Consumidores realizando la compra de alimentos en un supermercado.
La inflación se suma a la batería de datos económicos conocidos en las últimas semanas. Si el crecimiento del PIB del 4,2% en el primer trimestre, aleja a la economía española de una recesión técnica y los sucesivos datos que se van conociendo de desempleo y cotizantes avalan una relativa buena evolución del mercado de trabajo, hoy las cifras se completan con la evolución de los precios, que muestran un perfil claramente descendente.
Según el dato publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación se ha moderado en junio, hasta una tasa interanual del 1,9%, la más baja desde marzo de 2021 y 1,3 puntos menos que en mayo.
La causa de esta positiva evolución se vuelve a encontrar en las menores subidas en los precios de los carburantes, la electricidad y de los alimentos si se comparan con los registros del año pasado, como consecuencia del denominado efecto escalón. En junio de 2022, en pleno pico de la crisis energética generada por la guerra de Ucrania, el IPC superó el 10,2% tras subir un 1,9% sobre el mes anterior a causa de las gasolinas y, sobre todo, del impacto del precio del gas en la tarifa eléctrica.
Este 2023 los precios han subido en junio un 0,6% en términos mensuales, uno de los datos más altos del año solo superado por el 0,9% registrado en febrero, pero la diferencia con el dato de 2022, que fijó el 1,9%, modera la cifra final de IPC.
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles como alimentos y combustibles, también experimentó un descenso de dos décimas, hasta fijarse en el 5,9%. Es la tasa más baja en 12 meses para este indicador, que se ha moderado desde el 7,6% que tocó en febrero. De mantenerse esta tendencia, la prórroga en la bonificación del IVA en determinados alimentos hasta el 31 de diciembre, como aprobó el Ejecutivo, quedaría en papel mojado a partir de noviembre.
La medida recoge la prolongación de la bajada del IVA del 10% al 5% en aceites de oliva y de semillas y pastas alimenticias, mientras que se aplicará el tipo cero para determinados alimentos básicos, como el pan, las harinas, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, patatas y cereales.
En ambos casos el decreto contempla que los tipos volverían a su nivel original a partir del 1 de noviembre si la tasa interanual de la inflación subyacente de septiembre, que se conocerá el 13 de octubre, es inferior al 5,5%.
Fuente: Cinco Días