la atención personalizada y la digitalización se postulan como herramientas esenciales a tener en cuenta. “Las soluciones digitales, el big data y la inteligencia artificial (IA) pueden hacer que los procesos farmacéuticos sean más eficientes, facilitando la implementación de servicios de valor agregado y permitiendo que las farmacias comunitarias realicen un seguimiento de los pacientes en riesgo y controlen su progreso durante la terapia”, han garantizado.
Según han reflejado desde el PGEU, el camino a seguir por los profesionales estará centrado en garantizar la calidad de la atención y la seguridad del paciente. Así, como pilares fundamentales se encontrarán la mejora de la adherencia y la reducción de los errores de medicación. Además, se centrarán en contribuir en la experiencia del paciente con la medicación y en consolidarse como una fuente confiable de información sanitaria de extrema calidad.
La mejora de la salud pública es otra de las grandes líneas que adquirirán más protagonismo. Aquí han establecido como esenciales seguir consolidando a la farmacia como el “corazón de la comunidad”, la apuesta por el autocuidado y el empoderamiento de los pacientes en la toma de decisiones ligadas a la salud.
La detección de amenazas vinculadas a la salud pública y la correcta gestión de crisis, lograr un mayor alcance de las campañas, contribuir a la sostenibilidad y aumentar la participación de los profesionales en la prevención y el control de enfermedades. En este aspecto, han remarcado que los farmacéuticos comunitarios son un componente muy importante en las estrategias nacionales de vacunación.
En el foco también han situado garantizar el acceso a medicamentos y la continuidad del tratamiento o prevenir la falsificación de fármacos.
Fuente: El Global Farma