LA PRESIÓN ECONÓMICA Y JUDICIAL LLEVA A LAS AUTONOMÍAS A RELAJAR LAS RESTRICCIONES

La resolución del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por el que se suspende cautelarmente el cierre de la hostelería ordenado por el Gobierno autonómico ha dado alas a la hostelería catalana, que pretende el levantamiento de las severas restricciones horarias de los últimos meses. En este sentido, el Gremi de Restauració de Barcelona anunció la presentación, ayer, de un recurso contra las medidas de la Generalitat. No es ninguna novedad. El sector ha recurrido en diversas ocasiones, aunque ha sido en vano. Esta vez espera que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya se guíe por los argumentos que ha expresado su homólogo vasco.

El TSJPV suspendió el martes de forma cautelar la clausura de la hostelería que afectaba a los municipios con mayor incidencia de la infección. A grandes trazos, el auto judicial indica que, con las medidas de protección adecuadas, la hostelería “no parece un elemento de riesgo cierto y grave para la salud pública” y argumenta que los perjuicios económicos son desproporcionados respecto a los beneficios sanitarios. La Sala tardó cinco días en pronunciarse a instancias del recurso de diferentes organizaciones.

“El País Vasco abre una ventana de oportunidad a que el TSJC analice la proporcionalidad de las decisiones del Govern y que se ajusten a derecho”, razona Roger Pallarols, director del Gremi, y reclama que la Sala “atienda el grito de auxilio de los restauradores”. En recursos precedentes, el Gremi ha aducido que no hay pruebas de la influencia de la restauración en la propagación de la epidemia. Hasta el 21 de febrero, cuando el Govern revisará las actuales medidas, la restauración catalana habrá estado sometida a severas restricciones durante 60 días. Los establecimientos han podido abrir de 7.30 a 9.30 horas (hasta las 10.30 desde el pasado lunes) y de 13 a 15.30 horas (una hora más desde el lunes). Para poder estabilizar el sector, el Gremi considera ideal poder ofrecer también cenas en los locales, con un retraso del comienzo del toque de queda (ahora a las 22 horas), un aforo mínimo del 50% en los interiores y sin limitación, salvo la distancia entre mesas, en las terrazas. Para Pallarols, la leve relajación que se aplica desde el lunes no es más que una “limosna electoral”. Una ampliación de horarios del todo insuficiente, según la Federació d’Associacions d’Activitats de Restauració i Musicals, que tiene recursos pendientes de resolución judicial.

Los hosteleros catalanes no son los únicos que exigen su apertura en base a la sentencia del País Vasco, que ha proporcionado a los propietarios de bares y restaurantes de las comunidades con las medidas más restrictivas (no solo para este sector, sino para otros como gimnasios y comercios) un rayo de esperanza para exigir abrir sus negocios. Las concentraciones se sucedieron ayer en Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia o Extremadura, mientras la plataforma La Hostelería de Todos, creada para impulsar una macro demanda para reclamar al Estado y las autonomías indemnizaciones por los cierres, aseguraba que esa sentencia demuestra que las administraciones han “ninguneado y estigmatizado al sector”.

Roger Pallarols

“El País Vasco genera una ventana de oportunidad para revisar las decisiones”

Tan enervados están los ánimos que la Asociación Hostelera de Castellón anunció ayer una protesta que consistirá en la apertura de sus establecimientos el 16 de febrero, día en el que ya se habría cumplido el primer plazo del último paquete de restricciones aprobado por la Generalitat Valenciana.

La presión de este colectivo empieza a hacer mella en los gobiernos regionales que, ante el descenso de contagios, ya apuntan a levantar algunas restricciones. Es el caso de Extremadura, la comunidad que tras la Navidad (cuando apenas adoptó restricciones) estuvo semanas a la cabeza de contagios, y que acaba de anunciar que desde mañana relaja las medidas. Así, bares y restaurantes, hasta ahora cerrados, podrán abrir de 7 a 18 horas con reducción de aforo. Además, se relajarán los cierres perimetrales.

Madrid, que mantiene la hostería abierta, ya ha anunciado que mañana, si la situación epidemiológica sigue a la baja (tiene una incidencia de 711 casos por 100.000 habitantes), retrasará el toque de queda de las 22 a las 23 horas, permitiendo a los bares que estén abiertos hasta esa hora. Así lo indicó el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, quien, sin embargo, no hizo mención a la grave situación de las ucis de los hospitales madrileños, con la mitad de sus camas ocupadas por pacientes covid.

Castilla-La Mancha, por su parte, ha decido levantar “muy poco a poco” las restricciones que desde enero mantienen toda la hostelería cerrada. Hoy se reúne el Gobierno de Emiliano García-Page y es probable que permita la apertura de las terrazas, con aforos controlados. Page justificó sus estrictas medidas en la necesidad de salvar vidas. “Los muertos de hoy los tenemos que llorar tanto como los muertos de la primera ola; se merecen los mismos crespones negros”, indicó.

Ministerio de Sanidad

“En dos ocasiones nos relajamos y el virus volvió a hacerse fuerte”

Igual de prudentes se han mostrado los presidentes de Galicia y Andalucía, que temen rebrotes en primavera, con la amenaza (real) de la expansión de la variante británica (más transmisible y probablemente más letal) si se levantan demasiado rápido las medidas.

En este sentido, desde Sanidad se insiste en que se mantengan las medidas todo lo posible y se vayan relajando poco a poco, para bajar la incidencia acumulada hasta los 50 o 100 casos por 100.000 habitantes, mientras se acelera el ritmo de vacunación. “En dos ocasiones nos relajamos y el virus volvió a fortalecerse. No lo hagamos una tercera vez”, insisten.

Fuente: La Vanguardia