Incidencia acumulada, positividad o trazabilidad. En más de un año de pandemia estos marcadores han servido para pulsar un radar epidemiológico cambiante, con sucesivas olas pero con un punto de inflexión. El avance de la vacunación, que arrancó protegiendo a los mayores y servicios esenciales y ahora llega a la población más joven, ha cambiado el enfoque del análisis de datos. Prueba de ello es que si hasta ahora la incidencia acumulada, que es el marcador más utilizado, se medía en términos generales desde hace unas semanas se divide por franjas de edad.
"El control de la pandemia se mide con varias cosas y se pretende bajar el riesgo. Estamos intentando separar la incidencia real en personas que con mayor frecuencia se van a poner enfermas y la incidencia en personas que se van a poner enfermas menos frecuentemente", señala a TVE José Félix Hoyo, médico experto en emergencias y epidemia.
A pesar de la puesta en marcha de medidas como el "pasaporte covid" para facilitar la movilidad de las personas vacunadas, que hayan pasado la enfermedad o se hayan sometido a una prueba PCR o de antígenos, la incidencia acumulada también se toma como referencia para medir la seguridad a la hora de viajar. En esta línea las cifras muestran una paradoja: España tiene uno de las datos de contagios más altos de Europa y sin embargo, hay menos fallecidos que en otros países que tienen menos positivos con lo que los expertos pronostican que indicadores de la evolución de la enfermedad como "los semáforos COVID" acabarán modificándose.
La incidencia acumulada sigue subiendo a gran velocidad, especialmente entre los jóvenes de 20 a 29 años. A nivel nacional alcanza los 537 casos, rebasando el máximo de la segunda ola, que tuvo un pico de 529 y que ha situado a varias regiones en "riesgo extremo".
Otro de los marcadores más importantes es la presión hospitalaria. A pesar del aumento de positivos, el porcentaje de ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos no alcanza el 10% en plena quinta ola, y está directamente relacionado con la campaña de vacunación.
La situación es menos favorable en Cataluña donde las UCI de los hospitales se pueden desbordar en diez días, según la directora del CatSalut, Gemma Craywinckel, que ha reconocido este domingo que se ha reaccionado tarde a la quinta ola de la COVID y ha augurado que a finales de julio los pacientes críticos pueden ser 400 o 500.
Algunos expertos sugieren monitorizar las enfermedades respiratorias para evitar que se repita una nueva pandemia o recomiendan poner el foco en otros indicadores como la atención primaria, que no se mide con ningún parámetro. "Están muy infradotados y hay que intentar mirar esos indicadores y que nos sean de mayor utilidad en cada momento", explica Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología. "No es lo mismo medir ese indicador antes que ahora. Hay que ver que zonas del sistema de salud se sobrecargan", añade José Félix Hoyo.
Médicos de Atención Primaria de Madrid han denunciado esta semana "saturación" en los centros de salud en esta quinta ola de la pandemia, con la mitad de sus plantillas de vacaciones y 1.500 plazas permanentes sin cubrir, mientras los contagios han superado los 3.100 de media diaria esta semana y 4.723 personas están en seguimiento domiciliario.
Manuel Frías, del centro Comillas de Madrid, ha cifrado "en 50-60 los positivos que estamos viendo a diario en las últimas semanas, la mayoría de 20 a 39 años. Vamos un poco agobiados, estamos en mínimos", asegura a Efe.
Fuente: Rtve