La ola de contagios de coronavirus que comenzó en España a mediados de junio, y que sigue amenazando durante las vacaciones de verano, ha alarmado a los expertos, si bien no todavía por llegar a niveles de presión tan altos como en anteriores olas, como por la facilidad con la que infecta a personas que han pasado la enfermedad o que se han inoculado la vacuna muy recientemente.
Durante estas semanas ha sido habitual que personas que ya superaron la enfermedad en el repunte de casos de las primeras variantes de ómicron (como la BA.1 y BA.2) a finales de 2021 y principios de 2022 hayan vuelto a ver las dos rayas rojas en un test de coronavirus, siendo esta una de las particularidades de las dos nuevas subvariantes dominantes BA.4 y BA.5 que han prendido la mecha del actual repunte de casos que podría seguir creciendo con la variable centauro.
"Lo característico de estas nuevas variantes (en referencia a la BA.4 y BA.5) es su gran facilidad para contagiar" destaca Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). "Se están contagiando personas sanas que hasta ahora no habían tenido Covid-19, pero también ha habido muchas reinfecciones porque con la gran circulación que hay ahora del virus es muy probable ese contagio", advierte haciendo referencia a la relajación de las medidas de contención.
Durante sus declaraciones a 20Minutos, Armenteros destaca la ausencia de lo que se denomina "inmunidad cruzada". Este término es clave para comprender el repunte actual de reinfecciones, pues hace referencia a la inmunidad que puede dar a las personas el hecho de haber superado previamente otras variantes o subvariantes, en el caso de la BA.4 y BA.5 esta inmunidad cruzada es prácticamente nula.
"Se están viendo casos de reinfectados que lo pasaron hace un año, pero también vemos infecciones en gente que estuvo hace dos o tres meses con el virus. Son reinfecciones en menor período de tiempo", analiza Armenteros. Con él coincide María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc): "Con BA.1 y BA.2 las olas llegaban en periodos de 3-4 meses, pero con estas nuevas subvariantes no se sabe. La buena noticia es que cada vez son más leves, pero más frecuentes", contrapone.
Es cierto que nos encontramos ahora ante variantes más escurridizas a la inmunidad conseguida tras superarlo, pero también menos agresivas, por el momento. Ante esto, el portavoz del SEMG introduce una serie de pinceladas: "El nivel de reinfecciones es mucho más alto de lo que hemos vivido hasta ahora, pero la gravedad es la misma en el sentido en el que no producen ingresos hospitalarios en un gran número de pacientes". Aunque matiza: "Al haber más contagiados, el aumento de ingresos hospitalarios es mayor".
La afirmación de Armenteros quedó confirmada este martes por la última actualización de datos del Ministerio de Sanidad y el último semáforo de riesgo covid, que volvieron situar a los hospitales españoles en riesgo alto, al superar el 10% de ocupación.
En estos datos se contabilizaron 12.789 enfermos ingresados por coronavirus (709 más que el viernes de la semana pasada), de los que 501 están en ucis. En total, ya hay más de 13 millones de contagios por covid según Sanidad, lo que cifra el total de infecciones en 13.032.841, aunque el cálculo está muy alejado de la realidad, ya que solo contabiliza las infecciones confirmadas por antígeno o PCR en centros médicos, y en mayores de 60 años, sanitarios, sociosanitarios y personas vulnerables.
Respecto a las últimas variantes, Sanidad también confirma que ómicron es la dominante en estos momentos tras haber desplazado a la delta. El último informe señala que desde finales de junio el porcentaje de esta cepa se sitúa en el 100 % y la variante predominante es la BA.5.
Por otro lado, aparece la cuestión de la "severidad" en su manifestación, que según los expertos como Jose María Molero, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), es mayor que en cepas anteriores: "Las primeras reinfecciones a principios de 2021 fueron prácticamente asintomáticas, con variante delta había un poco más de síntomas, y ahora lo que estamos apreciando clínicamente es que son más sintomáticos, pero no más graves", reflexiona.
Entre estos síntomas más marcados, Lorenzo Armenteros destaca "tos más fuerte", más "intensidad en el dolor de garganta" y también en "otras sintomatologías como cefaleas y cansancio". A todo esto añade que los síntomas se prolongan más en el tiempo, al igual que la aparición del resultado negativo en el test. "Estamos teniendo un promedio entre 7-8 días de síntomas e incluso hasta 11 días antes de un resultado negativo", detalla.
Ante este avance de casos, las autoridades sanitarias Europeas han insistido en continuar con la vacunación, recomendación que seguirán las autoridades sanitarias españolas, a falta de fecha de inicio, tal y como se ha confirmado en las últimas jornadas. Sin embargo, algunos expertos ponen en entredicho la efectividad de las vacunas desarrolladas hasta el momento contra estas nuevas variantes.
"Las mutaciones que presentan (las subvariantes BA.4 y BA.5) son mayores, lo que les permite tener una mayor capacidad de ocultarse ante las defensas inmunológicas que tenemos por las vacunas" explica Lorenzo Armenteros. Desde su punto de vista, lo más recomendado es que "no se hable de cuarta dosis, sino de revacunación", señalando que lo ideal es que las vacunas suministradas a partir de ahora fueran ya las bivalentes, es decir, aquellas más adaptadas a las subvariantes de ómicron que ahora son protagonistas.
Pero ¿por qué no se puede hacer eso aún? Pues lo cierto es que, aunque algunas farmacéuticas como Moderna ya están "muy adelantadas" en este tipo de vacunas, no existe fecha para su llegada, aunque previsiblemente se esperan para otoño. A partir de aquí brota un debate sobre la necesidad de seguir vacunando con los fármacos diseñados para las primeras variantes o no.
"Se ha comprobado que las dosis que se van suministrando tienen menos capacidad inmunogénica" confiesa Armenteros, pero una de las corrientes de opinión es que la mejor opción es seguir vacunando para ganar algo de tiempo hasta la llegada de las mejoradas.
Esta es la tesis que defiende María del Mar Tomás, quien entiende que también es el motivo por el que desde Europa se insta a la vacunación con una cuarta dosis: "Lo que ocurre es que la cuarta dosis aumentaría la producción de anticuerpos por un periodo corto de tiempo, quizás tres o cuatro meses, pero protegería de esas subvariantes hasta que llegaran las vacunas adaptadas. Nosotros sí estamos de acuerdo con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos)", afirma.
A esta apreciación inserta una serie de matices Jose María Molero, pues considera que una vacunación masiva podría no ser la mejor opción. "Hay que valorar si la infraestructura que hay que desarrollar para vacunar a toda la población es costo-efectivo, se tendrían que hacer cuentas en las políticas de salud pública para ver si los costes son asumibles y sirven para que haya un beneficio no solo individual, sino colectivo. Es ahí donde está el debate", tantea.
"En determinadas edades y en personas inmunodeprimidas puede ser efectiva, pero en los jóvenes no está tan claro que sea costo-efectiva porque no están siendo casos graves. Además, la tercera dosis no se ha suministrado aún a más del 45-50% de los menores de 60", insiste Molero. "Antes que hablar de la cuarta tendríamos que insistir en la tercera, porque si se ha demostrado que es efectiva para disminuir las infecciones de ómicron", sentencia.
La capacidad de contagio de estas nuevas versiones del virus plantea una serie de dudas a corto-medio plazo, especialmente cuando ya se conoce la que podría ser la nueva subvariante que dispare los casos, la BA 2.75, denominada como centauro.
"Nadie lo puede saber, es una presunción por el histórico que vamos viendo, pero no se puede prever", advierte el portavoz de la SEMG. "La capacidad infecciosa que tiene centauro es muy alta, cuando comiencen los fríos y la vida dentro de los locales sea cada vez más activa se puede dar una mayor infecciosidad. Si no tenemos vacunas y se incrementa la capacidad infecciosa, es una tormenta perfecta".
Algo parecido opina la portavoz de la Seimc, quien confía en otra posibilidad además del desarrollo de esas nuevas vacunas. "Habría que ver si estas subvariantes tienen inmunidad cruzada entre ellas o no, en ese caso un contagio con BA.4 o BA.5 podría defender de la centauro, podría", recalca señalando la imprevisibilidad de la situación tras el verano.
Fuente: 20 Minutos