La ya exdirectora del CNI, Paz Esteban (a la derecha) y la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante su toma posesión en 2002. EMILIO NARANJO (EFE)
La directora del CNI, Paz Esteban, ha sido destituida este martes en el Consejo de Ministros. Esperanza Casteleiro, secretario de Estado de Defensa, que viene del CNI y es una persona de confianza de Margarita Robles, será la sustituta. Desde la cúpula del Ejecutivo los mensajes eran muy claros en los últimos días: la decisión estaba tomada. Lo único que faltaba era ponerle fecha. Y finalmente ha sido hoy, en la primera reunión tras la comparecencia de Esteban ante la comisión de secretos oficiales y ya con el informe sobre el espionaje a los miembros del Gobierno cerrado. Esto es, la decisión se ha tomado de forma rápida, lo que demuestra la voluntad de Pedro Sánchez de cerrar cuanto antes la crisis del programa de espionaje Pegasus.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha comparecido en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para anunciar la decisión pero a la vez defender “el gran prestigio internacional” de la inteligencia española en especial por su lucha contra el terrorismo. Con gesto muy serio, Robles ha reivindicado la trayectoria de Esteban. “Puede haber fallos, en España y en todos los países del mundo. Por eso es tan importante que no bajemos nunca la guardia y que el centro esté luchando cada día con la mayor eficacia. Es necesario reforzar el CNI y dar un paso adelante, modernizarlo”, ha señalado la ministra sin argumentar por qué se produce la destitución. El CNI depende de su ministerio, y su intervención es en sí misma un mensaje político claro para los que pedían también la cabeza de Robles: cae la directora, pero la ministra sigue y con todo el apoyo del presidente y además el relevo es una persona de su confianza.
Aún así, ha sido un trago difícil porque ella dejó claro públicamente su apoyo a la directora y finalmente es quien ha anunciado su destitución y su relevo. “Sustituimos una funcionaria del centro por otra. No es una destitución, es un sustitución”, ha destacado Robles en las preguntas, en las que ha señalado que no está “incómoda” porque la sustituta es una persona de su absoluta confianza, por lo que se siente reforzada. “Es un orgullo que la secretaria de Estado de Defensa vuelva a su casa, al CNI”, ha rematado. Robles ha evitado en todo momento explicar por qué se produce el relevo y cuando le han preguntado desde que la defendió la semana pasada cuando la defendió hasta hoy cuando la destituye: “No ha pasado nada”.
“Puede haber fallos. Pero me gustaría que se pusiera en valor los intentos [de ataque] que se han evitado”, ha insistido. “Hoy damos un paso más para defender a España de los ataques que vienen de distintos lugares del mundo. Esto es una labor de Estado, y ahí me van a encontrar a mí, a todo el Gobierno y al presidente, al que conozco, admiro y respeto, y eso es algo que no me lo va a quitar a nadie. Siempre he encontrado el apoyo del presidente estando cerca de los ciudadanos que sufren más”, ha dicho la ministra visiblemente emocionada.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha criticado rápidamente el relevo como una cesión ante los independentistas, y el Gobierno ha reaccionado indignado ante esas críticas. “Está claro que el PP ha cambiado al líder pero no al community manager [el que gestiona las redes sociales] porque ese tuit que ha escrito Feijóo podría haberlo hecho Pablo Casado”, ha dicho Isabel Rodríguez, la portavoz.
"En este país a nadie se le investiga por sus ideas políticas. Llevamos muchos años defendiendo que la gente pueda tener sus propias ideas. Todas las decisiones están autorizadas por los jueces y motivadas”, ha insistido Robles cuando le han preguntado por el espionaje con Pegasus a los independentistas catalanes.
El Gobierno nombró a Paz Esteban (Madrid, 63 años) directora del CNI el 31 de enero de 2020. Por aquel entonces, ella ya estaba de facto al frente de este organismo clave para la seguridad nacional, pero solo de forma interina. Sustituyó al general Félix Sanz Roldán, del que fue mano derecha, cuando este se retiró en julio de 2019, tras 10 años de mandato. Ha sido la primera mujer al frente de los servicios secretos españoles en toda su historia.
La salida de Esteban abre la puerta, según la intención del Ejecutivo, al final de la crisis del caso Pegasus, una de las más graves de una legislatura convulsa. Esta alta funcionaria de perfil técnico, que lleva 40 años en el centro, sería el cortafuegos de un incendio que no ha parado de crecer, pero se empieza a sofocar también por los mensajes que llegan de ERC, como se ha comprobado en la entrevista hoy de su líder, Oriol Junqueras, en EL PAÍS.
Esteban ya ha comparecido ante la comisión de secretos del Congreso y el CNI ya ha finalizado el análisis de todos los móviles de los ministros. Eso era lo que estaba esperando el Ejecutivo para tomar la decisión definitiva. “Estas dos semanas son en sí mismas un gran fracaso del CNI, cuya obligación es pasar bajo el radar, que no se hable de ellos”, argumentaba este fin de semana un miembro del Gobierno.
El resultado de ese informe es que tres teléfonos fueron infectados en junio de 2021: el del presidente, el de la ministra de Defensa, y el de Interior, Fernando Grandes Marlaska. Además el CNI ha detectado que hubo un intento de entrada fallido en el móvil del ministro de Agricultura, Luis Planas. Las fechas coinciden con una crisis con Marruecos y además planas fue embajador allí, con lo que todas las sospechas apuntan al reino vecino.
El CNI está en las conversaciones en todos los círculos políticos y en la prensa por un motivo muy difícil de gestionar: el agujero de seguridad que permitió no solo que alguien, probablemente un Gobierno extranjero, espiara al presidente del Gobierno —algo que le ha sucedido a mandatarios de otros países— sino que eso sucediera hace un año y el CNI no se enterase. De hecho, si no fuera por el escándalo provocado por un informe del grupo de expertos en ciberseguridad Citizen Lab que señalaba que más de 60 independentistas fueron espiados con Pegasus, es posible que nunca se hubiera sabido que Sánchez sufrió un ataque, porque, según el Gobierno, se analizó su móvil como consecuencia de esa crisis.
Pedro Sánchez y Paz Esteban, en marzo pasado, durante un foro de ciberseguridad en La Moncloa. ANDREA COMAS
El ataque a Sánchez, sería un primer gran fiasco del CNI. Pero el otro, que tiene que ver con el espionaje reconocido por el servicio secreto a personas vinculadas al movimiento independentista, y en especial a Pere Aragonès, es también relevante. Robles y Esteban defienden que todo se hizo con autorización judicial y no hay nada que reprochar. Pero incluso admitiendo ese planteamiento, señalan fuentes del Ejecutivo, ¿no es un gran fiasco que los hayan pillado?
Hay, además, un tercer elemento grave: el CNI, según La Moncloa, no informó en ningún momento al presidente ni a su equipo de esa operación tan sensible. Y eso se estaba haciendo en otoño de 2019 con el entonces vicepresidente de la Generalitat sin que Sánchez —según La Moncloa— lo supiera. Por otro lado, si la intervención del móvil del líder de ERC se produjo en las fechas en las que él sospecha (4 de enero de 2020, a tres días de la investidura de Sánchez, según el informe de Citizen Lab) las conversaciones de Aragonès con el propio Sánchez y otros miembros del Gobierno habrían sido escuchadas por el CNI.
De hecho, la gran pregunta que surge de esta crisis, según varios miembros del Ejecutivo, es esta: “¿El Gobierno controla plenamente al CNI?”. “Hay que plantearse cambios para que el Gobierno tenga un mayor control del CNI. No puede ser que sea totalmente hermético. Aunque es verdad que hay cosas que es mejor no saberlas”, dice un miembro del Gobierno. Además de la salida de Esteban y su relevo, es importante ver si hay alguna reorganización del centro aprovechando este cambio en la cúpula.
Fuente: El País