Kaelin, Ratcliffe y Semenza (Nobel Prize)
El premio Nobel de Medicina 2019 ha ido a parar a William Kaelin, Sir Peter Ratcliffe y Gregg Semenza por su trabajo en cómo las células sienten y se adaptan a la disponibilidad de oxígeno.
El secretario del comité sueco, Thomas Perlmann, ha telefoneado a los ganadores desde el Instituto Karolinska de Solna (cercana de Estocolmo) apenas hora y media antes de realizar el anuncio a todo el mundo. "Estos tres ganadores nos han ayudado a comprender cómo esta respuesta fisiológica hace posible la vida", ha expresado el presidente en la conferencia de prensa posterior al anuncio.
Bill Kaelin, estadounidense y profesor de medicina en la Universidad de Harvard, centra su investigación en las proteínas capaces de suprimir tumores y cómo el oxígeno interviene en estos procesos.
Ratcliffe, biólogo molecular británico que ejerce en la Universidad de Oxford, es experto en comprender cómo las células actúan en situaciones de hipoxia o bajos niveles de oxígeno.
El principal mérito de Semenza, neoyorquino y profesor en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EEUU) para estar entre los tres ganadores fue su descubrimiento de la proteína HIF-1, la cual es empleada por el cáncer para sobrevivir en entornos con bajos niveles de oxígeno.
El año pasado, el Nobel fue concedido a los padres de la inmunoterapia contra el cáncer, el estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo. Fue uno de los premios más esperados por la comunidad investigadora internacional debido a la inmediata repercusión de esta terapia sobre miles de pacientes. Mucho más sorprendente ha resultado el galardón de este año.
Sin embargo no es menos merecido, dado que entender las relaciones entre oxígeno y respuestas celulares están ayudando en la actualidad a comprender mejor no sólo el cáncer sino también los infartos, las infecciones, la anemia o cómo se curan las heridas o reparan los tejidos. Es decir, que los estudios de Kaelin, Ratcliffe y Semenza van mucho más allá de la teoría.
12 mujeres han obtenido este galardón desde 1901, cuando se otorgó el primer Nobel de Medicina a Emil Adolf von Behring por su descubrimiento de la terapia sérica contra la difteria.
Fuente: El Confidencial