El 5G comienza en España este sábado, gracias a un primer despliegue comercial de la operadora Vodafone, que lo extiende por 15 ciudades este día 15 de junio. La telefonía del futuro ya es parte del presente, aunque de momento con limitaciones. En unos años, servirá para que el coche frene ante un transeúnte en el que el conductor no haya reparado, así como para que un robot desarrolle una labor industrial interconectado con otras máquinas, mientras sus movimientos están dirigidos en tiempo real. Conducción autónoma, inteligencia artificial... Antes de esas actividades propias de una narración de ciencia-ficción, quedan muchas redes que desplegar, terminales móviles que vender y más de una duda que aclarar.
El concepto remite a la quinta generación de telefonía móvil. Actualmente, los móviles funcionan a partir de redes 4G, pero las transferencias de datos cada vez son más voluminosas, por ejemplo cuando se descarga el capítulo de una serie. Nuevas definiciones de vídeo como el 8K o desarrollos de realidad virtual requerirán una mayor capacidad, hacia la que avanza el 5G.
Desde este sábado, sí. Vodafone lanza en 15 ciudades su primer red comercial, presente en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, La Coruña, Vigo, Gijón, Pamplona, Logroño y Santander. Las tarifas ilimitadas ya existentes en Vodafone cubrirían estas nuevas conexiones. Sin embargo, para utilizar esta nueva tecnología, hay que tener un terminal preparado, y los smartphones adecuados se cuentan con los dedos de una mano. Son sólo tres: Samsung Galaxy S10, LG V50 ThinQ y Xiaomi Mi MIX 3. Huawei, líder tecnológico en el despliegue de redes (participa de hecho en la de Vodafone), no figura en cambio entre los fabricantes habilitados por la operadora, a pesar de que el pasado mes de febrero ésta sí la incluía entre sus primeros acuerdos.
Su caso merece mención aparte, aunque, de no haber existido las acusaciones de espionaje procedentes de la Administración de EEUU, también habría que tener en cuenta a esta compañía. La empresa ya ha adelantado a Apple en ventas globales de teléfonos móviles inteligentes, con modelos punteros como el reciente Mate X, pero sobre todo destaca en el despliegue de las redes, que en principio se sustentan sobre la infraestructura del actual 4G. De momento, el 5G no cuenta con su propio estándar tecnológico (stand alone), sino que se sostiene sobre la red ya existente (NSA o non stand alone). En el sector calculan que Huawei lleva una ventaja de entre uno y tres años con respecto a su competencia, entre la que destacan la finlandesa Nokia, la sueca Ericsson, la surcoreana Samsung y la china ZTE, que también fue señalada y vetada desde EEUU.
Precisamente este martes se ha dado a conocer el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI), una clasificación anual elaborada por la Comisión Europea en la que se recoge por primera vez la preparación para el despliegue de red 5G. España está en la zona alta de la tabla, con un octavo puesto en el grupo de los 28. Sólo están mejor posicionados Finlandia, Italia, Alemania, Francia, Austria, Letonia y Dinamarca, si bien Irlanda y Suecia igualan a España en su desarrollo. En cualquier caso, el lanzamiento de Vodafone de este sábado se limita a un voluntarioso primer paso; en el ámbito de las telecomunicaciones se cree que la extensión comercial de esta nueva tecnología no tendría lugar en la práctica antes de 2022. Vodafone va a aprovechar sus compras de espectro (90 MHz) contiguo en la banda de 3,7 GHz. Hay otras dos bandas en juego: la de 700 MHz y la de 26 GhZ, en un proceso que implicará una nueva resintonización de los canales de televisión TDT, que deben liberar la banda de 700 MHz en 2020 para que los operadores móviles que han pagado por ese espacio puedan darle uso.
El 5G puede reducir la latencia a menos de 5 milisegundos, lo que se traduce en un retardo prácticamente inexistente cuando se transmiten datos. Con esta tecnología, se podría multiplicar por 100 el número actual de objetos conectados a una red, de modo que el llamado Internet de las cosas (IoT según sus siglas en inglés) sea una realidad. Aplicaciones que requieran una conexión ultrarrápida empezarán a avanzar; por ejemplo, los coches autónomos, los videjuegos que se configuren en realidad virtual y las operaciones quirúrgicas teledirigidas en tiempo real, entre muchas otras actividades con claro impacto económico y una importancia clave para la industria, por ejemplo la de la inteligencia artificial.
Fuente: El Mundo