Un pub inglés de Benidorm cerrado ayer, un domingo de julio (Manuel Lorenzo)
El Gobierno de Pedro Sánchez intenta a contra reloj frenar el veto turístico impuesto este fin de semana por el Reino Unido, que someterá a una cuarentena de catorce días a todos los viajeros que lleguen al país procedentes de España ante la evolución de la pandemia. La medida amenaza con dar la estocada definitiva a la ya complicada campaña de verano, en la que el sector del turismo se juega gran parte de su supervivencia y la pérdida de miles de millones de euros –más de 43.000 millones solo entre marzo y junio, según los últimos datos difundidos por Exceltur–.
El mayor turoperador europeo, el grupo anglo-alemán TUI, ha cancelado sus rutas a la Península hasta el 9 de agosto, si bien seguirá volando desde hoy a Canarias y Baleares. Compañías como EasyJet, Vueling o British Airways mantenían ayer los vuelos programados. Es en las islas donde el Gobierno español concentra ahora sus esfuerzos diplomáticos, intentando a toda costa que el Reino Unido las excluya de la cuarentena obligatoria. La titular de Exteriores, Arancha González Laya, defendió ayer “la especificidad” de Canarias y Baleares, “territorios insulares, muy controlados” y donde los datos epidemiológicos “están muy por debajo de los datos epidemiológicos en el Reino Unido”. “Las discusiones continúan con las autoridades británicas; lo estamos haciendo en concierto con los gobiernos autonómicos de Canarias y Baleares y esperamos que todos estos contactos den sus frutos en breve”, señaló González Laya minutos antes de tomar un vuelo rumbo a Turquía y Grecia, en un viaje previsto con anterioridad.
La ministra mantuvo una conversación con su homólogo británico, Dominic Raab, tras producirse el anuncio del veto a España el sábado por la tarde. La negociación entre el Gobierno español y el de Boris Johnson sigue abierta, aunque ayer el gabinete británico negó toda posibilidad de cambiar su posición. “Entiendo que es un trastorno para los afectados que están en España o se planteaban ir, pero debemos ser capaces de actuar de forma rápida y decisiva para proteger al Reino Unido”, dijo Raab en declaraciones a los medios de su país.
Los británicos son el mayor mercado emisor de turistas para España por delante de alemanes y franceses. En el 2019 visitaron el país más de 18 millones de viajeros procedentes del Reino Unido, que gastaron 17.986 millones de euros, según datos del INE. Un contingente de turistas del que dependen especialmente Canarias, la Costa del Sol, la Costa Blanca y Baleares. En Catalunya, la comunidad autónoma que más turistas extranjeros recibe cada año, los británicos suponen el segundo grupo de viajeros por volumen por detrás de los franceses, cuyo Gobierno también ha recomendado no cruzar la frontera.
El veto del Reino Unido ha caído como una bomba en el sector, que teme un colapso económico este verano. Las cancelaciones de reservas en España ya se habían disparado hace una semana ante el aumento de los rebrotes de coronavirus y su gestión, pero el sector esperaba salvarse del desastre con el turista británico. Una esperanza que ahora se ha esfumado.
Las patronales turísticas de Canarias, Baleares o Costa del Sol salieron ayer en tromba a mostrar su “decepción” con la decisión del Reino Unido, que muestra España como un destino peligroso para todo el mundo. “Esto puede ser el colapso”, advirtieron desde Canarias. El presidente del Gobierno insular, Ángel Víctor Torres, pidió instaurar corredores turísticos “seguros” con Reino Unido y señaló que continúa “trabajando de forma intensa” para que levante la cuarentena a las islas.
El presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, también aseguró estar haciendo gestiones con el Gobierno británico para que revoque la medida al menos en la Costa Blanca. “La decisión no parece justificada con los datos objetivos existentes en la actualidad”, dijo Puig. El president valenciano insistió en que las comarcas de la Comunitat, particularmente de Alicante, receptoras de turistas británicos tienen una incidencia de Covid “inferior a la propia Gran Bretaña”. En Benidorm, por ejemplo, los británicos representan el 40% de turistas y la ciudad ya se había preparado para la llegada de miles de estos viajeros. Su alcalde, Toni Pérez, exigió al Ejecutivo que rectifique y no cree “destinos de primera y segunda, favoreciendo a los archipiélagos” frente a la península.
Por su parte, el vicepresidente del Govern catalán, Pere Aragonès, intentó salir al paso de los grandes brotes de Barcelona y Lleida y afirmó que viajar a Catalunya continúa siendo “seguro” si se siguen las recomendaciones sanitarias adecuadas. Con todo, la recomendación de Francia de no desplazarse a Catalunya ya está teniendo un fuerte impacto: el tráfico en la AP-7 a su paso por La Jonquera era el sábado un 53% inferior al mismo sábado del 2019 y los hoteleros reciben un alud de cancelaciones.
Al Ministerio de Exteriores se le acumula el trabajo. La lista de países que aconsejan a sus ciudadanos no viajar a España o que anuncian cuarentenas crece día a día y ya son ocho. Francia, Noruega o Bélgica se encuentran entre ellos. Alemania, el otro gran país emisor de turistas, no ha impuesto de momento ninguna medida específica para los viajeros procedentes de España aunque el ministerio de Exteriores recomienda evitar zonas como Catalunya o Aragón.
“España es un país seguro, al igual que otros países europeos, tiene rebrotes”, insistió la ministra de Exteriores, que destacó el esfuerzo por “controlar” los contagios. En la industria de los viajes, con todo, ya se habla de “desastre sin paliativos”.
Fuente: La Vanguardia