Cartel en el puerto de Odesa en el que se advierte de la presencia de minas. Anastasia Vlasova Getty
Los silos ucranianos están a rebosar con la recién recogida cosecha de invierno. La recolección de cereales no parece ser el principal problema en un país que, junto a Rusia, sumó alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo en los últimos tres años. La preocupación más urgente es otra: cómo hacer llegar estos bienes básicos a los países que los necesitan. El ejército ruso en el mar Negro y la instalación de minas defensivas por parte ucraniana han paralizado las exportaciones a través de los principales puertos del país. Sucede en Odesa, en Berdiansk o en Mariúpol. Según los datos de Alemania, hay 25 millones de toneladas de cereales que no pueden ser exportados. Por eso, la comunidad internacional se está movilizando para tratar de desbloquear la situación. Si no, puede desatarse una crisis alimentaria mundial. India acaba de prohibir las exportaciones por el aumento repentino de los precios de este cereal. Quiere asegurar el consumo interno. El precio del trigo volvió a batir un récord el lunes como consecuencia.
El riesgo es que ante la escasez de trigo y de fertilizantes a causa de la guerra, sumada a los efectos del cambio climático y tras dos años de pandemia, decenas de millones de personas alrededor del mundo sean arrastradas a la inseguridad alimentaria. La ONU advierte que si no se hace nada, la crisis global podría durar varios años. El secretario general de la organización, António Guterres, reclama a Rusia que permita la exportación de cereales almacenados en los puertos ucranianos, a la vez que pide a los países occidentales que permitan el acceso de los fertilizantes rusos a los mercados mundiales. “Las complejas implicaciones de seguridad, económicas y financieras requieren buena voluntad de todas las partes”, avisó en Nueva York.
El Banco Mundial ha anunciado otros 12.000 millones adicionales para mitigar estos efectos devastadores, la mayoría de los cuales irá a favorecer proyectos de agricultura en África, Oriente Medio, Europa del Este o Asia. Desde que Rusia envió a sus tropas a Ucrania, Kyiv se ha visto forzada a exportar por carretera, tren o a través de puertos en el Danubio. Es mucho más difícil. Cruzar las fronteras es complicado, las carreteras no pueden aguantar tanto tráfico pesado, la capacidad de los puertos alternativos es limitada, explica The Economist .
“Será necesario que los puertos sean desminados, por lo que todas las partes involucradas deberían abrir un paréntesis de colaboración para evitar un escenario que haría morir a millones y millones de personas en la parte más pobre del mundo”, avisó en el Senado italiano el primer ministro Mario Draghi. Italia está organizando un diálogo ministerial con los países mediterráneos para el próximo 8 de junio, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, con el objetivo de delinear las medidas de intervención necesarias ante las graves repercusiones de la guerra sobre la seguridad alimentaria, en particular en países del Mediterráneo y África, grandes importadores del trigo ucraniano.
Estos países compraban especialmente el trigo ucraniano por sus bajos costes, que incluían los del transporte, que ahora se ha disparado. Algunos expertos ya están diciendo desde hace semanas que el incremento del precio del pan podría desestabilizar gravemente a gran parte de las economías del mundo árabe.
El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también conversaron este jueves sobre la posibilidad de abrir nuevas rutas, tanto marítimas como terrestres, con este propósito. “Si tienes corazón, por favor, abre los puertos”, reclamó al presidente ruso, Vladímir Putin, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley.
Sin embargo, las peticiones no convencen a Moscú, con problemas en el campo de batalla, que intenta atacar la economía ucraniana. El viceministro de Exteriores ruso, Andréi Rudenko, aseguró ayer que si lasa Naciones Unidas quiere abrir los puertos del mar Negro para exportar trigo, se deben revisar las actuales sanciones occidentales. El Kremlin afirmó este jueves que Rusia se está preparando para una posible crisis alimentaria mundial desde finales del 2021, mucho antes de ordenar a sus tropas entrar en Ucrania, con restricciones o tasas sobre las exportaciones de productos básicos.
Fuente: La Vanguardia