El precio del combustible ha perjudicado a los ahorros de los españoles a lo largo de este 2019. Afectado por los vaivenes del valor del barril de Brent, el petróleo de referencia en Europa, el precio de la gasolina comercializada en España terminó el año pasado en mínimos de casi dos años, en los 1,21 euros por litro, mientras que cierra 2019 en los 1,30 euros de media, lo que supone una subida del 7,5%, la más elevada de la última década.
Por tanto, aquellos que cojan el coche este fin de semana para poner rumbo a su destino navideño tendrán que abonar cerca de 72 euros para llenar un depósito medio –alrededor de 55 litros– con gasolina 95, es decir, cinco euros más que hace 12 meses. Si el combustible empleado por el vehículo es diésel, el gasto se incrementará en casi seis euros, hasta los 67 euros. Con todo, el desembolso final depende siempre de la gasolinera donde se reposte, dado que la diferencia entre aquellas con precios más elevados y más baratos es considerable.
La subida del precio del diésel comercializado en España ha sido mayor en el último año (un 9,4%), aunque en vez de suponer la mayor alza en 10 años, es el incremento más elevado desde 2015, cuando sumó un 9,9%.
No obstante, a diferencia de en otras ocasiones, la cercanía de las Navidades y el aumento de trayectos en coche, y por tanto del gasto en combustible, no ha llevado a que su precio haya aumentado. De hecho, según los datos publicados por el Boletín Petrolero de la UE, en diciembre, el precio de la gasolina 95 en España ha descendido un 0,25%, lo que resultaría en un ahorro de menos de 20 céntimos por depósito, pero rompe la tendencia de otras épocas estivales. El pasado mes de julio, los precios subieron un 2,3%.
El diésel, sin embargo, sí se ha encarecido en diciembre, aunque tan solo un 0,15%, la mitad, eso sí, de lo que hizo en verano: entre la primera semana de julio y la primera de agosto se apreció un 0,33%.
A pesar de este rally que han vivido los combustibles en 2019, que ha tenido, no obstante, también sus momentos bajos, lo cierto es que el precio del Brent no ha registrado una de las mayores subidas de los últimos años: se anota un 23%, frente al 52% de 2016, aunque se recupera del desplome de 2018, cuando cedió un 19%. Lo cierto es que el precio del crudo se ha visto muy condicionado por la evolución de la guerra comercial, al igual que el mercado de divisas, de renta variable o de valores refugio como el oro. La lucha arancelaria entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, ha llevado al precio del crudo a vivir una montaña rusa cuando ambos anunciaban avances en las negociaciones o nuevos enfrentamientos que despertaban los temores a una caída en la demanda por la inestabilidad económica. Sin embargo, los mínimos del año se han situado en los 56,2 dólares por barril, lejos de los 52 dólares a los que llegó a bajar en los últimos compases de 2018.
En cualquier caso, se podría dividir el año en dos fases. Durante la primera mitad, el valor del Brent habría subido más intensamente, hasta tocar máximos de 74,6 dólares, mientras que posteriormente, la volatilidad se habría implantado en el precio de la materia prima y la habría hecho oscilar en el entorno de los 60 dólares, a pesar de la recuperación vivida en las últimas jornadas, que ha llevado al Brent hasta los 66 dólares por barril.
El mismo comportamiento se puede observar en el precio de la gasolina y el diésel en España, que subió con fuerza hasta mediados de junio, para descender ligeramente y no recuperar los máximos de 1,36 euros por litro a los que llegó a venderse la primera en España o los 1,26 euros del diésel.
En esta tendencia, no obstante habría que destacar un momento clave para los precios del crudo y, en consecuencia, para los del combustible. El 14 de septiembre, la petrolera Saudi Aramco sufrió un ataque con drones que le llevó a recortar su producción prácticamente a la mitad. Como consecuencia de esta disminución de la oferta, el Brent llegó a sumar hasta un 20% durante la jornada posterior, un alza que no se veía desde 1991, coincidiendo con la Guerra del Golfo. Sin embargo, Aramco se recuperó con rapidez y las caídas no tardaron en esfumarse. Dos semanas después, el precio del petróleo de referencia en Europa recuperó los niveles previos y los combustibles casi no lo notaron.
Por otro lado, en el último mes se ha observado también un repunte del Brent, de los 61 a los 66 dólares. Un alza tras la que estaría la aparente tregua comercial, después de que EE UU y China hayan firmado finalmente la primera fase del acuerdo, y el nuevo pacto para recortar la producción de crudo al que han llegado el cártel de países productores, la OPEP y Rusia. Pese a ello, el mercado duda de que ambas cuestiones tengan la fuerza suficiente para seguir impulsando la materia prima en 2020 debido al exceso de reservas aún existente.
España, aún lejos de la media europea
Fuente: Cinco Días