Personal sanitario asiste a un enfermo de covid-19 en el Hospital Clinic de Barcelona. ALBERT GARCIA.
La explosión de contagios que comenzó antes de las fiestas navideñas ha devuelto la presión a los hospitales de media España. Los ingresados han superado los picos de ocupación de las dos olas anteriores, la de primavera y la de verano de 2021. Aunque la situación no es igual en todas partes, hay cinco comunidades (Canarias, Navarra, País Vasco, Aragón y Cantabria) con las peores cifras de hospitalización en camas convencionales desde el inicio de la campaña de vacunación. En las unidades de críticos la ocupación también crece: en 26 provincias, más del 25% de las camas de UCI están ocupadas por un paciente covid, lo que implica que la capacidad de estas unidades está en riesgo muy alto, según el último protocolo del Ministerio de Sanidad.
En la tercera ola, justo ahora hace un año, los hospitales españoles llegaron a tener más de 27.000 pacientes con covid en planta y cerca de 5.000 necesitaron cuidados intensivos en UCI con respirador (marcan la referencia del 100% en el siguiente gráfico). Ahora, pese a que los contagios superan el triple de los de hace un año, hay 14.000 pacientes en camas convencionales y 2.000 en camas de críticos, alrededor del 50% de los del año pasado. La proporción de contagiados que agravan y acaban en el hospital es ahora inferior.
La principal diferencia respecto a entonces es la cobertura vacunal: en aquellas semanas la campaña de vacunación comenzaba despacio en las residencias; ahora la mayoría de la población ha recibido dos dosis de la vacuna y el 90% de los mayores de 70 ya han recibido una de refuerzo.
Pese a esta protección, la situación es complicada en varias provincias. Hay 10 donde más del 15% de las camas están ocupadas por pacientes con covid, por encima del umbral de uno de los indicadores que el Ministerio de Sanidad utiliza para declarar en riesgo muy alto un territorio. En 28, lo están más del 10% (riesgo alto). En los cuidados intensivos la situación es peor: en 26 provincias, una de cada cuatro camas de UCI está ocupada por un paciente con covid, por encima del nivel de riesgo muy alto para los cuidados intensivos.
En algunas regiones hay más pacientes ingresados con covid estos días que en los peores momentos del invierno pasado. Esto está ocurriendo sobre todo en las plantas de los hospitales de Canarias —que tuvo una ola invernal más suave que el resto de España en 2021— y de provincias de País Vasco, Aragón o Cataluña. Algunas de ellas, como Gipuzkoa, Álava, Huesca o Lleida, registraban a principios de diciembre, antes de la explosión de ómicron, las peores cifras de contagios de todo el país: es posible que algunos de los pacientes que ocupan ahora sus hospitales se infectaran entonces de la variante delta.
Los efectos de esta larga ola de contagios se notan también ya en las unidades de críticos. En Huesca hay un 18% más de pacientes con covid que en el peor momento de 2021 y Álava, Bizkaia o Girona tienen casi tantas camas UCI ocupadas como entonces (casi un 80%).
La mayoría de hospitalizados actualmente son contagios que se han producido durante las fiestas, pero esto no implica que todos se deban a la nueva variante, ómicron. Es un dato del que no hay información oficial aún en España. En Francia, los primeros datos disponibles apuntan a que en los hospitales ómicron avanza con fuerza, pero las dos variantes todavía conviven: a finales de diciembre, los ingresos hospitalarios por ómicron eran el 54%. Las estancias cortas, de menos de un día, son además más comunes entre los contagiados con la nueva variante que con delta, una nueva muestra de que ómicron tiene consecuencias menos severas. En las terapias intensivas de ese país, además, sigue siendo mayoritaria la variante delta y ómicron representa solo un 19% de los ingresados.
En España no hay datos para averiguarlo, aunque los médicos consultados apuntan a que la tendencia es parecida. La mayoría de ingresos son por ómicron y sus estancias en camas de hospital, más cortas que en olas anteriores. En los pacientes de UCI, donde la mayoría de enfermos no están vacunados, “los que ingresan siguen siendo muy graves, y el ingreso es prolongado”, apunta Gonzalo Tamayo, del Hospital de Cruces (Barakaldo). Fuentes sanitarias y médicos de varias comunidades apuntan que la mayoría de los pacientes que ocupan las camas UCI se contagiaron con delta. Está por ver si crecerán los ingresados graves con ómicron o si la vacuna y la menor severidad de esta variante limitarán la presión sobre los cuidados intensivos.
Aún con estos datos, la situación no se traduce directamente a una menor presión hospitalaria. Como apunta Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínico de Barcelona: “Cuando hay un número tan alto de contagios, por menos severa que sea la enfermedad, es más complejo de gestionar”. En su centro, el 35% de las camas UCI están ocupadas por pacientes con covid, lo que ha provocado que se haya aplazado alguna cirugía de forma puntual. “Después de desbordarse la primaria, aguantamos cada día más apretados y contamos con que sigan aumentando los ingresos en planta. Aunque, gracias a la vacuna, esperamos menos impacto en las UCI, donde los pacientes suelen quedarse varias semanas”.
Entre los nuevos hospitalizados, tener o no la vacuna es el principal elemento diferenciador. En los hospitales de Cataluña, que publica diariamente los nuevos casos y hospitalizaciones según el estado vacunal, han ingresado 1.405 mayores de 80 años desde el 1 de diciembre. Entre ellos, hay 910 no vacunados por cada 100.000 y 240 vacunados por cada 100.000, casi cuatro veces menos. Entre los pacientes en la UCI la proporción es aún mayor: hay 28 de cada 100.000 vacunados de entre 60 y 69 años, y 192 por cada 100.000 no vacunados en la misma franja, siete veces más.
De hecho, el perfil de los pacientes ingresados ha cambiado según ha avanzado la campaña de vacunación. Es algo que se observa sobre todo entre los mayores, más propensos a agravar y necesitar atención hospitalaria. Al inicio de la pandemia los mayores de 70 años representaban el 50% del total de enfermos con covid en hospitales. Con el inicio de la vacunación esta proporción se fue reduciendo y en mayo, cuando la mayoría de este grupo estaba vacunada, apenas un 15% de los pacientes con covid tenían esta edad. La situación se volvió a complicar durante el otoño, antes de que comenzaran a ponerse las terceras dosis. En esas semanas, los mayores de 70 años volvieron a representar el 50% de los enfermos por el virus en los hospitales. En los últimos días, ya con un porcentaje importante con la dosis de refuerzo, se ha reducido de nuevo su peso entre los enfermos de covid.
Fuente: El País