Un camarero atiende una terraza en Bilbao. LUIS TEJIDO (EFE)
El mercado de trabajo ha ido fluctuando a lo largo del año, tratando de mantenerse estable dentro de un panorama internacional y económico cada vez más voluble. Si hasta el momento había conseguido aislarse casi por completo, en el tercer trimestre del año no ha sido capaz de evitarlo: el número de parados creció en 60.800 personas entre julio y septiembre, y vuelve a situarse peligrosamente cerca de los tres millones (2.980.200). Un incremento que ha derivado en un aumento de la tasa de desempleo hasta el 12,67%, a pesar de que el número de ocupados ha vuelto a tocar techo: 20.545.700 (+77.700), según refleja la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Ya lo habían advertido los últimos registros mensuales de los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social. El verano rebajó una marcha la buena dinámica que venía presentando el empleo en 2022, con malos datos en julio y algo más flojos de los esperados en septiembre, afectando, especialmente, al colectivo de parados. En la fotografía del tercer trimestre que ofrece la EPA se constata un aumento en el número de desempleados, que contrasta, sin embargo, con una creación de empleo que sigue empujando hacia límites históricos al número de personas que trabajan en España. Solo en 2007 había más ocupados que ahora.
Desde el Gobierno celebran este comportamiento, especialmente en un trimestre “marcado por el deterioro en el entorno exterior”, y justifican el aumento de la tasa de paro por un “fuerte incremento de la población activa”. Esto es, hay más personas buscando un empleo ahora que nunca (23,5 millones). Una circunstancia que desde el Ministerio de Economía achacan a “la confianza de los trabajadores” en acceder al mercado de trabajo. A diferencia de lo que ocurre con la estadística de paro registrado, la EPA cuenta como parados a aquellas personas que estando en edad de trabajar se encuentran en búsqueda de empleo en el momento de la consulta. Mientras que para el cálculo de paro registrado solo se toma en cuenta a aquellos que están inscritos en una oficina de empleo.
En el Ejecutivo también festejan que la mayoría del empleo creado haya sido a tiempo completo, puesto que la EPA recoge que se ha incrementado en 589.800 personas en el último año el número de aquellos trabajadores con este tipo de jornada, y se haya reducido la tasa de parcialidad hasta el 12,76%.
Sin embargo, entre los principales perjudicados por el aumento del desempleo están los trabajadores más jóvenes. La tasa de desempleo entre los menores de 25 años subió 2,49 puntos en el tercer trimestre, hasta colocarse en el 31,01%, después de que se sumaran al paro 71.400 jóvenes, situando el total en 540.000. En comparación con un año antes, este colectivo ha crecido en 15.900 personas.
Tampoco ha mejorado la situación de aquellos que llevan más de un año sin empleo. El 42% de los parados se encuentra actualmente en esta situación, y más del 12% suma cuatro años sin encontrar trabajo. “Estamos ante un fracaso colectivo, y una mala planificación de la orientación laboral”, lamentan desde Asempleo, la patronal de las empresas de trabajo temporal.
A pesar del blanco y negro imperante del retrato que hace la EPA del empleo, hay color en alguno de sus trazos. Por ejemplo, el número de asalariados ha aumentado en el último trimestre en 99.300 personas, llegando hasta los 17,4 millones. Se trata de la cifra más elevada para esta categoría desde que se realiza la encuesta. En este punto del año, hay también casi medio millón de personas más trabajando que en 2021 (486.700); y su situación laboral es mejor: cada vez son más aquellos con un contrato indefinido (+440.200), mientras que los contratados temporalmente siguen cayendo (-344.900).
Este cambio de paradigma en la contratación sigue impactando positivamente sobre la tasa de temporalidad —el tendón de Aquiles del mercado de trabajo en España—, que continúa rebajándose, a pesar de seguir lejos de los estándares europeos: en el tercer trimestre bajó en dos puntos hasta situarse en el 20,18%; lo que la mantiene sigue cinco puntos por encima de los registros de la zona euro (15,7%). Con todo, y fuera del foco global, la temporalidad ha experimentado una bajada singular en el sector privado en el último trimestre. Ha pasado del 24,6% que marcó en el tercer capítulo de 2021 al 17,5% de este 2022. Siete puntos menos. Los efectos de la reforma laboral se esconden detrás de esta circunstancia, según Economía.
Un apartado que permite observar la capilaridad de los datos de empleo es el de los hogares. Aquellos con todos sus miembros activos —en edad y condición de trabajar— en paro marcaron su registro más bajo entre julio y septiembre desde el cuarto trimestre de 2008, 977.400, de los que 297.100 son unipersonales; mientras que el número de los que cuentan con todos sus miembros ocupados creció hasta colocarse, también, en máximos históricos: 11,29 millones (2,34 millones unipersonales). En comparación con los registros de un año antes, hay 144.700 hogares menos con todos son miembros en paro, y los que tienen a todos sus activos ocupados han aumentado en 495.300.
Aunque la perspectiva que manejan organismos como la Autoridad Fiscal (Airef) es la de que España entrará en recesión técnica en el último trimestre de este año y en el primero de 2023, y las proyecciones apuntan hacia una afectación del mercado de trabajo, desde el Gobierno consideran que el paraguas de la reforma laboral puede contener el golpe. “La reforma está pensada para que en situaciones de crisis las empresas no tengan que despedir”, ha defendido la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Un análisis del servicio de estudios del banco ING, sin embargo, da prácticamente por segura esa afectación. “Esperamos que el desempleo siga aumentando en los próximos trimestres debido al deterioro de las condiciones económicas”, apunta. “Prevemos que la economía española entrará en una leve recesión a partir del cuarto trimestre de 2022 que se prolongará hasta el primer trimestre del próximo año. Dado que las tasas de desempleo suelen ir algo por detrás del ciclo económico, el mayor impacto se producirá el próximo año. Creemos que el desempleo español alcanzará un máximo del 14,3% en el tercer trimestre de 2023″, indica.
Un colectivo que suele salir perjudicado en situación de crisis es el de los autónomos. Según los datos de la EPA, el número de trabajadores por cuenta propia descendió entre julio y septiembre en 30.800 personas hasta colocarse en los 3.152.300, principalmente entre aquellos que tienen a otros trabajadores a su cuenta (-23.400); aunque quienes no los tienen también se vieron mermados (-14.000).
“Esto nos viene a reflejar lo que hemos venido manteniendo desde hace unos meses y es que este año todo apunta a que va a finalizar con menos trabajadores por cuenta propia”, ha lamentado Lorenzo Amor, presidente de ATA, organismo integrado en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Su líder, Antonio Garamendi, ha considerado que los datos de paro “no son una buena noticia”, y ha alertado de la situación de las pymes: “están sufriendo muchísimo”.
Fuente: El País