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Abordar la falta o escasez de medicamentos se ha colocado entre las prioridades de la Unión Europea. Y es que, tras la pandemia de COVID-19, desde los hospitales y las propias administraciones nacionales se han observado desabastecimientos y, por tanto, problemas de acceso a los fármacos por parte de los pacientes.
Para paliar esta situación, el nuevo subcomité de Salud Pública, creado por el Parlamento Europeo bajo el paraguas de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI), ha abordado las diferentes medidas que se podrían poner en marcha. Entre ellas, la compra conjunta de medicamentos fuera del contexto de la crisis sanitaria.
Bartosz Arłukowicz, eurodiputado del PPE y presidente del subcomité de Salud Pública.
El presidente del subcomité, Bartosz Arłukowicz (PPE), ha puesto sobre la mesa la posibilidad de realizar compras conjuntas por parte de la Comisión Europea en nombre de los Estados miembro que así lo deseen. En este caso, no habría ninguna obligación para los países, sino que sería algo opcional.
“Con la pandemia, la Comisión se vio obligada a centralizar la compra de las vacunas y el margen de actuación de los Estados miembro se vio limitado. Entonces, nos planteamos si en Europa no podríamos comprar medicamentos que correspondan a las nuevas tecnologías o que sean más caros, para que los pacientes que padecen enfermedades graves, enfermedades raras o cáncer puedan beneficiarse aunque se encuentren a kilómetros de su hogar, porque son medicamentos que tienen un acceso mucho más difícil“, ha indicado Arłukowicz.
En este sentido, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) está trabajando junto a la Autoridad para la Respuesta Sanitaria de Emergencia (HERA), para estudiar la viabilidad de las compras conjuntas con las herramientas que tienen a su alcance.
Durante su intervención en el subcomité, Pierre Delsaux, director general de la HERA, ha aludido a la experiencia de la entidad a la hora de realizar acuerdos de compra centralizada porque ya lo hizo con las vacunas COVID-19: “Aún seguimos en ello, pues recientemente compramos de forma conjunta la vacuna de Hipra”, ha apuntado.
Pierre Delsaux, director general de la HERA.
Del mismo modo, cuando surgió la crisis de la viruela del mono, la HERA decidió utilizar por primera vez presupuesto europeo para comprar las vacunas y los medicamentos adecuados y distribuirlos entre los Estados miembro sin coste para estos.
“Ahora hay que ver qué podemos hacer con la gripe aviar. Todavía no se ha tomado ninguna decisión, pero estamos trabajando en ello”, ha informado Delsaux.
Sin embargo, estas actuaciones se realizaron bajo un contexto de crisis. Y el mandato de la HERA solo permite ‘activar’ la compra conjunta cuando hay una crisis sanitaria grave. “Si no vivimos una situación grave, no podemos comprar medicamentos conjuntamente en nombre de los Estados miembro“, ha confirmado el director de la HERA. Por ello, quieren “simplificar el marco jurídico desde la Comisión Europea y poder ampliar la compra a otras situaciones”.
“Si hiciera falta, vamos a examinar el tema de la contratación conjunta. Pero se debe tener cuidado, porque podemos perturbar el mercado. Por eso, antes de intervenir, tenemos que reflexionar sobre las consecuencias que la contratación conjunta puede acarrear”, ha advertido Delsaux. “No cierro ninguna puerta, aunque es una solución difícil de aplicar. Pero si hay voluntad política, es algo que se puede estudiar”, ha concluido.
Ante la dificultad de ampliar las compras conjuntas a situaciones fuera de crisis, Europa cuenta con otras herramientas para mitigar la escasez. Entre las medidas que se pueden aplicar, se incluyen: intentar mejorar la fabricación y el suministro, una flexibilidad reglamentaria, una distribución controlada o analizar las opciones que faciliten la importación de productos dentro o fuera de la UE. “Podemos también consultar con profesionales sanitarios para intentar buscar alternativas terapéuticas o para explicar los retos que se observan y ver cómo se puede ayudar a los pacientes”, ha añadido Cooke.
Emer Cooke, directora de la EMA.
La EMA hace especial hincapié en la red de puntos de contacto únicos con los Estados y con la industria, a través del Grupo de Dirección para la Gestión de la Escasez de Medicamentos (MMSG). “Una herramienta muy útil es invitar a las empresas, a los fabricantes, a la reunión de nuestro grupo MMSG para entender dónde radica el problema y ver cómo se puede aumentar el suministro de algunos productos, por ejemplo, con la importación de lotes de fuera de la UE, o cómo podemos comprometernos a una fabricación adicional”, ha afirmado Emer Cooke, directora de la EMA.
De hecho, la EMA ya se ha puesto en contacto con los fabricantes para conocer su capacidad de producción y poder cubrir la demanda de los Estados miembro de cara al próximo invierno.
Entre los medicamentos que más escasez han experimentado destaca el caso de los antibióticos, sobre todo los que incluyen amoxicilina. “En el momento álgido de la crisis observamos cómo había una escasez crítica en 28 de los 30 países del Espacio Económico Europeo (EEE)”, ha expuesto Emer Cooke.
“En cooperación con la HERA, hemos identificado un subconjunto de antibióticos que pueden estar en riesgo de escasez y que se utilizan habitualmente en los sistemas sanitarios, como la amoxicilina, la penicilina, la azitromicina y la claritromicina“, ha expuesto la directora de la EMA.
Según Cooke, una de las razones de la escasez fue el “aumento de la demanda para tratar todas las enfermedades respiratorias por una mezcla de la presencia de la COVID-19, el VRS y la gripe”. A ello se le añade la guerra de Ucrania, la crisis energética o la alta inflación, que no contribuyeron a este desafío.
A pesar de que la demanda de antibióticos se puede reducir a medida que se acerca el verano, la EMA y la HERA ya están en contacto con los fabricantes de antibióticos y con los Estados miembro que hayan observado una mayor demanda para estar preparados de cara al otoño/invierno.
Además de los antibióticos, se observa escasez en los trombolíticos, utilizados para tratar enfermedades cardiovasculares. “El problema es que estos medicamentos no se pueden producir en cantidades suficientes como para hacer frente al incremento de la demanda y no hay alternativas autorizadas en el seno de la UE”, ha explicado Cooke. Del mismo modo se ha visto escasez en medicamentos para tratar la diabetes, también “por un incremento de la demanda y porque es algo vinculado con un uso paralelo y con problemas de capacidad en la producción”.
“Tenemos que anticiparnos. Es importante valorar cuáles van a ser las necesidades de los Estados miembro”, ha concluido Pierre Delsaux.
Fuente: El Global
