Trabajadores en una cadena de montaje de una fábrica de motocicletas.
La ralentización de la economía española empezó antes y está siendo más acusada de lo que se pensaba. Así lo constata el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ayer publicó una revisión de toda la serie del producto interior bruto (PIB) desde 1995. En ella rebaja el crecimiento del primer trimestre hasta el 0,5%, dos décimas por debajo del 0,7% que apuntó en un primer momento. Además, recorta el del año pasado: en lugar de crecer un 2,6%, el PIB solo avanzó en 2018 un 2,4%, dos décimas menos. En total casi medio punto perdido. La revisión forma parte de las que hace periódicamente la agencia estadística.
Las cifras implican que este año el crecimiento será algo menor de lo que preveían las casas de análisis. Máxime cuando el avance del segundo trimestre es un 0,48% que se ha redondeado. Es decir, indica que la inercia va poco a poco hacia abajo. “Con estos nuevos datos, el 2,2% de previsión que dan los panelistas de Funcas está desfasado. Lo más probable es que se mueva ahora entre el 2% y el 2,1%”, explica María Jesús Fernández, analista de Funcas. La revisión del primer trimestre de 2019 será confirmada y detallada por el INE el próximo 30 de septiembre.
Aunque la economía española sigue duplicando las tasas de crecimiento de la zona euro, su ritmo pierde fuelle: con un 0,5% en el primer trimestre y otro tanto en el segundo, parece difícil que este año se pueda alcanzar el 2,2% que el Gobierno tenía previsto. Y mucho menos podrá revisarlo al alza como llegó a afirmar la ministra de Economía, Nadia Calviño.
En los datos conocidos este verano se detectaba una clara desaceleración del empleo que no se había apreciado en los primeros meses del año. Aunque el consumo y los servicios domésticos resistían, la industria y las exportaciones sufrían afectadas por la incertidumbre global. En la última reunión del BCE preocupaba sobre todo el comportamiento de la economía alemana y cómo podía lastrar al resto.
Pero ahora, con los nuevos datos del INE en las manos, se empieza a ver también un cierto agotamiento del consumo de los hogares. Entre abril y junio de este año se estancó en el 0,02% trimestral, algo inaudito desde que se inició la recuperación. Y la inversión retrocedió un 0,15%.
Además, de acuerdo con el nuevo desglose de 2018, el consumo de las familias registró el año pasado un incremento mucho menor (1,8% frente a 2,3%). Empeora levemente lo que restó el sector exterior (una décima). Sin embargo, se elevó más la inversión (6,1% frente a 5,6%) y el consumo público (2,1% frente a 1,8%).
El instituto estadístico ha corregido la serie entera remontándose al año 1995. Hasta 2002 se han efectuado por lo general revisiones al alza. Pero a partir de ahí la mayoría son negativas, reduciendo el tamaño de la economía. Según explica el INE, la actualización ha tenido un impacto promedio en las cuentas del -0,4% para los 24 años que han sido recalculados.
En definitiva, los españoles producen y ganan algo menos de lo que se señalaba hasta ahora. El PIB es en estos momentos 6.055 millones de euros más bajo que en el anterior cálculo, situándose en los 1,202 billones al cierre de 2018 frente a los 1,208 billones previamente registrados.
En 2017 la economía creció un 2,9% frente al 3% que antes se había contabilizado. Y en 2016 sumó un 3% frente al 3,2% anterior. Por el contrario, en 2015 subió algo más: un 3,8% frente al 3,6% que se había apuntado. Por lo tanto, la recuperación ha sido ligeramente menos intensa de lo que se creía. En los cinco años desde 2014 hasta 2018 inclusive, el PIB creció un 13,5%, y no el 13,8% que se registraba con anterioridad. Es decir, se han recobrado tres décimas menos.
En cambio, la crisis resultó un poco menos dura, según las nuevas cifras divulgadas por el INE. Entre 2009 y 2013 el PIB cayó un 8,9%, cuando antes se había contabilizado un desplome del 9,2%. En consecuencia, la recesión fue unas tres décimas más suave. En 2010 se vivió una levísima recuperación al anotarse un crecimiento del 0,1% frente al 0% que reportaba el INE en la serie previa. Esos fueron los llamados brotes verdes que luego la crisis de deuda europea marchitó.
La actualización del INE se produce semanas después de que el Gobierno aprobara la subida del sueldo de los funcionarios para este año, que incluía una parte variable del 0,25% condicionada a un crecimiento del PIB superior al 2,5%.
Las modificaciones anunciadas ayer se deben a dos revisiones distintas de las estadísticas. Por un lado, la rutinaria que se hace conforme van llegando más datos. Y por otro, aquellas que se elaboran de forma regular, al menos cada cinco años, en coordinación con Eurostat y el Banco Central Europeo, para mejorar y modernizar los métodos de estimación y las fuentes. Para esta última, que se desarrolla de forma armonizada en toda la UE, se reabre y cambia todo el periodo comprendido entre 1995 y 2018 con el fin de evitar rupturas de la serie estadística.
Como resultado de esta actualización, la deuda pública en principio aumenta al recortarse el denominador: desde el 97,1% hasta el 97,6% del PIB. No obstante, la confirmación de este dato todavía tiene que difundirla el Banco de España el 30 de septiembre. Gracias al redondeo, la cifra de déficit público permanece igual: en el 2,5% del PIB a finales de 2018.
Pese a los cambios, también queda igual el dibujo que traza el ciclo económico. Lo que probablemente mejore será la tasa de ahorro, que estaba en mínimos históricos y que repuntará ligeramente al haberse rebajado algo el consumo de los hogares.
Fuente: El País