Foto de archivo de un aula de Formación Profesional (FP). EP
Habrá nuevas asignaturas obligatorias, figuras profesionales novedosas que implicarán a expertos de distintos sectores, y podrán impartirse asignaturas sueltas según las necesidades de cada persona. Son algunos de los cambios que prevé la nueva Formación Profesional (FP) desde el próximo curso, y que quedan recogidos en el borrador del nuevo decreto de ordenación que prepara el Gobierno para marcar los requisitos mínimos de los centros.
El documento, al que ha tenido acceso 20minutos, viene a regular la nueva ley de FP que se aprobó definitivamente en el Senado hace ya casi un año, en marzo de 2022, y la cual aspira a transformar esta vía educativa para abordar cuatro frentes: el desempleo entre los más jóvenes, la imagen de falta de prestigio que persiste sobre la FP, la baja tasa de matriculación en comparación con los países vecinos, y el insuficiente reconocimiento de la vida laboral. Todo ello, con el objetivo claro de doblar el número de trabajadores formados en España y ofrecer un sistema más atractivo para que un mayor número de jóvenes opten por este camino.
"Rompe todas las barreras para flexibilizar al máximo el sistema y poder obtener las formaciones que se necesitan en el sector productivo, prácticamente a tiempo real", destacan fuentes del Ministerio de Educación. La previsión, detallan desde el entorno de Pilar Alegría, es que el real decreto llegue al Consejo de Ministros este mes de mayo, para que pueda implantarse desde el próximo curso 2023-2024 de forma progresiva, y que en el de 2024-25 ya esté asentado por completo en todas las comunidades autónomas.
Una de las mayores novedades es que se introducen de forma transversal y comunes a todos los títulos de Grado Medio y Grado Superior cuatro nuevos módulos (asignaturas) adaptadas a cada sector productivo:
La nueva FP aspira a abrir esta formación a toda la población, y para ello flexibiliza el sistema para "mejorar la empleabilidad" y "responder a la alta demanda de profesionales especializados en la inmensa mayoría de sectores productivos". Para ello, la ley asegura que todas las ofertas formativas sean acreditables, y que así, independientemente de la edad en la que se cursen, se puedan ir sumando en la "mochila" de formación de los trabajadores, mejorando así su vida laboral.
De este modo, el nuevo sistema ofrece la posibilidad de estudiar por módulos individuales o agrupados, para que cada alumno se organice como considere. Así, podrá cursarse una modalidad completa (esto es, el curso entero de grado medio, superior, curso de especialización o certificado de profesionalidad); o ir seleccionando asignaturas concretas y acumulándolas en su currículum académico.
Esta es una opción orientada fundamentalmente a los trabajadores que quizás no tienen el tiempo suficiente para sacarse un grado completo, pero sí para cursar módulos concretos. Es lo que denominan en el decreto como "modalidad modular", que estará vinculada al catálogo nacional de cualificaciones y que podrá ir sumando para, incluso, conseguir un título.
Además, en esa línea, la nueva planificación abre la puerta al diseño de nuevas formaciones con itinerarios integrados que podrán combinarse según las necesidades formativas de cada uno. Así, podrá combinarse un ciclo de grado básico con otro de grado medio (enfocado sobre todo a reducir el abandono escolar temprano); o un grado medio con uno superior y un curso de especialización vinculado; o, por último, juntar dobles titulaciones con dos cursos de especialización. Todo ello, subrayan desde Educación, para "obtener múltiples formaciones lo más personalizadas posible a lo que se requiera".
También se promueven las ofertas de 'Grado D' (ciclos formativos) que integren el currículo español y el de un segundo país, bajo el nombre de "doble titulación internacional de Formación Profesional".
La transformación clave de la nueva FP recae en que allana el camino entre formación y empresas, y, en definitiva, abre la puerta entre esos dos campos para potenciar en las aulas los perfiles profesionales que va demandando el sector productivo. Así, se crean ocho figuras profesionales novedosas:
El decreto contempla también el fomento de la participación, ya no solo de las empresas, sino también de las administraciones locales (comunidades autónomas, ayuntamientos, etc.), que podrán proponer la creación de nuevas ofertas de FP, si detectan en sus territorios que hay necesidades específicas de los perfiles laborales que no están cubiertas.
Por otro lado, establece el reconocimiento entre títulos de FP y títulos universitarios, que se realizará "de manera genérica y por créditos". Así, podrá acreditarse tanto a los que salgan de la FP y que continúen formándose en la universidad (de 36 a 60 créditos), como los que hayan optado por el sentido contrario (de 18 a 30). Asimismo, quienes dispongan de un curso de especialización, considerado como un "máster profesional" de la FP, podrá obtener el reconocimiento de 15 créditos adicionales en la universidad; de 8 créditos quien lo haga a la inversa (del grado al curso). Por último, los técnicos superiores de FP no tendrán que superar ninguna prueba de acceso a la universidad, sino que valdrá con su nota media de su expediente en el ciclo formativo.
Fuente: 20 Minutos