Dos niños cotillean una cabina electoral en Andalucía
Nada más conocerse que habrá nuevas elecciones generales el 10-N, ha prendido una campaña, lanzada a través de las redes sociales, en la que se anima a los españoles a inscribirse en el registro que impide que los partidos políticos envíen propaganda electoral por correo a los ciudadanos. Ello es posible tras el cambio en la Ley Electoral de diciembre de 2018. "También serán atendidas las solicitudes de los electores que se opongan a su inclusión en las copias del censo electoral que se faciliten a los representantes de las candidaturas para realizar envíos postales de propaganda electoral", dice el artículo 39, que trata sobre la rectificación del censo en periodo electoral.
Según el INE, el organismo a través de cuya página web se puede tramitar la petición de baja, desde que el pasado 7 de marzo se habilitó este servicio y hasta el 15 de septiembre -dos días antes de la fallida ronda de consultas con el Rey-, 112.000 españoles (el 0,3% del censo electoral) han solicitado que los partidos los excluyan del buzoneo. El periodo incluye las generales del 28-A y las autonómicas y municipales del 26-M. El dato no recoge aún el impacto que esta campaña haya podido tener.
En la instrucción que la Junta Electoral aprobó en enero pasado sobre la reforma de la Ley Electoral se establece que esta petición pueda tramitarse, además de a través del INE, en los Ayuntamientos, Consulados y Delegaciones Provinciales del Censo Electoral. La inclusión en este registro es permanente, aunque cabe la posibilidad de darse de alta de nuevo cuando se quiera. Los ciudadanos que se registren quedarán excluidos del censo electoral que se envía a los partidos con el fin de que lo usen para mailing propagandístico y que incluye estos datos personales: fecha de nacimiento, dirección postal, lugar donde vota y DNI.
Aunque la Junta Electoral aclaraba en su instrucción que esta exclusión debe ser compatible con que los partidos "puedan disponer de la lista completa de electores a efectos de votación y escrutinio, con los datos imprescindibles para la identificación del elector".
El principal argumento de quienes difunden la campaña es el enorme coste que la propaganda electoral supone. De los 140 millones presupuestados para las elecciones del 10-N, 56,5 millones (el 40,6%) estarán destinados a los gastos de Correos, aunque la partida, además del envío de la propaganda electoral incluye el de las tarjetas cenases y la gestión del voto a distancia.
Teniendo el cuenta que el censo electoral se acerca a los 37 millones de votantes, sólo con que las cinco principales formaciones envíen un carta a cada uno, supone 185 millones de sobres. Por ley, los partidos pagan 0,006 euros por cada envío. Los datos del censo electoral enviados a los partidos el 28-A fueron muy útiles para la novedosa campaña de buzoneo que realizó el PSOE, en la que envió cartas personalizadas a los votantes según su edad. "Tú ya naciste en una España que miraba hacia el futuro", decía a los jóvenes, "ahora es el momento de ponerla en marcha, de coger las riendas...".
Fuente: El Mundo