Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa este domingo. BORJA PUIG DE LA BELLACASA LA MONCLOA
La primera o las primeras vacunas contra el coronavirus que se aprueben y lleguen a España se administrarán en 13.000 puntos de vacunación, ha anunciado esta tarde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha adelantado algunas claves de la estrategia que seguirá España cuando las inmunizaciones pasen la aprobación de las agencias reguladoras del medicamento y estén disponibles para ser distribuidas. Este proceso podría empezar “tentativamente, en enero”, ha asegurado Sánchez en una rueda de prensa tras la reunión virtual del G-20. El jefe del Ejecutivo ha remitido a la decisión de los expertos la próxima semana para conocer exactamente qué grupos de personas serán vacunados prioritariamente. Profesionales sanitarios y personas mayores, con especial foco en las residencias, estarán entre los primeros, junto con enfermos crónicos e individuos de especial riesgo por padecer patologías previas.
Los 13.000 puntos de vacunación coinciden con el número de centros de salud (3.000) y consultorios (10.000) de los que disponen actualmente los servicios sanitarios de todas las autonomías. Será, por tanto, la red de Atención Primaria la encargada de administrar las primeras vacunas que lleguen a España. Esta estrategia difiere de la anunciada por Alemania, donde cada Estado federado (länder) dispondrá de instalaciones distintas de las sanitarias para empezar la vacunación. Berlín, por ejemplo, habilitará un velódromo, un hangar de un aeropuerto o un estadio, entre otros. La red de primaria española es muy eficiente, con centros muy cercanos a la población. Pedro Sánchez ha destacado esta tarde esa fortaleza al recordar que cada año se vacuna de la gripe en España a 10 millones de personas. Este año, en solo ocho semanas, la campaña ha inmunizado a 14 millones de personas. “El Sistema Nacional de Salud está preparado”, ha dicho.
La estrategia de vacunación será “única”, ha destacado el presidente. Se acordará en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), donde están representadas todas las comunidades autónomas. El Gobierno “garantizará el acceso equitativo a la vacuna o las vacunas”, ha añadido. El plan del Ejecutivo prevé empezar con la inmunización en enero y conseguir que “una parte muy sustancial de la población pueda ser vacunada con todas las garantías en el primer semestre del año”, como ya había anunciado este viernes.
En la elaboración de la estrategia han participado, además de expertos sanitarios de las comunidades, especialistas en bioética, la Asociación Española de Vacunología, expertos en modelos matemáticos y sociología. El acceso equitativo a la vacunación está garantizado, ha añadido el presidente, gracias a la organización del Sistema Nacional de Salud en España, basado en el acceso universal y en la capilaridad de la Atención Primaria. El jefe del Gobierno ha precisado también que se creará un sistema de información y registro para el seguimiento de la vacunación. El Ministerio de Sanidad proveerá las vacunas y serán las comunidades las que deban disponer de los materiales, equipos y recursos necesarios para administrarlas.
Sánchez ha recordado que la Unión Europea ya ha firmado cinco contratos para adquirir 1.200 millones de dosis ampliables, de los que a España le van a corresponder el 10% de las dosis, en función de su población. Hasta ahora los contratos se han firmado con AstraZeneca, Sanofi-GSK, Janssen, BioNTech-Pfizer y con CureVac, este último hace solo unos días. Además, hay avanzadas conversaciones para cerrar acuerdos comerciales con otras farmacéuticas (como la estadounidense Moderna).
El presidente del Gobierno ha reconocido que las próximas navidades “van a ser diferentes a las que hemos conocido siempre”. “Este año vamos a tener que permanecer a distancia de nuestros seres queridos en vez de abrazarlos”. “La prioridad debe ser evitar una tercera ola”, ha añadido, y ha explicado que el Consejo Interterritorial está trabajando en unas recomendaciones de cara a la Navidad, que ha definido como “distinta pero segura”.
Sánchez ha indicado que el estado de alarma funcionó en la primera ola y “está funcionando en esta segunda ola”. Ha destacado también que la incidencia acumulada lleva dos semanas descendiendo y que se prevé que este lunes esté por debajo de los 400 casos por 100.000 habitantes en 14 días. “Esta es todavía una incidencia muy alta”, ha advertido, y ha recordado que el objetivo es situarla en menos de los 25 casos por 100.000 habitantes, el umbral bajo el que las autoridades sanitarias consideran que la epidemia está bajo control. La reducción de estos últimos días indica “que la tendencia a la baja es consistente y que las medidas están surtiendo efecto”, ha añadido.
El viernes pasado (el Ministerio de Sanidad no actualiza las cifras durante el fin de semana) la incidencia acumulada a 14 días era de 419 casos por 100.000 habitantes, con grandes diferencias entre comunidades. Castilla y León, con 769, casi duplica la media nacional (le sigue de cerca País Vasco, con 691). En cambio, Canarias (80) y Baleares (225) son las que menos contagios están registrando, aunque ninguna está por debajo del umbral deseable de 25. El pico de la epidemia en esta segunda ola se alcanzó el pasado 4 de noviembre, con 529 casos por 100.000 habitantes. Desde entonces ha ido bajando, aunque muy lentamente.
”Es lógico que en un país como el nuestro, en el que la Atención Primaria lleva años vacunando y tenemos tanta experiencia, sean los centros de salud y los consultorios los que se encarguen” de la campaña de vacunación contra el coronavirus, asegura Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). Pero añade que este nivel asistencial necesita aumentar las plantillas de profesionales, tanto de medicina como de enfermería —suelen ser las enfermeras las que administran las vacunas—: “La Primaria debe reforzarse en serio; llevamos meses diciéndolo y no se nos hace caso”.
Francisco Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, también explicaba hace unos días a EL PAÍS que lo más lógico es utilizar la amplia red de Atención Primaria y no optar por el modelo de tener menos puntos de vacunación y más grandes: “Si centralizas ahorras dinero, pero mandar a la gente a los hospitales o a centros especiales supone tener que desplazar a personas vulnerables, de riesgo por estar enfermas o por tratarse de mayores, además ahora con el frío. Lo ideal es que haya un dispositivo en cada zona básica de salud”.
“Vacunar es mucho más que poner una inyección”, explica Tranche. “Es priorizar la población a la que se administra, registrar que se administra, evaluar la aparición de efectos adversos inmediatos y tardíos, para lo que hay que hacer un seguimiento, comprobar contraindicaciones y alergias...”. Y todo ello, añade, además de la logística: “Distribución de las dosis, asegurar la cadena de frío y la conservación... Ineludiblemente el plan debe ir acompañado de recursos”.
Fuente: El País