Industria farmacéutica en Europa (Foto. Freepik)
La industria farmacéutica en Europa se encuentra en un momento de significativa transformación y desafío. A pesar de ser históricamente una región líder en innovación y desarrollo de medicamentos, la UE enfrenta una serie de obstáculos que amenazan su posición competitiva en el ámbito global. Estos desafíos, que van desde la disminución de la inversión en investigación y desarrollo hasta la presión regulatoria y la competencia internacional, requieren respuestas urgentes y estratégicas por parte de los líderes políticos y empresariales.
Una de las principales preocupaciones para la industria farmacéutica europea es la disminución de la inversión en investigación y desarrollo (I+D). En las últimas dos décadas, Europa ha experimentado una caída del 25% en su participación en la inversión global en I+D en este sector. Esta disminución es muy preocupante, considerando que la innovación es el motor que impulsa el progreso y la competitividad en la industria farmacéutica.
Esta falta de inversión en I+D puede poner en riesgo la capacidad de Europa para desarrollar nuevos medicamentos y terapias que aborden las necesidades no cubiertas y mantengan su posición como líder en innovación.
Para abordar esta problemática, la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) han hecho un llamamiento a los líderes de la UE a favor de un nuevo acuerdo europeo de competitividad y una estrategia específica de salud y ciencias biológicas, como parte de una estrategia más amplia. “Está claro que los líderes de la UE son muy conscientes del desafío de competitividad que enfrenta Europa. Teniendo en cuenta que este sector es el que más contribuye a la balanza comercial de la UE, lo que está en juego no puede tener una mayor relevancia”, afirma Nathalie Moll, directora general de EFPIA.
"Los líderes de la UE son muy conscientes del desafío de competitividad que enfrenta Europa"
El sector de la salud y las ciencias biológicas no solo es un gran contribuyente positivo a la balanza comercial de la UE, sino que también genera un valor social significativo al mejorar la salud y estimular el crecimiento económico. Ejemplo de ello es que esta industria reinvierte un mayor porcentaje de sus ingresos en I+D que cualquier otro. Además, actualmente emplea a 2,7 millones de personas altamente cualificadas en toda Europa y fomenta un ecosistema de innovación que incluye pequeñas empresas biotecnológicas, hospitales universitarios y académicos.
Todo ello, pone en el punto de mira la necesidad de una estrategia integral para que Europa recupere su competitividad y desarrolle resiliencia económica y sanitaria ante las crecientes incertidumbres globales. “Mientras la UE considera la Agenda Estratégica 2024-2029, la creación de un nuevo acuerdo de competitividad para Europa y, específicamente, una estrategia integral de salud y ciencias de la vida dentro de él, podría ser el catalizador para evitar un mayor declive, revertir estas tendencias y construir un mundo más saludable y competitivo, y una Europa resiliente”, continúa Moll.
En un escenario donde regiones como Estados Unidos y China se enmarca como competidores más fuertes y atractivo, el continente europeo debe asegurar su posición en la vanguardia de la investigación y el desarrollo. Con este llamado de la federación esperan que la Comisión Europea proporcione evaluaciones de impacto y controles de competitividad de alta calidad, oportunos y exhaustivos con el objetivo que la revisión de la legislación farmacéutica de la UE tenga como pilar fundamental la competitividad europea.
“Necesitamos crear condiciones que fomenten e impulsen la investigación y el desarrollo en la región"
“Necesitamos crear condiciones que fomenten e impulsen la investigación y el desarrollo en la región, apoyando la inversión en manufactura sustentable de alta tecnología y al mismo tiempo manteniendo cadenas de su ministro globales abiertas. Europa necesita desesperadamente un acuerdo de competitividad con una estrategia integral de salud y ciencias biológicas para un futuro más saludable, resiliente y competitivo”, concluye la directora general de EFPIA.
Fuente: ConSalud.es