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Entre 2019 y 2023, el consumo de antibióticos en la Unión Europea (UE) aumentó un 1%, alejándose aún más del objetivo de reducción del 20% para 2030 recomendado por el Consejo de la UE. Y, a pesar de la tendencia europea creciente, el caso concreto de España es muy diferente, habiendo logrado reducir un 13,5% (desde 2014) el consumo de antibióticos en salud humana gracias al Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN), tal y como recordó María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS).
A nivel comunitario, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) publicó un informe con motivo del Día Europeo de Concienciación sobre los Antibióticos, celebrado el 18 de noviembre, en el que se muestra que, a pesar de las mejoras en algunas áreas, la UE está retrocediendo en el progreso hacia sus objetivos de resistencia a los antimicrobianos (RAM) para 2030.
Este documento destaca que, aunque durante el período 2019-2023 se han producido reducciones significativas en las infecciones del torrente sanguíneo por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, la situación en otras áreas críticas, como las infecciones del torrente sanguíneo por Klebsiella pneumoniae resistente a los carbapenémicos, ha empeorado, con un aumento de la incidencia de casi el 60% entre 2019 y 2023. “Esto representa una amenaza creciente para los pacientes en los hospitales de toda la UE, en particular porque quedan muy pocas opciones terapéuticas disponibles para tratar a los pacientes infectados por K. pneumoniae resistente a los carbapenémicos”, apunta.
En este sentido, el ECDC indica que, si bien algunos Estados miembro han logrado grandes avances en la consecución de sus objetivos de resistencia a los antimicrobianos recomendados –como España–, o incluso en algunos casos ya los han alcanzado, “el panorama general muestra que se necesitan urgentemente intervenciones más específicas e intensificadas en toda la UE“.
El consumo medio ponderado por la población de la UE/EEE de antibacterianos para uso sistémico (grupo ATC J01) fue de 18,3 DDD (dosis diaria definida) por 1.000 habitantes por día (rango de países: 8,8-26,7) en 2023. Por otro lado, el subgrupo de antibióticos más consumido fue el de penicilinas (47%), seguido de macrólidos, lincosamidas y estreptograminas (17%), cefalosporinas y otros betalactámicos (12%), tetraciclinas (9%), quinolonas (7%), otros antibacterianos (5%), sulfonamidas y trimetoprima (3%), y otros grupos (0,5%). Además, la proporción media ponderada por población de la UE/EEE entre el consumo de penicilinas, cefalosporinas, macrólidos (excepto eritromicina) y fluoroquinolonas, principalmente de “amplio espectro”, en la comunidad fue de 5,5 (rango de países: 0,1-97,9). Durante el período 2019-2023, se observó una tendencia creciente estadísticamente significativa para esta relación en la UE y el EEE en general.
En 2023, el Consejo de la Unión Europea adoptó una Recomendación para intensificar las acciones de la UE para combatir la resistencia a los antimicrobianos con el enfoque de ‘One Health’ (2023/C 220/01), que invita a los Estados miembro a tomar medidas nacionales apropiadas para reducir las RAM. Esta reducción se mide mediante dos objetivos concretos a nivel de la UE, unido a los correspondientes objetivos individuales recomendados para cada Estado miembro en función de la situación nacional.
El primer objetivo de la UE es reducir el consumo total de antibióticos en humanos, ponderado por la población, en un 20% para 2030 en comparación con 2019 (año de referencia) (es decir, pasar de 19,9 DDD por 1.000 habitantes por día en 2019 a 15,9 DDD por 1.000 habitantes por día en 2030). Para ayudar a alcanzar el objetivo de la UE, las reducciones recomendadas para los Estados miembro oscilan entre el 3 % y el 27 % durante el período 2019 a 2030, dependiendo de su consumo total para el año de referencia.
Y el segundo objetivo europeo es que al menos el 65% del consumo de AWaRe provenga del grupo de antibióticos “acceso” para 2030. Así, se recomienda que todos los Estados alcancen este mismo objetivo, establecido a nivel de la UE. En este sentido, el objetivo de la UE es más ambicioso que el objetivo global de al menos el 60% del consumo del grupo “acceso”, tal como lo define la OMS en su Programa General de Trabajo 2019-2023.
“Para alcanzar los objetivos de la UE en 2030 es necesaria una respuesta urgente y unida en toda la UE para evitar que la resistencia a los antimicrobianos debilite la atención sanitaria”, ha señalado Pamela Rendi-Wagner, directora del ECDC. “Esta respuesta es fundamental para proteger a los pacientes y mantener la eficacia de los antibióticos para las generaciones futuras”, ha concluido.
De este modo, el ECDC se ha comprometido a ayudar a los Estados a alcanzar sus objetivos de RAM para 2030, a través de una serie de medidas para “abordar deficiencias específicas y fortalecer las capacidades nacionales“. Estas medidas incluyen visitas individuales a los países en relación con la RAM y evaluaciones periódicas de preparación para emergencias de salud pública para todos los países de la UE/EEE, con la RAM y las infecciones asociadas a la atención médica como áreas de enfoque clave.
Al mismo tiempo, el ECDC sigue promoviendo el desarrollo y el acceso a nuevos antimicrobianos y alternativas que sean eficaces y seguras para los seres humanos. “Los antimicrobianos de este tipo son esenciales para tratar a pacientes con infecciones resistentes a los antibióticos de última línea, como los carbapenémicos”, señala.
Fuente: El Global Farma
