Fuentes del Ministerio de Trabajo han declinado comentar la sentencia, pero sí han insistido en que lo que se persigue desde este organimo y otros dependientes como la Tesorería de la Seguridad Social es «preservar el derecho de los trabajadores».
En la sentencia formada 26 folios, después de la exposición de los razonamientos jurídicos, el magistrado ha concluido que «en la prestación de servicios de los repartidores afectados por el proceso, durante el periodo al que se refiere el acta de liquidación, prevalecieron las condiciones propias de la laboralidad, lo que conduce a la estimación de la demanda».
Un resolución frunto del jucio celebrado el pasado 31 de mayo en una sesión de más de ocho horas de duración, y de las consiguientes actuaciones. El magistrado tras el examen de todo la documentación aportada y el examen de todas las declarciones ha apuntado que «los repartidores esencialmente han ejecutado un trabajo personal en unas condiciones organizadas y dirigidas por la empresa, que es la única que controla la marca ‘Deliveroo’». A juicio del magistrado, resulta «patente» la falta de una organización empresarial «en un sentido mínimamente estricto de los repartidores aisladamente considerados».
Como ejemplo de lo anterior, el titular del Juzgado de lo Social nº 19 de Madrid, ha añadido que era preciso «explicarles» la tarea a realizar, «proporcionándoles el acceso a los medios de trabajo de ser ello preciso, e incluso, formarles».
En este línea, el magistrado ha considerado probado que «lo esencial» es que una vez aceptado el pedido, el mismo había de atenderse (por parte de los repartidores) a unas «detalladas instrucciones de la empresa, sin margen apreciable de autonomía del trabajador».
ADemás, el magistrado ha abundado en la sentencia en que Roodfoods Spain S. L. (‘Deliveroo’ contaba con una «compleja organización de todas las actividades de los trabajadores» hasta el punto de gestionar las propinas de los «riders» determinando su forma de abono y su inclusión en las facturas, «que eran elaboradas por la propia empresa».
Fuente: ABC