Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, este lunes en Davos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanza una señal de alerta para la economía española: la desaceleración de la demanda interna y de las exportaciones está siendo más intensa de lo previsto en octubre y sus secuelas se notarán con fuerza en el crecimiento de este año. Después de la rebaja de previsiones llevada a cabo por el organismo hace tres meses, el nuevo Gobierno se estrena con otro recorte del crecimiento hasta el 1,6% para este año y el que viene, dos décimas y una, respectivamente, menos de lo previsto en octubre.
Se trata de la mayor rebaja de previsiones entre los países desarrollados que, en general, crecerán al ritmo previsto en octubre o una décima por debajo, en el peor de los casos. Solo Japón crecerá dos décimas más de lo previsto, calcula el Fondo, pero eso apenas significa alcanzar un 0,7%. En la rebaja española también ha influido la actualización a la baja llevada a cabo por el INE en la serie la serie histórica, que no incluyó en su estimación de octubre. La nueva estadística revela que la desaceleración económica en España ha sido más aguda de lo inicialmente estimado. "La revisión estadística, un peor entorno exterior en lo que respecta a Europa y Latinoamérica y un deterioro más rápido de lo previsto de la demanda doméstica", explicaba el número dos del servicio de estudios del organismo, Gian Marie Milesi-Ferretti.
El Fondo ha presentado este lunes sus nuevas previsiones de crecimiento en el marco del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), como viene haciendo en los últimos años. Según sus cálculos, después de crecer el 2,9% en 2019, la economía mundial crecerá este año un 3,3% y un 3,4% en 2021, una y dos décimas, respectivamente, por debajo de lo calculado hace tres meses. El origen de la rebaja pasa por un comportamiento negativo "inesperado" en unas cuantas economías emergentes, pero sobre todo en la India, que crecerá este año un 5,8%, 1,2 puntos porcentuales por debajo de lo estimado. Para 2021, el crecimiento repuntará al 6,5%, todavía nueve décimas menos de lo previsto. El crecimiento en Estados Unidos se moderará del 2,3% de 2019 al 2% este año y el 1,7% el que viene, ahora que los efectos de la rebaja fiscal ya se han diluido. El crecimiento de la zona euro, sin embargo, repuntará del 1,2% al 1,3% este año, por la rebaja mencionada de España y de Alemania, donde la industria aún seguía en números rojos a finales de 2019.
El Fondo, que la semana pasaba echaba las campanas al vuelo por el acuerdo comercial, mostraba este lunes su cautela por la evolución de las tensiones comerciales. "Si la distensión entre Estados Unidos y China se mantiene, su aportación a la economía mundial se reducirá desde las ocho décimas que detrae al crecimiento desde el inicio de la guerra comercial a solo cinco décimas, por los aranceles y las medidas proteccionistas aún en vigor", recordaba Gita Gopinath, economista jefe del organismo. Gopinath ha alertado del riesgo de nuevas tensiones comerciales entre EE UU y Europa, a cuenta del sector del automóvil, y entre los países emergentes.
El FMI que preside Kristalina Georgieva reconoce la contribución a este escenario, pese a todo positivo, del cambio de sesgo en la política monetaria hacia una posición mucho más acomodaticia, un giro liderado por la Reserva Federal de Estados Unidos. Según sus cálculos, "sin ese estímulo monetario la estimación del crecimiento mundial en 2019 y la proyección para 2020 habrían sido 0,5 puntos porcentuales más bajas en cada uno de esos años", puntualiza en informe.
Y si bien el organismo observa "incipientes señales de estabilización" gracias a la distensión en la guerra comercial entre EE UU y China, el FMI no las tiene todas consigo —¿Tenue estabilización, lenta recuperación?", titula a modo de resumen su informe trimestral—. El Fondo condiciona el desempeño previsto de la economía global a que se evite tanto una nueva escalada de las tensiones comerciales, económicas e industriales entre las dos potencias y de EE UU con sus otros socios comerciales, en especial Europa, y "de que las ramificaciones económicas derivadas del descontento social y las tensiones geopolíticas permanezcan contenidas", subraya. El organismo reitera en repetidas ocasiones a lo largo del informe su preocupación por el impacto sobre el crecimiento de las protestas que se han producido a lo largo del último año en puntos tan dispares como Chile, Hong Kong, Líbano o Irán.
Para combatir todos esos riesgos a la baja, el FMI pone el acento en la necesidad de una sólida cooperación multilateral, especialmente en lo relacionado con la Organización Mundial del Comercio y la distribución de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como la lucha contra la evasión fiscal. Por el lado social, el organismo insiste en la necesidad de ampliar la inclusividad y las redes de protección social. "En esta etapa, los desaciertos en la adopción de políticas debilitarían aún más una economía mundial que ya es precaria", subraya.
Fuente: El País