La ministra de Hacienda, María Jesús Montero este martes en la Diputación Permanente
Importante dato para la campaña electoral. El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez lega a sí mismo o su sucesor tras las elecciones del 10 de noviembre la obligación de acometer en 2020 un ajuste estructural de 6.700 millones. Estructural significa que debe ser permanente y no valen operaciones puntuales de ingeniería financiera.
El reto es colosal, porque ni siquiera con la subida de impuestos que planteó el líder socialista en sus fallidos Presupuestos de 2019 se alcanzaba ese ajuste y, además, el entorno económico es ahora muy distinto al confirmarse la desaceleración. La subida prometida a los pensionistas y a los funcionarios que son aumentos estructurales de gasto complican aún más el saneamiento de las cuentas.
Los comisarios europeos Valdis Dombrovskis y Pierre Moscovici recuerdan en su carta a la ministra en funciones, Nadia Calviño, que España debe cumplir la recomendación de la Unión Europea de sanear las cuentas y, con el plan presentado, sólo se prevé un ajuste de 1.200 millones, por lo que faltan 6.700 para llegar al 0,65% del Producto Interior Bruto solicitado.
El programa electoral del PSOE no contempla tal ajuste más allá de una difusa subida de impuestos y, sin embargo, un fuerte aumento del gasto. Según los técnicos de Bruselas otro error del plan presupuestario remitido por el Gobierno el pasado 15 de octubre es que no respeta la regla de gasto. En concreto, la rebasa en unos 13.000 millones en 2020 al cuadriplicar el ritmo de crecimiento recomendado. La Comisión Europea cree que el Estado, que gastó en 2018 457.800 millones y lo pretende elevar a 475.000 millones, cuando no debería pasar de 462.000 millones. El Gobierno alega que si no llega a ser por sus medidas de contención, el gasto no habría crecido al criticado 3,8%, sino a un ritmo cercano al 4.5%.
En cuanto a la deuda, la Comisión Europea sostiene que las propias proyecciones remitidas por el Gobierno aseguran bajarla desde el 98% actual al 88,7% en 2022 (unos 120.000 millones menos).
La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, consideró este martes subsanable el problema del ajuste para 2020, si el PSOE gana las elecciones, mediante nuevos Presupuestos para introducir «las nuevas figuras tributarias». No especificó cuáles y el programa electoral socialista deja en el aire si aplicará el castigo fiscal al diésel y la llamada Tasa Google, que son dos de las palancas que intentó en el pasado antes de la disolución de las Cortes a principios de año.
La propia Montero reconoció que, si no se hace nada, el déficit público no caerá en 2020 por debajo del 1,7% cuando el compromiso de ella misma es bajarlo al 1,1% del Producto Interior Bruto desde el listón actual,superior al 2%. Los comisarios europeos no mencionan que hayan aceptado el objetivo suavizado por el Gobierno del 2% del PIB este año, sino que ponen el acento en el ajuste estructural. Ese esfuerzo ya debería haberse producido en 2019, pero no sólo no ha habido el ajuste de, al menos, el 0,4% del PIB prometido por Calviño, sino que hay deterioro.
Fuente: El Mundo