Cientos de jóvenes han salido a las calles de Barcelona esta medianoche del miércoles, la última del año en que abrirán las discotecas. / MANU MITRU
La explosión de contagios de los últimos días, con España batiendo récords diarios de positivos debido a la llegada de la variante ómicron, mucho más infecciosa aunque en principio menos grave, empieza a forzar a las comunidades a impulsar restricciones, siguiendo la estela de Catalunya. Ningún territorio piensa de momento aprobar limitaciones tan duras como las de la Generalitat, que incluyen un toque de queda avalado por los tribunales, pero este lunes, a solo cuatro días de Nochevieja, seis autonomías del norte pactaron las líneas generales del nuevo régimen.
Tras sufrir en algunos casos incidencias por encima de los 2.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, algo nunca vista en estos casi dos años de pandemia de coronavirus, Aragón, Navarra, Euskadi, La Rioja, Cantabria y Asturias consensuaron restricciones en el ocio nocturno, los horarios comerciales y el número máximo de comensales en la hostelería. Los territorios pretenden así evitar que haya movilidad entre unos y otros, con sus ciudadanos desplazándose en función de dónde haya medidas más laxas.
En el caso de Aragón, a partir del miércoles y hasta el próximo 15 de enero, la hostelería no podrá estar abierta más allá de medianoche, los establecimientos de ocio nocturno deberán cerrar a las 2 de la madrugada y en ningún caso podrá haber más de 10 comensales por mesa ni se permitirá el consumo en barra.
Euskadi aún no ha terminado de concretar sus iniciativas, pero irán en el mismo sentido, después de que el lendakari, Iñigo Urkullu, fracasara, al igual que otros presidentes autonómicos, en su intento de forzar al Gobierno central a pactar restricciones comunes en todo el Estado. A diferencia de otras ocasiones, en las que los magistrados tumbaron algunas de sus iniciativas, el Gobierno vasco no consultará esta vez a los tribunales, sino que basará sus acciones en su propia ley antipandemias. Es decir, no habrá medidas que afecten a los derechos fundamentales, como el toque de queda y el límite de personas en las reuniones domésticas. También Galicia y Andalucía preparan restricciones a corto plazo, aunque esta última comunidad no actuará hasta la semana que viene.
En cuanto al resto de los territorios del norte que acordaron las líneas generales para hacer frente a la sexta ola, algunos ya han anunciado las restricciones (caso de Asturias) y otros, como La Rioja, lo harán a lo largo de esta semana, pero en todos las iniciativas se dirigen a restringir la hostelería y el ocio nocturno, un ámbito en el que Pedro Sánchez optó por no entrar durante la Conferencia de Presidentes celebrada el pasado miércoles.
Tras reinstaurar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, una medida calificada de poco efectiva por los expertos debido a que los contagios al aire libre son muy raros, el Ejecutivo central continúa insistiendo en que el elevado número de infecciones no está suponiendo, a diferencia de las olas anteriores, que se disparen los ingresos hospitalarios, debido a la extensión de la cobertura vacunal en España y a las propias características de la variante ómicron, que según todos los estudios preliminares provoca menos casos graves.
“En las próximas semanas veremos cifras de contagios muy altas, pero no así en hospitalizaciones. Tenemos que perseverar en tres cuestiones: seguir vacunándonos, mantener la protección personal y las mascarillas y actuar con unidad institucional”, dijo Sánchez este lunes, durante su visita a la isla de La Palma.
Casi al mismo tiempo, Isabel Díaz Ayuso transmitía la tesis contraria. La presidenta madrileña no solo dijo que los positivos iban a comenzar a caer en muy poco tiempo, sino que también calificó de inútiles las restricciones, pese a que sus compañeros de partido en Murcia y Galicia las defienden. Según Ayuso, partidaria de atajar esta sexta ola mediante el “autocuidado”, los positivos “comenzarán a remitir en cuestión de días” y los cierres “no sirven de nada”. Madrid, Extremadura, Castilla y León y Castilla-la Mancha son las únicas autonomías que no han tomado ninguna medida.
Fuente: El Periódico