Varias personas hacen cola ante una oficina de empleo en Palma de Mallorca. CATI CLADERA/EFE
La pandemia rompió con la recuperación laboral que España inició en 2014. 2020 acabó con menos empleo y más paro por primera vez en los últimos seis años. Hubo 360.105 afiliados menos y 724.532 desempleados más registrados en las oficinas públicas, según los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social. Y la caída podría haber sido mucho mayor: los ERTE, la medida estrella que el Gobierno puso en marcha para amortiguar el golpe y que afectaba en diciembre a una media de 782.915 personas, así como otras ayudas han evitado un impacto mucho mayor.
Los seis años de recuperación todavía no habían cerrado las heridas de la crisis anterior, la que estalló con la burbuja inmobiliaria. Se rozaba ya el nivel de empleo anterior, sin embargo el paro seguía siendo muy alto. Y en ese momento llegó el coronavirus y las medidas sanitarias para frenarlo (confinamientos, cuarentenas, restricciones a la actividad) que golpearon la economía. En apenas mes y medio, lo que va del 15 de marzo a finales de abril, se evaporaron casi un millón de puestos de trabajo. Luego se han encadenado ocho meses con ganancias de afiliación, como este pasado diciembre, en que la Seguridad Social ha contado 26.432 cotizantes más con empleo. Pero esta mejora ha sido insuficiente para llegar al nivel previo a la pandemia. Los 19,048 millones de afiliados recogen una caída del 1,86% respecto al año anterior.
También en el paro registrado se aprecia la ruptura de la recuperación. Su nivel todavía era alto al llegar la pandemia. En ese lustro largo, España no había conseguido bajar de los tres millones. Cuando llegó la covid, se estaba cerca de romper ese suelo. Pero la pandemia disparó la cifra de parados. Diciembre ha acabado con 36.825 personas sin trabajo más, dejando la cifra total en 3,88 millones. Ese incremento es inusual en los últimos diciembres. El paro registrado había bajado en este mes todos los años desde 2011.
El diferente comportamiento del empleo y el paro registrado en diciembre -también en el conjunto del año- puede parecer contradictoria. Sin embargo, no tiene por qué ser así. El aumento del desempleo puede estar provocado porque se incorpora más gente al mercado laboral de la que se contrata. Y en el caso concreto de la Seguridad Social y el paro registrado, también porque son estadísticas distintas: en una, la afiliación, se toma la media mensual, por ser la que mejor refleja lo sucedido a lo largo de todo el mes y en otra el último día.
Todo podría haber sido peor sin los ERTE. En diciembre hubo una media de afectados de casi 783.000, que cuentan como ocupados en todas las estadísticas y registros, no como parados. No buscan empleo, ya que tienen uno, aunque esté suspendido o su jornada reducida. Por ahora esto ha evitado, pese al desplome inicial, la sobrerreacción que el mercado laboral español ha mostrado en crisis anteriores, en las que el empleo solía caer con mucha más fuerza que la actividad.
Fuente: El País