Efectividad de las vacunas contra las nuevas variantes de coronavirus. Henar de Pedro
Ahora que los países avanzan en su plan de vacunación y ponen en los sueros todas sus esperanzas en recuperar la normalidad arrebatada por la pandemia de coronavirus, preocupan las nuevas variantes que han ido surgiendo y amenazan a la efectividad de las vacunas para hacerles frente.
Británica, sudafricana, brasileña… Poco a poco han ido apareciendo nuevas cepas del SARS-CoV-2 que han ido extendiéndose por el mundo. Los expertos recuerdan que la mutación de los virus es muy frecuente, pero señalan la necesidad de prestar especial atención a aquellas que afectan al gen que codifica la famosa proteína S, llave de entrada al organismo y diana de las vacunas desarrolladas, pues "podrían condicionar cambios en la capacidad infectiva del virus y en su sensibilidad a la respuesta inmune inducida por las vacunas", según advierte el Comité Asesor de Vacunas (CAV).
De hecho, uno de los debates que ha estado sobre la mesa en los últimos meses es la posibilidad de que las vacunas que se han desarrollado -o están en ello- contra el virus, deban actualizarse frecuentemente (como ocurre, por ejemplo, con la de la gripe) para no perderle la pista al coronavirus y sus posibles mutaciones. Además, todavía no hay datos concluyentes sobre hasta qué punto perjudican estas nuevas cepas a la capacidad de las distintas vacunas de neutralizar al virus, aunque algunos estudios (hasta ahora hechos a pequeña escala) permiten hacerse una idea sobre la efectividad de cada una de ellas frente a las diferentes variantes.
La conocida como variante británica (B.1.1.7), que fue la primera en hacer saltar las alarmas el pasado mes de septiembre, es la que menos preocupa, a pesar de su mayor transmisibilidad y su posible afectación a la gravedad de la enfermedad.
Presente ya en 94 países, esta variante no parece ser lo suficientemente fuerte como para anular la efectividad de las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Novamax (todavía en ensayos clínicos), cuyos laboratorios han asegurado que se mantiene la capacidad de protección tras inyectarse ambas dosis. Eso sí, hay una mutación de esta misma variante (E484K), también presente en la sudafricana, que preocupa especialmente, pues sí que podría perjudicar a la efectividad de los sueros.
Menos esperanzadores son los datos frente a la variante sudafricana (B.1.351), que también ha presentado una mayor transmisibilidad y está presente ya en 46 países. Las vacunas de Pfizer y Moderna han detectado que sus vacunas son seis veces menos efectivas frente a esta cepa que ante la original, con la que se llevaron a cabo los estudios por los que se autorizó su comercialización. Según han anunciado ambos laboratorios, trabajan actualmente en desarrollar nuevos prototipos que neutralicen mejor a la variante sudafricana. En ello están también los científicos de AstraZeneca, pues su eficacia frente a la B.1.351 es prácticamente inexistente (del 10%, cuando en los estudios con la secuencia original demostró estar entre el 62% y el 90%).
La de Johnson & Johnson, por su parte, es la que menos reducida ve su capacidad de neutralizar al virus, aunque el porcentaje sigue siendo considerablemente bajo. Según aseguró la compañía, su vacuna -que, a diferencia de las anteriores requiere de una sola dosis- adquiere una eficacia frente a esta variante del 57% (en los estudios demostró tener un 66% de efectividad "general") en enfermedad moderada-grave. Aunque sí que anunciaron que previene la enfermedad de mayor gravedad al 85% "en todas las regiones estudiadas".
Un porcentaje parecido a la de Novamax, cuya vacuna experimenta una caída al 50% de eficacia ante la variante de Sudáfrica.
Ésta es quizás la variante del coronavirus de la que menos datos se tienen a día de hoy, aunque sí que se estima que pueda tener una mayor capacidad de transmisión. Presente en 21 países (se notificó el primer caso en España el 8 de febrero), la variante brasileña parece provocar un impacto parecido a la sudafricana en la efectividad de las vacunas, aunque los datos de los que se disponen hasta ahora no permiten sacar ninguna conclusión definitiva.
La peculiaridad de esta nueva variante es que presenta 12 mutaciones en la proteína S, entre ellas la mutación N501Y (como en la británica y sudafricana) y la E484K, "que podría estar asociada a un escape a la neutralización por anticuerpos monoclonales", según advirtió el Ministerio de Sanidad.
Fuente: 20 Minutos