La fiscalización de hasta 30.000 millones de euros de gasto público que ha llevado a cabo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) está evidenciando, por un parte, que hay una gran cantidad de recursos del Estado sobre los que existe un notable descontrol y que partidas a las que se destinan cantidades injustificadas; y por otra, ámbitos en los que ocurre justo lo contrario, esto es, que los recursos se antojan totalmente insuficientes. Y un ejemplo de esta última situación es el esfuerzo en I+D+i, en donde España es el único país de entre las cinco potencias económicas de Europa que ha reducido su inversión.
"España es el único país de la UE-5 en el que la inversión total [que tiene en cuenta la parte pública pero también la privada y la extranjera] ha caído entre 2009 y 2016, un -10,2 %, en contraste con el crecimiento de inversión total de los 28 países de la Unión Europea de un 17%", certifica la AIReF en el estudio sobre el programa de promoción del talento y su empleabilidad en I+D+i que hizo público la pasada semana.
En los datos que el organismo dirigido por José Luis Escrivá ha desarrollado a partir de las cifras de Eurostat, se observa que, efectivamente, España ha reducido su inversión total en investigación, desarrollo e innovación en el señalado periodo pero, además, en el resto de países los incrementos han sido de, al menos, el 10%. Es el caso de Francia, con un repunte del 10,3%, mientras que en Italia el incrementó fue del 12% y en Reino Unido rozó el 15%. Y en Alemania, el dato alcanzó un destacable 24%, con una aportación muy importante del ámbito privado.
En este contexto, no resulta en absoluto extraño que el nivel de inversión español esté "alejado de la media de la Unión Europea y de los objetivos H2020 [Horizonte 2020 es el programa que financia proyectos de investigación e innovación de diversas áreas temáticas en el contexto europeo]". "La inversión de I+D+i en España fue de aproximadamente 13.256 millones de euros en el año 2016, que representa aproximadamente un 1,2% del PIB, inferior al 2% de la media europea (por ejemplo, Alemania invierte un 2,9 % del PIB)", explica la Autoridad Fiscal.
Para converger con la media de Europa, por lo tanto, España debería incrementar su inversión en investigación, desarrollo e innovación en un 0,8% de su Producto Interior Bruto.O lo que es lo mismo, en unos 10.000 millones de euros.
Asimismo, la AIReF apunta que "el presupuesto total y su ejecución han caído progresivamente año tras año, limitando mucho las capacidades de actuación e implementación de nuevos programas". "Desde el año 2009 hasta el 2016, el presupuesto del Estado en I+D+i disminuyó aproximadamente un 33 % (de 9.673 millones de euros a 6.430)", explica.
Pero es que además, la Autoridad Fiscal expone que "en el año 2016, uno de cada dos euros presupuestados para I+D+i no se gastaron", esto es, que el 50% de los presupuestado no se ejecutó. La razón es el "alto peso de instrumentos en forma de préstamos, que pueden no ser atractivos en las condiciones económicas actuales", y en los que se exigen garantías adicionales y la tramitación resulta compleja, lo que limita de manera importante estas ayudas.
Con todo ello, se antoja totalmente lógica una de las conclusiones a las que llega el trabajo: "En España, destacan negativamente el porcentaje de empresas innovadoras, y el escaso número de patentes con respecto a los países de la UE-5 y con la media de la UE en cuanto al impacto del I+D relacionado con la empresa".
Fuente: El Mundo