La segunda ola golpea especialmente las áreas urbanas. Es un fenómeno apreciable en Madrid, pero también en las áreas de Salamanca, Girona o Vitoria: allí la incidencia del virus duplica la que se registra en el resto de la provincia. Estos datos, que tienen en cuenta los grandes municipios y sus alrededores, señalan que hay ciudades con una evolución de positivos parecida a la de Madrid.
En la capital y su área urbana se superan los 600 casos (en 14 días, por 100.000 personas), pero la situación no es mucho mejor en Talavera (505), Salamanca (504), Ciudad Real (497), Valladolid (483), Girona (474) o las tres capitales vascas (por encima de 350). También áreas de Navarra y La Rioja tienen incidencias cercanas a la de Madrid —en Pamplona es de 465 —, pero no ofrecen datos completos a nivel municipal. Son dos de las comunidades con más casos. Cabe recordar que de las 10 regiones con más virus de Europa nueve son españolas: Madrid (700, según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades-ECDC), Navarra (500), Castilla-La Mancha (398), La Rioja (390), Melilla (354), Euskadi (353), Murcia (349), Aragón (343) y Castilla y León (314).
El gráfico muestra la incidencia del virus en una treintena de áreas urbanas y en el resto de municipios de cada provincia. La denominación “área urbana” es una clasificación del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Fomento para identificar lugares que comparten servicios e infraestructuras —básicamente, una ciudad y sus municipios más cercanos—. La incidencia se expresa con el total de casos detectados en los últimos 14 días y por cada 100.000 habitantes (que es la métrica en todo el texto).
No es casualidad que en la gran mayoría de comunidades las áreas urbanas están registrando una incidencia mayor. Son el foco de esta segunda ola: “La ciudad está construida en base a la interacción, cualquier actividad obliga a desplazarse y juntarse: trabajo, estudio, ocio…”, apunta Manuel Franco, profesor de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad de Alcalá. Al salir de la desescalada, casi todas las ciudades han intentado volver a su estado natural: “Lo que habría que hacer, buscar trasladar todo al aire libre y evitar los espacios cerrados, es lo contrario al modus operandi normal de una ciudad”.
Madrid
Junio fue tranquilo en Madrid. En julio, los casos empezaron a repuntar ligeramente mientras la ciudad y sus alrededores se vaciaban por las vacaciones. Ya en agosto, el virus repuntó y multiplicó su incidencia por 15. En las primeras semanas de septiembre, el ritmo se ha mantenido y en toda el área metropolitana la incidencia en dos semanas supera los 530 casos por 100.000 habitantes. Este lunes empiezan las restricciones que afectan a unas 850.000 personas. Para comparar, en el área metropolitana de Barcelona se empezó a restringir la movilidad y a hacer recomendaciones al superarse los 100 casos a mediados de julio y se prorrogaron y ampliaron dos semanas después, con una incidencia por encima de los 200.
En el área urbana de la capital el virus crece en todos los municipios, pero de forma desigual. El extrarradio de la capital y el tradicional cinturón industrial (en el sur) tienen las mayores tasas de contagio. Los municipios de Parla, Humanes o Moraleja de Enmedio superan los 1.000 casos por 100.000 habitantes, otros como Alcobendas o Fuenlabrada superan los 800. En la capital, la incidencia en distritos como Puente de Vallecas, Villaverde o Usera lleva más de dos semanas por encima de los 1.000. Para intentar frenar la transmisión la Comunidad de Madrid anunció restricciones de movilidad en 37 zonas básicas de salud.
Toledo, Ciudad Real y Guadalajara
Talavera de La Reina, Ciudad Real y Toledo son los núcleos urbanos que más casos acumulan en las últimas dos semanas. Los casos llevan subiendo sin parar desde comienzos de agosto y ahora la incidencia supera los 400 casos por 100.000 habitantes. En Toledo ya preparan los hospitales tras el colapso en atención primaria y Urgencias.
En Guadalajara hay transmisión comunitaria: la tasa de incidencia ha estado por encima de los 400 casos, con casi 800 positivos en las últimas tres semanas, y una tendencia creciente. Al superarse de forma constante los umbrales de alerta establecidos en la comunidad, esta semana se han aplicado nuevas restricciones (aforos al 50% en hostelería, cierre de residencias de mayores, entre otras).
Valladolid y Salamanca
Según el estudio serológico realizado por el Gobierno, Soria era la provincia del país con mayor seroprevalencia en la primera ola. La desescalada aquí fue lenta y se volvieron rápidamente a confinar municipios, algo que no ha impedido que la transmisión haya crecido en áreas urbanas como las de Valladolid y Salamanca. A principios de mes se impusieron allí restricciones similares a las de la fase 1, pero la incidencia quincenal ronda aún los 500 casos por 100.000 habitantes.
Bilbao, Vitoria y San Sebastián
En las capitales vascas, los casos han subido sin freno durante varias semanas. La incidencia supera los 400 casos por 100.000 habitantes en Bilbao y Donosti; y los 350 en Vitoria. En sus áreas metropolitanas hay municipios con peor situación: Barakaldo, Basauri, Getxo o Leioa, cerca de Bilbao, tienen una incidencia superior a 500, igual que Rentería o Irún en las cercanías de San Sebastián.
La incidencia alcanzó su pico en los últimos días de agosto, unas dos semanas después de que se declarara la emergencia sanitaria y se aplicaran restricciones para el ocio (limitación de reuniones, aforo y cierre de bares de copas, discotecas y locales de actuaciones en directo). Desde entonces sigue muy alta (por encima de 300), pero la tendencia está cambiando.
Barcelona
En el área metropolitana de Barcelona, la situación se ha estabilizado tras el repunte de mediados de julio. Entonces la Generalitat endureció algunas medidas, recomendando a la población no salir a la calle. La situación se mantuvo durante el mes de agosto y por el momento parecen haber controlado la expansión del virus. En algunos de los municipios más grandes del área, como L’Hospitalet, Granollers o Santa Coloma de Gramenet, el brote llegó a colapsar algún centro sanitario.
L´Hospitalet, la segunda ciudad más poblada, ha bajado a 265 casos desde los 660 de julio y entre los municipios de más de 50.000 habitantes solo Sant Boi de Llobregat supera los 300 de incidencia. Barcelona, que acaba de prorrogar las restricciones mientras reabren poco a poco algunos cines multisala, ronda ahora una incidencia de 165.
Murcia, Cartagena y Almería
La incidencia en la ciudad de Murcia ronda los 350 casos por 100.000 habitantes, parecida a la de Cartagena. En la provincia, las zonas con mayor incidencia se encuentran fuera de las áreas urbanas, una situación similar a la de Almería: es muy probable que se note la influencia de numerosos brotes registrados entre los trabajadores del campo. Un patrón que se confirma también en Lleida.
Jumilla, con 25.000 habitantes está confinado, pero no es el primer caso. En Murcia se han producido confinamientos selectivos de municipios enteros desde junio. Totana fue la primera localidad donde se restringió el movimiento de la población tras los brotes de finales de julio. Las medidas ayudaron a controlar al virus, pero desde entonces los casos han vuelto a subir y ahora la incidencia es mayor que cuando fue confinada, por encima de los 800 casos por cada 100.000 habitantes.
Las áreas urbanas tienen una tendencia algo mejor, aunque la incidencia es crítica en Lorquí, Molina de Segura o Lorca, que ha sido confinada esta semana.
Valencia
En el área metropolitana de Valencia, la situación es de relativa calma. La incidencia no llega a los 200 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. La mayor incidencia de la comunidad se registra en Denia (462). Los municipios colindantes tienen cifras bajas, aunque en Oliva o Gandía el virus lleva un mes creciendo. Otros municipios como Ontinyent o Burjassot controlaron sus rebrotes a tiempo. A comienzos de septiembre, Benigánim (6.000 habitantes) fue confinada. La incidencia, que llevaba semanas creciendo, superaba ya los 1.000 casos por 100.000 habitantes. El pasado viernes, tras una clara disminución de los casos, las restricciones se han dado por terminadas.
Al contrario que otras comunidades, la Generalitat Valenciana sigue informando a diario de dónde surgen los nuevos brotes (Madrid dejó de hacerlo a comienzos de agosto). Es una buena señal, porque puede indicar un sistema de rastreo operativo y no colapsado. Esta semana se detectaron 45 nuevos, 18 a partes iguales entre las ciudades de Castellón, Valencia y Alicante. La pasada semana, Ayuntamiento y Generalitat han anunciado una comisión de seguimiento para el análisis de las aguas residuales de Valencia ciudad con el objetivo de detectar las zonas de mayor incidencia de la covid-19.
Sevilla y Málaga
En las áreas urbanas de Sevilla, la incidencia se mantiene baja, aunque se está notando un repunte en los últimos días. Preocupa más la situación en Málaga donde, tras el pico de positivos en la primera semana de septiembre, se ha detectado transmisión comunitaria.
Fuente: El País