España es uno de los países líderes en investigación en CAR-T, un tipo de terapias innovadoras que, desde su llegada, ha supuesto una revolución clínica en el abordaje de las enfermedades oncohematológicas y ha cambiado la vida de miles de personas. Estas terapias han demostrado ser eficaz para combatir distintos tipos de linfoma, mieloma y leucemia, y para su administración en España se han designado 28 centros de referencia, que cubren todo el territorio nacional. Estos centros se han ido incorporando progresivamente al Plan de abordaje de las terapias avanzadas en el Sistema Nacional de Salud (SNS): Medicamentos CAR-T, que cumple más de cinco años desde su puesta en noviembre de 2018, con importantes retos por delante y una actualización pendiente.
En la segunda jornada de su Curso de Derecho Farmacéutico, el Centro de Estudios para el Fomento de la Investigación (CEFI) desgranó el presente y el futuro de las terapias avanzadas, una vez que el Plan Nacional de Terapias Avanzadas ha cumplido un lustro en funcionamiento y en el contexto de una nueva regulación europea de medicamentos de terapias avanzadas (ATMPs, por sus siglas en inglés). “Es verdad que tenemos importantes retos por delante, porque lo que se ha hecho hasta ahora es casi como una prueba piloto en un entorno controlado, pero lo cierto es que tenemos unos resultados espectaculares”, destacó Jordi Faus, socio del despacho de abogados Faus & Moliner.
“Tenemos que sentirnos tremendamente orgullosos del abordaje de las terapias avanzadas en nuestro sistema sanitario”
Este entorno controlado, como lo definió Faus, “seguramente se va a descontrolar porque, según aparezcan un mayor número de terapias con la ‘n’ de los pacientes subiendo exponencialmente, veremos cómo lo vamos a gestionar”. En cualquier caso, pese a la incertidumbre y los desafíos futuros, el abordaje de las terapias avanzadas en el sistema sanitario español es motivo para “sentirnos tremendamente orgullosos”, precisó Faus, quien incidió además en que, desde el punto de vista jurídico, la documentación y los procedimientos “pueden calificarse también de exitosos y de muy alta calidad”, puesto que la información se clasifica de forma “racional”, accesible y comprensible, “cosa que no es fácil en este tipo de documentos”.
Sin embargo, los procedimientos y, en concreto, la agilidad en el acceso a estas terapias son uno de los puntos de mejora que identificaron los expertos durante el encuentro ‘Presente y futuro de las terapias avanzadas’. Elena Casaus Lara, jefa de la División de la Unidad de Terapias Avanzadas de la Comunidad de Madrid, señaló que “hay que revisar toda la parte burocrática” puesto que, en su opinión, “hay parámetros que podrían eliminarse”. En el caso de los pacientes de una mutua, Casaus explicó que el procedimiento publicado en la web del Ministerio “sólo está contemplado para pacientes que no pertenecen a este colectivo, derivando en un proceso más completo para este grupo”. Así, instó a “sentarse para dibujar este procedimiento”.
“Hay cerca de un 15 por ciento de pacientes que se pierde en la espera de la infusión de una CAR-T”
Por su parte, Mariana Bastos Oreiro, coordinadora del Área de Linfomas en la Unidad de terapias avanzadas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, uno de los centros líderes y que recientemente puso en marcha un Comité de Terapias Avanzadas, comentó que la aplicabilidad de la terapia CAR-T va a ser “amplísima” y es necesario agilizar el acceso. Así, recordó que el tiempo “apremia” para los pacientes necesitados de estas terapias. “Un día puede cambiar completamente la historia del paciente”, subrayó, y aportó un dato clave: “Hay cerca de un 15 por ciento de pacientes que se pierde en la espera de la infusión de una CAR-T”. En este sentido, destacó el papel de las comunidades autónomas, donde cada una “lo tiene organizado diferente”, diferenciándose el caso de Madrid, una de las regiones “que ha ayudado mucho” para agilizar el procedimiento en conjunto con el Ministerio.
Asimismo, los expertos recordaron el desajuste existente entre la investigación y la incorporación de esa innovación. Faus recordó que el PERTE para la Salud de Vanguardia parte de la base de que España es un gran productor de ciencia y, en concreto, es un país puntero en investigación en CAR-T (el segundo país en ensayos clínicos en el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos), pero “hay una cierta desconexión con la aplicación por parte de la industria”. Este PERTE contempla dos actuaciones en esta materia, pero el problema es que “las cifras son ridículas”, en palabras del jurista. “Aporta 15 millones de euros anuales y espera el desarrollo con éxito hasta fase I de cinco ATMPs”, algo que, en opinión de Faus, no se ajusta con la realidad.
La revisión de la legislación farmacéutica europea plantea cambios en la regulación de los medicamentos de terapias avanzadas y, más en concreto, para los que se administran mediante el régimen de exención hospitalaria, que hasta ahora quedan fuera de la regulación europea puesto que no son preparados de forma sistémica y de acuerdo con estándares de calidad específicos. Esta herramienta permite disponer de la prestación de una terapia avanzada para pacientes que, en la mayoría de los casos, no tienen otras alternativas.
“Nuestra historia de éxito nos puede llevar a morir de éxito”
Los expertos recordaron que la propuesta, que está en manos de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI), que emitirá su dictamen el 19 de marzo, tendrá un “gran impacto” en las terapias avanzadas puesto que cambiará los requisitos de exigencia con el objetivo de mejorar el sistema y armonizar su uso en el conjunto de la UE. La exención hospitalaria es un modelo de éxito en España y de contrastada experiencia gracias a los proyectos liderados, entre otros, por el Hospital Clínic de Barcelona, que puso en marcha su propia versión de una terapia CAR-T contra la leucemia linfoblástica aguda. Pero esta historia de éxito, en palabras de Faus, “nos puede llevar a morir de éxito”.
En opinión del jurista, no se debe perder de vista cuestiones que “pueden parecer secundarias, pero que pueden convertirse en primarias”. La actual revisión del paquete farmacéutico alertó a algunas organizaciones debido a que podría hacer peligrar la investigación en hospitales públicos. Por su parte, Faus optó por asegurar un equilibrio adecuado entre los productos llamados de fabricación industrial y los productos destinados a pacientes individuales que se gestionan a través de la exención hospitalaria. “No tengo ninguna duda de la seguridad y eficacia de estos productos, pero sí tengo serias dudas del efecto que puede tener una regulación deficiente de esta exención en el desarrollo, acceso y las actividades que pueden hacer otros agentes del sector fuera del ámbito hospitalario”, aclaró.
Así, recordó que el modelo español se basa en ese “no solapamiento”, demandó no utilizar instrumentos jurídicos para “cosas que no están pensadas” e invitó a “ponernos en serio para favorecer esa colaboración público-privada”. Además, en cuanto a la financiación, señaló que el pago por resultados es “el único mecanismo que tiene sentido para estas terapias”, y apeló a la reforma de la ley de contratos y de la ley de general presupuestaria “para que no tengamos dudas sobre cómo diferimos los pagos u organizamos la contabilidad”.
Por otra parte, los expertos también abordaron el llamado Reglamento SoHo, que se ha tramitado en tiempo récord con el liderazgo del Ministerio de Sanidad. Este Reglamento Europeo sobre normas de calidad y seguridad de las sustancias de origen humano (SoHO, por sus siglas en inglés) destinadas a su aplicación en el ser humano, uno de los grandes logros de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea (UE), no forma parte del parte del paquete farmacéutico europeo, pero que es “muy importante en este campo y afecta a las terapias avanzadas”, según destacó Álvaro Abad Fernández de Valderrama, asociado senior regulatorio de la firma Hogan Lovells.
El Reglamento SoHo, que busca lograr una mayor protección de las personas que donan y reciben SoHO, dará cobertura no solo a la sangre y sus componentes, los tejidos y las células humanas reproductoras y no reproductoras, sino también a otras SoHO que no estaban cubiertas por las Directivas actuales. Precisamente, el Reglamento derogará la Directiva europea sobre la sangre y sus componentes y la de células y tejidos, ambas en vigor desde hace más de 20 años; lo que “supone un paso adelante en cuanto a regulación”, explicó Jordi Faus.
Fuente: El Global