Este lunes 1 de julio entra en vigor la nueva norma de calidad del pan que bajará el IVA a algunos tipos de panes y pretende garantizar a los consumidores la adquisición de productos de calidad perfectamente etiquetados. ¿Sabías que hasta ahora el pan normal se gravaba con un 4% de IVA mientras que el integral se sometía a un tipo del 10%?
Ahora surgen dudas como ¿bajará el precio del pan que paga el consumidor final con esta bajada de IVA? ¿Qué mecanismos de vigilancia se pondrán en marcha para asegurarse de que la nueva norma se cumple? ¿Acabará esta legislación más estricta con el etiquetado con el fraude en la publicidad del pan? ¿Fomentará una alimentación más saludable?
Con esta nueva norma el Gobierno pretende apostar por la fiscalidad positiva y fomentar el consumo de alimentos más saludables. Dicha ley ajusta los precios del pan y permite aplicar un IVA del 4% a otros tipos de panes que antes no entraban en la definición de pan común, panes más beneficiosos para la salud, como los panes integrales, los de cereales distintos al trigo y los elaborados con salvado, que hasta ahora soportaban una tributación del 10%. Se imponen además requisitos más estrictos para considerar un pan integral, se concreta la definición de masa madre, de pan artesano y se limita la cantidad de sal en la denominación de 'pan común'.
Fue aprobada en Consejo de Ministros, mediante Real Decreto, el pasado mes de abril. Según Agricultura, la norma sienta un precedente legal en las normas de calidad de los alimentos al introducir una fiscalidad positiva.
La norma de calidad del pan contempla requisitos más estrictos para considerar un pan integral, ya que exige que el 100% de la harina empleada sea integral. Se tendrá que indicar el porcentaje de harina en el etiquetado para los panes integrales o de otros cereales que no estén elaborados de forma exclusiva con este tipo de harinas.
También se concreta la definición de masa madre, que se preserva a un tipo de elaboración que limita el uso de levaduras industriales, y se establecen los requisitos para utilizar la denominación "elaborado con masa madre".
Además, se introduce una nueva definición del pan común, que incluye panes elaborados con otro tipo de harinas distintas a la del trigo, permitiendo así el uso de harinas integrales.
Pues esta es una demanda que ha hecho Izquierda Unida (IU) al Gobierno. Pide que ya que baja en IVA de algunos panes, del 10% al 4%, que esto se traslade de forma efectiva al precio final que pagamos por este alimento los consumidores.
Con este objetivo la diputada de IU Eva García Sempere ha registrado en el Congreso una batería de preguntas dirigida al Gobierno en las que pide al Ejecutivo del PSOE que "explique con claridad qué mecanismos establecerá para asegurar que la reducción del IVA se traslada realmente al precio de estos alimentos saludables, beneficiando así a los consumidores".
Este es otro de los objetivos que tiene la nueva legislación para el pan: que no se pueda vender como 'pan integral'o 'masa madre' algo que no cumple los requisitos mínimos y por tanto no lo es. Se pretende controlar y eliminar fraudes en la elaboración, distribución y posterior venta de los diversos tipos de pan. Pero para ello hay que saber qué medidas de control se van a establecer para asegurar el cumplimiento de esta nueva norma de calidad que se muestra positiva.
Además se incorpora un límite máximo en el contenido de sal del pan común para fomentar una alimentación saludable y se ordena la elaboración artesana del pan, definiéndola como un proceso donde prima el factor humano sobre el mecánico y su producción no se realiza en grandes series.
Según datos del informe del consumo alimentario en España en 2018, la compra de pan en nuestro país se redujo un 2%, cayendo hasta mínimos históricos, con un precio medio de 2,40 euros el kilo, lo que también supone una ligera caída del 0,2% respecto al 2017.
Estos retrocesos han hecho que el valor del mercado del pan disminuya un 2,2%. Las categorías del pan se dividen en pan fresco integral, normal y sin sal; y pan industrial fresco y seco. El pan fresco normal es el más consumido por los españoles con un 23,89% del consumo total; y el pan fresco sin sal el menos consumido con un 0,01% del consumo.
Los hogares dedican a la compra del pan el 5,09% de su gasto en alimentación y bebidas para el hogar, lo que supone un gasto medio por persona y año de 76,38 euros, un 2,2% menos que en 2017. El consumo per cápita de pan en 2018 fue de 31,87 kilos por persona al año, lo que se traduce en una bajada del 2%, según el informe.
Al margen de los resultados negativos, el consumo per cápita del pan industrial se incrementa tanto en la categoría de fresco (+1,5%) como en la de seco (+2,3%).
El principal canal de compra es el supermercado, donde se compra el 38,9% de los kilos, muy seguido de la tienda tradicional, en la que se adquiere un 36%, a pesar de una contracción del 5,8% del volumen. Las tiendas de descuento suponen el 12,8% del volumen, incrementándolo en un 6,7%.
El precio más asequible para comprar pan fue en las tiendas de descuento, en las que el kilo de pan costó 2,12 euros, un 11,3% por debajo de la media a nivel nacional. El más caro es el del hipermercado y la tienda tradicional con un precio de 2,68 euros el kilo.
Los gallegos son los que más pan consumieron el año pasado en toda la península superando la media en un 30%. Otras regiones con el consumo per cápita superior a la media son el País Vasco, Asturias, Castilla y León, Andalucía y Navarra.
Fuente: El Economista