La quinta ola respecto a la tercera. Carlos Gámez
La pandemia de COVID-19 continúa su avance imparable en España, con todas las comunidades autónomas ya en riesgo extremo y la incidencia acumulada a 14 días disparada, por encima de los 644 casos por 100.000 habitantes y tendencia al alza. No alcanza, de momento, los 899 puntos registrados el pasado 27 de enero, en plena tercera ola, y que suponen el máximo marcado durante la crisis sanitaria.
A pesar de la rápida propagación del virus y el elevado valor de la incidencia en esta quinta ola, la situación actual es muy diferente a la vivida durante la tercera. Los datos de muertes, hospitalizaciones e ingresos en UCI a fecha de hoy no tienen nada que ver con los registrados en enero, y el elemento diferenciador, como apuntó este martes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, es la vacuna.
Las cifras hablan por sí mismas. El 18 de enero, España presentaba una incidencia de 689 casos por 100.000 habitantes, similar a la actual, de 644. Aquel día Sanidad sumó 455 fallecidos, los hospitalizados eran 23.184 y los pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos ascendían a 3.287. Ahora, esos parámetros se han reducido sustancialmente: el Ministerio informó este miércoles de 18 decesos, con 7.255 ingresados y 1.180 personas en la UCI. La diferencia es clara.
También es distinta la repercusión que esta quinta ola ha tenido en las comunidades autónomas respecto a la tercera. Así, actualmente hay regiones con una situación epidemiológica equiparable a la de enero, mientras que otras atraviesan una coyuntura más favorable y algunas notifican incidencias muy superiores.
Una de las comunidades autónomas en las que la diferencia es más notable es Cataluña, que en esta quinta ola ha multiplicado por dos el máximo de la incidencia de la tercera. Este indicador alcanzó el pasado martes los 1.240 casos por 100.000 habitantes, frente al tope de 654 del 21 de enero.
En una situación similar se encuentran Canarias (373), Cantabria (617) y Navarra (925), que casi han duplicado la incidencia registrada en la tercera ola.
En el extremo opuesto se encuentra Castilla-La Mancha, donde la situación es mucho más favorable en estos momentos que en enero, cuando este indicador llegó a los 1269 puntos. Ahora, este marcador es seis veces inferior al de inicio de 2021, con 256 contagios por 100.000 habitantes.
Muy parecido es el caso de la Región de Murcia, que presentaba este miércoles una incidencia cuatro veces inferior a la de enero, con 322 puntos frente a los 1.382 de entonces. Este indicador es ahora mucho más bajo también en Melilla, una quinta parte, con 214 casos por 100.000 ante los más de mil de la tercera ola.
Autonomías como Ceuta, Comunidad Valenciana, Extremadura y La Rioja también viven en estos momentos una situación más positiva que en la tercera ola, con unos niveles de incidencia que suponen una tercera parte de los marcados a finales de enero y principios de febrero. Otras, como Madrid o Andalucía ven cómo este indicador es ahora la mitad que a principios de año.
Asimismo, hay comunidades que no experimentan una diferencia tan reseñable con respecto a la tercera ola, como Aragón, Asturias, Baleares, Galicia y País Vasco.
Otro indicador a tener en cuenta en la comparación de la tercera y la quinta ola es el número de casos de COVID-19 registrados en las últimas 24 horas. Así, de las nuevas infecciones comunicadas por Sanidad este miércoles, 17.611 corresponden al día anterior, una cifra que se aproxima al máximo histórico de 18.504 registrado en enero y que muestra una tendencia al alza.
Estos casos contabilizados en las últimas 24 horas forman parte de los que comunica Sanidad cada día, junto a contagios de jornadas anteriores no notificados previamente.
Fuente: 20 Minutos