El uso extendido de mascarillas no ha contenido el aumento de casos en Madrid (Dani Duch)
Tarde y mal. De esa manera califican los expertos en salud pública la gestión de la Comunidad de Madrid de una epidemia que debía haberse combatido con contundencia desde hace al menos cuatro semanas, tal y como desde distintas instituciones –incluido el Ministerio de Sanidad– se ha pedido de manera insistente y casi suplicante a la presidenta Isabel Díaz Ayuso. La evolución de los contagios, y la consiguiente presión sobre la atención primaria y los hospitales obliga a introducir con urgencia medidas más estrictas para contener el coronavirus que incluirán previsiblemente confinamientos selectivos y restricciones de movilidad, según adelantó ayer Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública de la Comunidad.
La Comunidad se plantea reabrir el hospital de Ifema ante el riesgo de que los hospitales no puedan absorber el aumento de casos en las UCI. Ayer estaban ocupadas el 38,2% de las camas de intensivos de la Comunidad, aunque se trata de una media de todos los hospitales y el porcentaje es significativamente más alto en algunos centros. Otra medida que está en estudio es la reducción de las cuarentenas de 14 a 7 días con el objetivo de favorecer su cumplimiento.
Con una incidencia de 618 casos activos por 100.000 habitantes, Madrid se ha convertido en la zona cero de la epidemia en Europa. Fuera de España, no hay ninguna región que supere los 350, según datos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
El número medio de personas a las que cada caso contagia en la Comunidad de Madrid se sitúa ahora por encima de 1,2, según un análisis del grupo de investigación Biocomsc de la Universitat Politècnica (UPC). El hecho de que sea un número superior a 1 significa que la epidemia está en expansión, por lo que el número de casos y la presión sobre el sistema sanitario continuará aumentando en las próximas semanas.
Ya en estos momentos la atención primaria se encuentra desbordada por la avalancha de nuevos casos y los hospitales han visto multiplicarse por más de nueve el número de pacientes ingresados por Covid en las últimas seis semanas. El número de fallecidos se ha multiplicado por 17 desde que el número de casos empezó a aumentar de manera sostenida a principios de agosto.
Para evitar que los hospitales se colapsen como ya ocurrió en primavera, no queda otra opción que introducir medidas más estrictas que las adoptadas hasta ahora, ya que estas han sido insuficientes para controlar la epidemia, señalan los expertos en salud pública. Aun así, estas medidas pueden estar llegando demasiado tarde para proteger los hospitales y ser insuficientes, ya que la Comunidad tiene transmisión comunitaria descontrolada en casi todo su territorio, especialmente en la gran urbe.
Nueve días después de que Madrid adoptara nuevas medidas como la prohibición de reuniones de más de diez personas y reducciones de aforo al 50% en las barras de los bares, y de que se haya constatado su escasa eficacia, los responsables regionales de salud pública tomaron ayer la decisión de confinar los barrios y municipios donde la incidencia es más alta.
En la decisión no participó la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, que fue informada de ella por WhatsApp, según fuentes regionales. El confinamiento fue anunciado en rueda de prensa por el viceconsejero Antonio Zapatero después de que la presidenta no contestara al watsap. Posteriormente, fuentes del Gobierno de la Comunidad advirtieron que la decisión no está tomada.
Mañana está previsto que se anuncien las medidas concretas a adoptar, que según fuentes de la salud pública madrileña van en la línea de un confinamiento perimetral de los barrios con incidencias más altas como Puente de Vallecas, Usera, Carabanchel y Villaverde –que superan los 1.000 casos activos por 100.000 habitantes–, así como localidades del sur como Parla o Fuenlabrada. Tampoco se descarta la limitación de salir a unas horas determinadas ni reducir los horarios comerciales y de la hostelería, así como establecer un aforo máximo en el metro, autobuses y cercanías.
Algunas de las medidas que están encima de la mesa podrían vulnerar los derechos individuales de los ciudadanos por lo que sería preciso la declaración de un estado de alarma, algo que la Comunidad debería solicitar al Gobierno central y a lo que se opone en este momento la presidenta Díaz Ayuso. Fuentes del gobierno regional creen que la justicia no vetará las medidas que adopten, después de que se haya interpretado como “un patinazo” la polémica decisión de un juez de revocar la prohibición de fumar en espacios públicos si no se puede mantener la distancia de seguridad.
“Sería conveniente que las medidas incidieran también en el diagnóstico de casos, el rastreo de contactos, el aislamiento de positivos y el cumplimiento de las cuarentenas. Esta es la receta universal que funciona en los lugares que controlan la epidemia”, declaró ayer Antoni Trilla, epidemiólogo del hospital Clínic de Barcelona y miembro de la Comisión Asesora de Covid-19 del ministerio de Sanidad.
Según denuncian los profesionales sanitarios, la atención primaria, sobre la que recae el diagnóstico de la mayoría de los casos, está ya colapsada. En Madrid, cada profesional tiene una media de 80 pacientes, lo que impide que puedan hacerse cargo de todos los casos positivos de Covid.
En cuanto el sistema de rastreo, ha sido casi inexistente en la Comunidad desde el inicio de la epidemia. Pocos son los contactos estrechos de un caso positivo que han recibido la llamada de un rastreador para hacer un seguimiento. Ante esta situación, los confinamientos de los asintomáticos o presintomáticos han sido testimoniales.
La situación de Madrid afecta a las comunidades limítrofes de Castilla-La Mancha y Castilla y León. Especialmente a la primera, que tiene un flujo diario de viajeros de 300.000 personas con Madrid. El presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, ha sido uno de los que con más inten-sidad ha solicitado medidas contundentes en la capital. “De nada sirve que decretemos una fase 2 a localidades como Seseña si a unos pocos kilómetros, en Parla, no se hace nada”, explican fuentes de este Ejecutivo.
Fuente: La Vanguardia