El tercer otoño del Covid. Henar de Pedro
Las cifras son alentadoras, al menos las que se conocen, que son las relativas a la enfermedad grave. Pese al estancamiento de la incidencia acumulada en los mayores de 59 años (153 casos por cada cien mil habitantes), la ocupación hospitalaria sigue descendiendo (2,5%; 3.023 ingresados) y la de las UCI se encuentra en mínimos de toda la pandemia (2,4%; 210 críticos), según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. España encara un tercer otoño en pandemia con la práctica totalidad de la población con inmunidad, bien por vacunación, bien por haber pasado el virus (una o más veces). Pocos quedan ya sin vacunar y sin haberse contagiado, que son quienes en más aprietos, a priori, pueden poner al sistema sanitario. Este aspecto lleva a los especialistas a hablar de "otro orden de pandemia" y a esperar incrementos de la transmisión que no comprometan a los hospitales. "Pero sin lanzar campanas al vuelo" y estando "siempre vigilantes", matizan con cautela.
Para el epidemiólogo Pedro Gullón, no hay nada seguro cuando se habla de la evolución de la pandemia, si bien sí es "esperable" que "en algún momento tengamos un aumento de la transmisión". Estas oleadas "deberían parecerse" a las dos últimas, la de las pasadas Navidades marcada por ómicron y la de principios de verano cuando las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5 se convirtieron en dominantes. En ambas, la curva de la incidencia se despegó de las de la presión hospitalaria por ingresos y muertes. "Yo esperaría que en los siguientes meses sigamos con algunos aumentos de transmisión y que se vaya valorando la posibilidad de vacunas", explica a 20minutos.
Con él coincide la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles, que espera que "las oleadas van a ser ya parecidas a las últimas". La investigadora transmite optimismo: "El virus está evolucionando muy rápido y ómicron está generando subvariantes que son capaces de reinfectar, pero con menos consecuencia, por lo que ya estamos en otro orden de pandemia, ya no va a haber pánicos anteriores, probablemente no habrá restricciones...", declara a este periódico.
No obstante, sí hay aspectos que preocupan a Cañelles, entre ellos las secuelas del covid, sobre las que aún hay poca información. "No sabemos hasta qué punto el virus es capaz de dejar secuelas en personas vacunadas y que ya hayan pasado el virus. Es la gran duda y preocupación de cara a este otoño al haber dejado atrás todas las medidas y dejar circular al virus a su antojo".
Para Cañelles, el problema es que hay gran variabilidad en cómo afecta el virus a unas personas u otras. Para ciertas bolsas de población, el virus será uno más y "se lo pillarán como un catarro", pero a otros grupos les sigue afectando más. "Tenemos personas vacunadas con secuelas tras pasar el virus. Además, es una ruleta rusa porque igual lo pasas dos veces sin secuelas y estas aparecen tras la tercera infección. No sabemos si el covid persistente seguirá generalizando o si, al contrario, cada vez será más leve".
"La percepción social es que el covid ha dejado de dar miedo, para bien y para mal".
Gullón también menciona que "queda por ver las secuelas a largo plazo, que tardan en aparecer, y los efectos sobre la salud mental". Con todo, "ahora mismo no hay ningún indicador de cambio de tendencia", concluye.
Sobre las secuelas, el doctor en Medicina de la Fundación de Investigación Sanitaria Biomédica (Fisabio) de la Comunidad Valenciana Salvador Peiró agrega que "es un tema del que todavía vamos aprendiendo, pero no veo el porqué vamos a tener más".
En relación con la cuarta dosis, Gullón, que también es profesor de la Universidad de Alcalá, cree que "con los datos hasta ahora, todavía no está justificada para toda la población" pero sí para las personas de mayor riesgo y exposición, a las que el Ministerio prevé inocular entre septiembre y octubre las vacunas adaptadas a ómicron de Pfizer y Moderna, autorizadas el uno de septiembre por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para los mayores de 12 años que hayan recibido previamente al menos dos dosis.
Este lunes, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció en el Consejo Interterritorial la llegada de 10 millones de estos sueros para utilizarlos como segundo refuerzo o booster entre los mayores de 80 y las personas ingresadas en residencias. El primer envío está previsto para esta misma semana.
Recuerda Gullón que aún queda "un gran porcentaje" de gente sin la tercera dosis -el 45,4% de la población total, según los datos del Ministerio- y, en cualquier caso, no augura más grandes campañas de vacunación. "Pero habrá que ir vigilando, esa es la única certeza porque, como siempre, nos puede dar sustos", sostiene.
"No sabemos cómo afectará generar anticuerpos otra vez contra la variante original, que ya no está circulando"
Por su parte, Salvador Peiró tampoco considera necesaria la cuarta dosis para los menores de 60 años, al menos en este momento: "Mucho tendrían que cambiar los datos". Solo la contempla para los mayores de 60 años, "en parte porque los mayores se han contagiado mucho menos que los más jóvenes y hay menos población con inmunidad híbrida [vacuna más infección] en ese grupo".
La efectividad de la cuarta dosis con las vacunas adaptadas de Pfizer y Moderna, que combinan la variante original de Wuhan y ómicron es otra de las preocupaciones que traslada Cañelles. "Tenemos miedo porque contiene la variante original, que ya no está circulando y está bastante alejada a nivel genético de ómicron. No sabemos cómo afectará generar anticuerpos otra vez contra la variante original y [tenemos miedo de] que eso pueda perjudicar la respuesta contra las nuevas variantes que estén circulando", expone.
A nivel individual, Gullón apunta que ya durante las últimas oleadas las personas con pauta vacunal completa han pasado la covid con cuadros muy leves o confundiéndola con otras infecciones. Aunque hay algunas personas vulnerables a quien el coronavirus puede afectar gravemente aún vacunados y tras haberlo pasado, "la percepción social es que el covid ha dejado de dar miedo, para bien y para mal", afirma. Para bien, porque eso significa que, generalmente, los cuadros ya no son graves; y para mal porque "las medidas de actuación son siempre más difíciles de implementar".
"Cada persona va a tener que tomar las medidas que considere en función de su grado de vulnerabilidad"
"Cada persona va a tener que tomar las medidas que considere en función de su grado de vulnerabilidad porque está claro que a nivel público hemos agotado el nivel de presión sobre la ciudadanía. Creo que ya está de nuestra mano", reflexiona Cañelles.
El presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López-Hoyos, que también indica que "podría haber algún pico de aquí a las Navidades", señala que si una persona ya ha pasado la enfermedad "una o varias veces" tiene una inmunidad "con memoria bastante potente", aunque eso puede que no sea suficiente para librarle de otra reinfección si esta está causada por una nueva variante con alto nivel de infectividad.
Ahora bien, que se infecte no quiere decir que no siga protegido frente a la enfermedad grave, lo cual sí se ha demostrado en las dos últimas oleadas en las que los altos niveles de transmisión se han desacoplado de la saturación en los hospitales. "Las vacunas y la inmunidad generada con las infecciones nos están permitiendo poder hacer una vida casi normal", explica el inmunólogo.
Para los 'vírgenes' del coronavirus, aquellas personas que todavía no se han contagiado -o no se han enterado- de covid, López Hoyos cuenta que si están vacunadas con las tres o cuatro dosis -según el caso-, "están protegidas, puede haber tranquilidad en cuanto a enfermedad grave". Cabe recordar que a las personas con patologías crónicas o de mayor edad, el coronavirus sí les puede causar problemas a pesar de estar vacunadas.
"Sin lanzar las campanas al vuelo, eso que quede claro, no es que esto esté solucionado pero podemos estar tranquilos porque en principio estamos protegidos por la inmunidad celular", que es la que protege a largo plazo, abunda López Hoyos.
España se ha caracterizado por ser uno de los países más cautos en cuanto a la regulación -por decreto ley- del uso de las mascarillas. Su uso sigue siendo obligatorio en los transportes públicos, en centros sanitarios y en las residencias de mayores. Y así seguirá siendo este otoño-invierno.
Darias pidió este lunes "cautela" y enfrió la posibilidad de que el Gobierno apruebe en otoño la retirada de las mismas en dichos lugares. "Tenemos que ser cautos", dijo Darias tras el Consejo Interterritorial. Según indicó, los expertos de la Ponencia de Alertas no han remitido ninguna propuesta para la retirada de las mascarillas.
"Ya lo han dicho las personas expertas: la mayor circulación del virus será en otoño e invierno", aseguró la ministra, que remarcó, no obstante, que en España "tenemos una vida prácticamente normal".
Fuente: 20 Minutos