Una joven se somete a una PCR.
En poco más de un mes, el fin del aislamiento obligatorio, la Semana Santa y el levantamiento de la obligación de llevar mascarilla en los espacios cerrados han dado un vuelco a la manera de vivir en pandemia. La consecuencia que muestran los datos es un aumento muy notable de los contagios entre los mayores de 60% y, en menor medida, un incremento de la ocupación de los hospitales, que se sitúan en nivel de riesgo medio. La situación se observa de manera en el Ministerio de Sanidad, que considera que son "oscilaciones" que cabía esperar y que, de momento, no ha dado orden de modificar la estrategia actual y entre algunos expertos, que creen que fue prematuro levantar los aislamientos y la obligación de las mascarillas y consideran adecuado revisar estas decisiones.
Según el informe del Ministerio de Sanidad, publicado este martes, la incidencia acumulada (IA) entre los mayores de 60 años a 14 días es de 790 casos por cada 100.000 habitantes, con una tendencia al alza, dado que a siete días es de 420, más del 50%. También lo es con respecto a días y semanas anteriores. Una semana antes, era de 608 y el viernes pasado, 676. Esta progresión ha hecho que nueve comunidades estén por encima de la IA de 1.000, aunque según la estrategia de vigilancia siguen en riesgo bajo, porque el salto al medio se da a partir de 1.500.
Si nos fijamos en los hospitales, adonde llegan los casos graves que son los que se tienen más en cuenta en la actualidad, los ingresos han pasado en una semana de 6.455 el 26 de abril a 6.883 en el informe de este martes. Con una ocupación de 5,56%, el riesgo por camas hospitalarias ocupadas por Covid ha pasado ya a riesgo medio (entre 5 y 10%)y en dos comunidades supera el 10% y llega al riesgo alto. Las UCI se mantienen en riesgo bajo, con una ocupación media nacional de 4,02% pero con cinco comunidades en riego medio, por encima del 10%.
Al margen de los informes del ministerio, en las últimas semanas la Covid ha vuelto a ser un tema recurrente de conversación, en las que han vuelto a colarse los contagios. Según Bidafarma, una de las dos grandes distribuidoras de las farmacias españolas, después de Semana Santa se ha incrementado en un 42% la venta de test de antígenos. Aunque los expertos avisan de que con la variante ómicron no tendrían una efectividad superior al 37%, el aumento de ventas ya indica, al menos, un aumento de las sospechas de tener Covid y sigue siendo continuo el goteo de noticias de contagios. La última personalidad que ha anunciado su positivo, este miércoles, ha sido el lehendakari, Íñigo Urkullu.
Los contagios de la población que no se considera vulnerable no quedan registrados más que, cuando así lo ameritan, pasan a considerarse infección respiratoria aguda (IRA), con más prevalencia entre los bebés. Sin poder atribuirse toda la causa a la Covid, en época de alergias como la actual, por ejemplo, lo cierto es que la incidencia de las IRA también aumentado en las últimas semanas y ya se aprecia una tendencia ascendente en la curva por franjas de edad.
Por ejemplo, el último informe que ofreció estos datos, el 29 de abril, muestra una incidencia de las IRA de 785 por 100.000 habitantes, siendo de 830 por encima de los 65 años o 751 entre la población de 15 a 44 años. El 8 de abril, antes de Semana Santa, estos valores eran de 499 para todas las edades, de 419 en mayores de 65 años y de 445 entre 15 y 44 años.
El Ministerio de Sanidad observa de forma continuada junto a las comunidades el escenario sin de momento tener intención de tomar medidas. El aumento de los contagios ha continuado, pero en Sanidad mantienen la valoración que hizo la ministra, Carolina Darias, la semana pasada, cuando dijo que estos incrementos eran "oscilaciones" propias de una pandemia que, recalcan tanto el ministerio como los expertos, todavía no ha terminado.
La estrategia actual, que en marzo eliminó cuarentenas y aislamientos y priorizó la vigilancia solo en población vulnerable y casos graves en lugar del conjunto de la población, está sujeta a la posibilidad de dar marcha atrás si se considera necesario. Sin embargo, de momento, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que dirige Fernando Simón no ha planteado a la Ponencia de Alertas -los expertos en las comunidades- que haya que hacer modificaciones. El contacto sobre la situación epidemiológica es constante, pero esta semana no ocupará a los primeros espadas y Darias no ha convocado al Consejo Interterritorial de Sanidad.
Sin embargo, entre los epidemiólogos empieza a cundir la alarma. A diferencia de la aparente tranquilidad con la que se ve en los puestos de mando el aumento de los contagios, se tiene la certeza de que estamos en una séptima ola y que, si bien no debe cundir el pánico, tampoco debería tomarse a la ligera.
"Entre los epidemiólogos queda claro que se esté iniciando una séptima onda, que no tiene que alarmar a tope pero sí importa minimizar el impacto", dice Joan Caylà, exjefe del servicio de epidemiologia de la Agència de Salut Pública de Barcelona, que recalca que desde principios de abril a ahora los contagios entre mayores de 60 años han crecido un 72% y los ingresos hospitalarios, un 65%. Sin contar con que la media diaria de fallecimientos sigue en 30 muertes "y esto nos debería impresionar".
"Se nos ha ido de las manos. Algunos habíamos ignorado que íbamos a ver esto, en un mes la IA en mayores de 60 ha crecido más del 47%", terciaba este martes en una entrevista en La Sexta el epidemiólogo de la OMS Daniel López Acuña.
Estos dos epidemiólogos coinciden en los factores que han contribuido, uno circunstancial como han sido las vacaciones de Semana Santa, unido a circunstancias epidemiológicas como el surgimiento de variantes de la ómicron y el descenso de la inmunidad en personas vacunadas hace meses, hasta las decisiones como la de levantar la obligación de hacer aislamiento en los casos leves y asintomáticos y de llevar la mascarilla puesta, también en espacios interiores.
"Ha sido un gran error de vigilancia el no aislar a positivos asintomáticos que pueden contagiar y en las próximas semanas veremos las consecuencia de haber retirado las mascarillas", apuntó López Acuña. En la misma línea se manifiesta Caylà, que lamenta que, aunque las mascarillas se quitaron después de Semana Santa, el anuncio se hizo antes, lo que hizo que "parte de la población entendiera en Semana Santa que la pandemia estaba superada", algo que asegura que no es así. "La pandemia continúa", aunque "se intuye que hay gente que pensaba que ya estaba superada", advierte.
Por el contrario, como en las peores épocas, Caylà ve que ahora también seguiremos la particular "historia natural" de la pandemia según la cual primero llega el contacto social que provoca los contagios, que en algunos casos requieren de hospitalización, en otros ingreso en UCI y, finalmente, provoca el fallecimiento de parte de esos.
Ante esa tesitura, y como también contempla la actual estrategia en España, Caylà recuerda que otros países han dado marcha atrás en algunas medidas ante el empeoramiento de la situación, algo que cree que podría acordarse ya en el caso de las mascarillas o de los aislamientos, dado que en el momento actual una persona que es positiva puede incluso ir a trabajar, portando la variante ómicron que es tan contagiosa.
Por último, alude a la vacunación de terceras dosis. Tras el éxito incontestable de la pauta completa, que tiene puesta el 92,6% de la población mayor de 12 años, la tercera dosis no ha ido tan bien y no alcanza más que al 52% de los mayores de 12 años, dice Caylà. Por tanto, mucha de la gente que no la tiene puesta y que completó su pauta hace ya muchos meses es más débil frente al virus. Cree que también debería avanzarse en terceras dosis ahora que se empieza a hablar de la cuarta dosis para los mayores de 80 años.
A este respecto, la Comisión de Salud Pública se reúne este jueves, con pocas expectativas de aprobar una cuarta dosis para la población más mayor que hace semanas empezó a pedir Asturias, la comunidad en la que antes empezó a empeorar la situación.
Fuente: 20 Minutos