Un camarero atiende una terraza de un bar en Teruel. ANTONIO GARCIA (EFE)
La robustez del mercado laboral sigue ofreciendo cifras récord mes tras mes. En abril, el paro cayó en 74.000 personas, lo que redujo la cifra total de desempleados hasta los 2.788.370. Se trata del registro más bajo contabilizado para este mes desde 2008. Sin embargo, la creación de empleo superó todas las expectativas: 240.000 nuevos puestos de trabajo, que situaron el número de afiliados medios a la Seguridad Social en 20.614.989, la marca más elevada desde que hay registros.
De acuerdo con los informes ofrecidos este jueves por los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social, los datos de abril no tienen parangón estadístico en el pasado más cercano. Por primera vez en 15 años, el número de parados se situó por debajo de la barrera de los 2,8 millones de personas. Algo que no había sucedido desde antes de que estallase la crisis financiera de 2008. Las mujeres han sido las protagonistas del recorte (-38.756), hasta el punto de alcanzar el mínimo para este colectivo en los últimos tres lustros (1.679.567). “Los aspectos tanto cuantitativos como cualitativos nos sitúan en un escenario para el empleo sólido, fuertemente anclado a la estabilidad derivada de la reforma labora”, señala el documento de Trabajo.
La resistencia del mercado de trabajo a los envites externos sigue resultando digna de estudio. Ni la inflación, la guerra en Ucrania o la subida de tipos de interés parecen hacer mella en un crecimiento laboral insospechado. Lo cierto es que el mes de abril es un periodo tradicionalmente favorable para el empleo. La estacionalidad marcada por la festividad de la Semana Santa —que este año se celebró a comienzos de mes— viene aupando las cifras del mes que cierra el primer cuatrimestre del año. Aun así, la comparativa con respecto a la situación en el mismo periodo de 2022 es igualmente favorable: hoy se contabilizan 234.133 desempleados menos (-7,75%).
El número de personas sin un trabajo se redujo en abril en todos los sectores y en todos los territorios. Especialmente significativo fue el mordisco en el sector Servicios, con 52.216 desempleados menos (el más beneficiado por la estacionalidad); seguido del que se produjo en la Industria (-5.391); el del sector Agrario (-4.296) y el de la Construcción (-7.973). Por Comunidades Autónomas, las caídas más pronunciadas se produjeron en Andalucía (-20.551 personas), Cataluña (-9.506) y Castilla-La Mancha (-6.645).
La hostelería absorbió significativamente la creación de los nuevos empleos (119.618), seguida del comercio (18.713). Sin embargo, todas las actividades agrandaron su volumen ocupacional, con la excepción de la Educación (-1.083). “El crecimiento del empleo respecto al nivel previo a la pandemia es notable en sectores de alto valor añadido como Informática y Telecomunicaciones, cuyo número de afiliados ha crecido un 21,6% respecto a los que registraba antes de la pandemia; o Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas, que presenta un crecimiento del 12,8%”, señala el documento de Seguridad Social. “Desde el fin de la pandemia, uno de cada cuatro nuevos afiliados se ha incorporado a estos sectores altamente productivos”, añade.
A pesar de que el ritmo de contratación se relajó respecto al mes de marzo —en abril se firmaron 1.157.316 contratos, 157.779 menos—, el porcentaje de los que tuvieron carácter indefinido (530.537) fue similar el de meses precedentes (45,84%). Al mismo tiempo, en términos acumulados, en los cuatro primeros meses del año se han registrado 2.588.245 contratos temporales, lo que supone un descenso de 1.806.242 (-41,10%) sobre el mismo periodo del 2022.
La duración de las relaciones laborales en el primer trimestre del año también ha mejorado respecto a lo que sucedió en el mismo periodo del año 2019 (el último no aquejado por la covid): la persistencia media es 62 días mayor hoy a la de entonces.
Días antes de que se conocieran estos datos, tanto José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, como Nadia Calviño, vicepresidenta económica, habían advertido de que los datos de abril serían especialmente buenos. El aumento de la afiliación media del mes pasado fue de 238.437 cotizantes, el dato más alto para un mes de abril, y el segundo más elevado en cualquier momento del año de toda la serie histórica (el récord se produjo en julio de 2005). “Dieciséis meses después de la entrada en vigor de la reforma laboral, siguen siendo patentes sus efectos positivos en la estabilización del empleo y la mejora de su calidad”, señala el documento elaborado por el departamento de Escrivá.
Poniendo el foco sobre los datos de febrero de 2020, último mes antes de la irrupción del coronavirus, hoy se contabilizan 1.364.761 cotizantes más a la Seguridad Social que entonces. Son, también, 595.908 afiliados más que hace un año, lo que supone un crecimiento interanual cercano al 3%.
Fuente: El País