Imagen de una céntrica calle madrileña durante el mes de junio de 2022. JORGE PARÍS
España inaugura el verano y termina el curso escolar en pleno repunte de los contagios de coronavirus, con el número de ingresos hospitalarios más alto de los últimos cuatro meses (1.005 pacientes desde el pasado viernes) y con cuatro incrementos consecutivos de la incidencia en mayores de 60 años (se sitúa en 653), la única franja de la población monitorizada bajo este indicador actualmente por Sanidad por ser grupo de riesgo.
Tras los rebrotes se encuentran las nuevas subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5, que se expanden por toda la geografía nacional de manera desigual y ya representan entre 5,4% y el 64,9% de las muestras secuenciadas. En su último informe de variantes de SARS-CoV-2 (el coronavirus que causa covid-19), publicado este martes por el Ministerio de Sanidad, ambos linajes de ómicron presentan unas mutaciones que "suponen un importante cambio antigénico (particularmente frente a BA.1 [es decir, ómicron original]) lo cual les otorga un mayor escape inmune". Sin embargo, prosigue el documento, "hasta el momento no se han observado diferencias en la gravedad de los casos para ninguno de ellos".
España no es la excepción y se prevé que los contagios aumenten en las próximas semanas. Ambos linajes ya barrieron Sudáfrica -con menos hospitalizaciones que las causadas por ómicron en enero- y también Portugal -donde se cree haber alcanzado ya el pico y la letalidad respecto a ómicron no ha variado-. En Reino Unido se prevé llegar al máximo de contagios causados por ambos linajes entre finales de junio y principios de julio.
Estas variantes han llegado a España "un poco más tarde, pero ya se está empezando a ver un aumento de los contagios -desigual entre comunidades, como ya ha ocurrido con otras variantes-", confirma el investigador del CSIC Iñaki Comas. "Viendo la trayectoria que han tenido en Portugal y Sudáfrica, es de esperar que se terminen convirtiendo en dominantes y que terminen desplazando a la BA.2", agrega el investigador, al tiempo que destaca que el reemplazo de unas subvariantes de ómicron por otras se ha producido en menos tiempo que lo que tardaron en predominar variantes anteriores a ómicron.
"Alfa dominó entre cuatro y seis meses, delta lo mismo; sin embargo, BA.1 (ómicron original) fue reemplazada por BA.2 en muy poco tiempo y ahora en muy poco tiempo estamos viendo lo que parece que es el inicio de un reemplazo con BA.4 y BA.5", expone.
La "ventaja de crecimiento" mencionada por Sanidad se traduce en que estas variantes son más contagiosas, pues están aumentando la transmisión. Las cifras del último informe del Ministerio de Sanidad, publicado este martes, muestran un incremento de la incidencia entre los mayores de 60 años tanto a 14 como a siete días, y este dato es superior a la mitad de aquel, lo cual indica también la tendencia al alza de los contagios. Si hace dos semanas se registraban 586 casos por cada 100.000 habitantes -de 60 años o más- a 14 días y 278 a siete días, este martes estos guarismos ascienden a 653 y a 340, respectivamente. En cuanto a la presión asistencial, el pasado 7 de junio un 5,48% de las camas en planta y un 3,62% de las plazas de UCI estaban ocupadas por pacientes covid, mientras que actualmente estas cifras también han ascendido al 6,35% y al 4,07%, respectivamente.
Según las cifras ofrecidas por el Sistema para la Vigilancia en España del Centro Nacional de Epidemiología (SiViEs), el número de pruebas secuenciadas en las que se ha detectado una de estas dos variantes ha pasado de tres a 17 en tres semanas para la BA.4 y de una a 73 en seis semanas para la BA.5. Sin embargo, Comas advierte de que esto también depende del diseño de la vigilancia y del porcentaje de muestras que se secuencian del total de positivos, de forma que "a veces pasas de no ver nada, a ver ya muchas". En la última semana analizada, del 6 a 12 de junio, el linaje BA.2 se ha detectado entre el 33,2% y el 73,8% de los cribados aleatorios, mientras que los linajes BA.4 y BA.5 se han encontrado en entre el 5,4% y el 64,9% de las muestras.
En la Comunidad de Madrid, el viceconsejero de Sanidad, Antonio Zapatero, ha alertado de que BA.4 y B.5 ya suponen entre el 60 y el 70% de las pruebas secuenciadas. La capacidad de estos sublinajes de evadir la inmunidad conferida por las vacunas o por las infecciones previas de otras subvariantes de ómicron, junto a la alta carga viral que se están detectando en las PCR de coronavirus realizadas, han llevado al doctor Zapatero a augurar un probable crecimiento de los contagios "en las próximas dos-tres semanas". Sin embargo, prevé que la mayoría de los casos serán "poco sintomáticos", escribió en Twitter el sábado 18 de junio.
El catedrático de biología celular de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Guillermo López Lluch, recuerda que "las variantes BA.4 y BA.5 no tienen por qué ser más graves" que las anteriores y, de hecho, "los síntomas parece que son los mismos: fiebre, dolor de cabeza, de garganta, muscular, tos o mocos".
El científico incide en seguir protegiendo a los más vulnerables de este virus, que "sigue circulando y modificándose, pero parece que se está afinando sobre la variante ómicron", señala. La alta inmunidad adquirida por la población durante el tiempo que llevamos de pandemia -bien por vacunas, bien por infecciones, bien por ambas cosas (inmunidad híbrida)- ha llevado a que las respuestas a este virus sean "más asumibles, es decir, resfriados graves o síntomas gripales que desaparecen a los pocos días".
"Con ómicron estamos ante un escenario muy nuevo. Además, ahora hay muy poca gente sin vacunar o sin haber pasado la infección. A ello se suma que las variantes predominantes se van reemplazando cada vez más rápido, pero ninguna de ellas está cambiando la pandemia tal y como la conocemos en 2022", resume el investigador.
Sobre los efectos de BA.4 y BA.5 también ha escrito recientemente la investigadora de la University College de Londres (Reino Unido) Christina Pagel. En un artículo publicado en la revista médica The British Medical Journal, afirma que, según un reciente estudio realizado entre personal sanitario británico, ómicron es "particularmente astuta para evadir la respuesta inmunitaria" tanto humoral como celular. "Incluso una infección por ómicron no induce inmunidad particularmente buena contra una futura infección con esta misma variante", agrega Pagel. Esto explica que personas contagiadas con ómicron se hayan reinfectado con alguno de sus sublinajes poco tiempo después.
En este sentido, el investigador del CSIC en el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC) Iñaki Comas confirma que si bien el salto entre las diferentes subvariantes de ómicron, en cuanto a la capacidad de reinfectar, "es menor" (comparado con el salto entre ómicron original y variantes anteriores como delta, alfa o la de Wuhan), sí tienen "cierta capacidad de reinfectar, pero no se sabe el porcentaje de evasión inmune". A las mutaciones genéticas de las diferentes variantes también hay que añadir que en la reinfección influyen otros factores como que la inmunidad humoral (anticuerpos) decae con el tiempo y la ausencia de restricciones pandémicas (en general, ya no es obligado aislarse ni llevar mascarilla). La combinación de estos tres factores, continúa el también coordinador de la Plataforma de Salud Global del CSIC, determinan la dimensión de cada oleada de contagios.
Aunque no se espera que este repunte de los contagios comprometa la asistencia sanitaria, Comas incide en que hay que "seguir vigilantes" y recuerda que, como con la primera oleada de ómicron de Navidad, "si hay un gran número de contagios, el número de ingresos también se elevará. Eso es lo que más preocupa, pero lo que se está viendo en otros países, tanto en Sudáfrica como en Reino Unido, es que el impacto sobre la presión asistencial no está siendo grande. Se espera una trayectoria similar en nuestro país, pero hay que seguir vigilantes" porque "no se puede descartar" que pueda aparecer otra variante con características totalmente diferentes a ómicron.
Fuente: 20 Minutos