Un grupo de jubilados charlan en la calle. Óscar Chamorro
Menos jubilaciones anticipadas y más trabajadores que deciden alargar su vida laboral hasta los 67 años o incuso más allá. Ésta ha sido siempre una de las grandes medidas de reforma del sistema de pensiones que el actual ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha defendido - incluso antes de su entrada al Gobierno, durante su etapa al frente de la AIReF- para tratar de contener el gasto y aumentar los ingresos. Y ayer, en su comparecencia ante la comisión del Pacto de Toledo, volvió a hacerlo, pero sin profundizar.
La cuestión es: ¿cómo se va a conseguir aproximar la edad efectiva de retiro, que en la actualidad está en 64,6 años, para que converja con la edad legal (65,8 en 2020 pero 67 años ya en 2027)?
La propuesta que tiene encima de la mesa el ministro es «corregir los elementos distorsionantes de la regulación de las jubilaciones anticipadas», es decir, cambiar el modelo actual que, a su juicio, «no está bien diseñado», a la vista del «exceso de jubilaciones anticipadas voluntarias», según aclaró Escrivá hoy en una entrevista en Onda Cero. Las cifras así lo corroboran: uno de cada seis jubilados se retira antes de tiempo voluntariamente e incluso cuatro de cada diez jubilaciones se producen antes de la edad legal.
¿Cómo se desincentiva en la actualidad las prejubilaciones? Existen unos coeficientes reductores que formalmente son del 8%, es decir, por cada año que se adelante su retiro se le reduce un 8% su base reguladora, que es sobre la que se calcula la prestación final, pero que de facto, «para muchas personas», esa reducción se sitúa en el entorno del 2-3%, lo que es «un desincentivo bajo», según admitió el ministro. Por ello, lo que pretende Escrivá es que el coste de jubilarse antes de la edad que le correspondería sea siempre una reducción del 8% por cada año de adelanto, según reconoció.
En la comparecencia del Pacto de Toledo el ministro puso ejemplos de prejubilaciones voluntarias y las consecuencias que tiene para su prestación. Así, para las rentas más altas, es decir, aquellas que cotizan el máximo (48.841 euros al año) el coeficiente reductor que se le aplica es del 2%. Sin embargo para un cotizante de base media (19. 200 euros anuales) y más de 44,6 años cotizados, la reducción por cada año de adelanto sube hasta el 6,5%. Si esa persona que cotiza por la base media solo ha cotizado durante 36 años, la merma anual en su pensión sería del 8% anual, que es el coeficiente reductor que existe, pero que no se aplica en la mayoría de los casos. Así, la idea que baraja el ministro es que adelantar un año la edad legal de retiro se penalice con el 8% de reducción real, sobre todo para las rentas más altas.
«Hay margen para que haya menos jubilaciones anticipadas voluntarias», aseguró Escrivá, precisamente en un momento en el que las previsibles fusiones bancarias auguran una avalancha de prejubilaciones, principalmente de las rentas más altas, que son en la actualidad las que menos se penalizan.
Fuente: El Comercio