Los diputados socialistas aplauden la intervención de la Ministra de Hacienda.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defendió este martes los presupuestos de 2019 con argumentos estrictamente socioeconómicos para instar a ERC y al PDeCAT a que no impidan la aprobación de unas cuentas que implican más inversiones en Cataluña y, en general, una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Pero el Gobierno se resigna a que las cuentas no se aprueben. “Este Gobierno ni quiere ni puede debatir extramuros de la Constitución”, y no pondrá en la agenda “el derecho de autodeterminación”. Esa declaración de Montero deja el Presupuesto a las puertas del rechazo, ante las exigencias de los independentistas.
En las más de ocho horas de debate en el Congreso hubo un último intento de convencer a la oposición, aunque las probabilidades de éxito de los presupuestos son prácticamente nulas. La ministra Montero trató de convencer a los independentistas de que permitan la tramitación de las cuentas públicas para 2019. Si no lo hacen, dijo Montero, perjudicarán “a los catalanes en particular, y a todos los españoles en general”.
Pero las posiciones están alejadas. Salvo sorpresa de última hora, no habrá cesiones al independentismo, y por lo tanto no habrá Presupuestos y se acerca el adelanto electoral. “Este Gobierno ni ahora ni nunca va a aceptar la autodeterminación”, proclamó la ministra María Jesús Montero en respuesta al portavoz de ERC, Joan Tardà. “Les pido que reflexionen y aprueben estos presupuestos; si actúan de otra manera van a cometer un error histórico por el que van a tener que dar explicaciones a los catalanes”, subrayó. Fue inútil. A pesar de que la ministra destacó la retahíla de inversiones presupuestadas para Cataluña. Y a pesar de que Montero aludió una y otra vez a que Esquerra y PDeCAT votarán hoy de la mano con el PP y Ciudadanos.
Esa es la opción más probable: ERC y el PDeCAT podrían sumarse hoy “al bloque que pide la aplicación del 155 en Cataluña” y votar conjuntamente las seis enmiendas de devolución de los presupuestos al Gobierno. No parece fácil que cambie nada en las horas previas a esa votación, por lo que el diálogo de este martes entre la ministra y los portavoces independentistas no condujo a nada. “No fuimos nosotros los que nos levantamos de la mesa la semana pasada”, respondió el republicano Joan Tardà tras los reproches de la ministra.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, rompió el pasado viernes esas negociaciones al comprobar que el Ejecutivo catalán mantenía la demanda de negociar un referéndum de autodeterminación. Ante esa persistencia, Pedro Sánchez ordenó poner fin al diálogo, a sabiendas de que estaba firmando la sentencia de muerte de los Presupuestos y de la legislatura. El president Quim Torra reclamó a Sánchez que vuelva a sentarse a negociar: “La pelota está en el tejado del Gobierno, pero hay que hablar del derecho de autodeterminación y de un relator internacional”, informa Lucía Abellán. Con esas dos exigencias sobre la mesa, el acuerdo es tremendamente difícil. Hasta el punto de que fuentes del Ejecutivo admitían anoche que las elecciones están más cerca. La Moncloa prácticamente descarta el 14 de abril; sube enteros el 28 de abril; el superdomingo del 26 de mayo es otra posibilidad, aunque un viraje de última hora con los Presupuestos devolvería a las quinielas la opción de celebrar los comicios en otoño e incluso en 2020.
Presupuestos y Cataluña se entremezclaron continuamente en el debate, como viene sucediendo, hasta el punto que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, se vio en la necesidad de recordar a los oradores que estaban en el debate sobre las cuentas del Estado.
Hasta el último momento la ministra pidió a los independentistas que rectificaran. Y Esquerra y PDeCAT reiteraron la petición de que el Ejecutivo vuela a dialogar. El portavoz del PDeCAT, Ferran Bel, pidió desandar el camino y volver a la mañana del jueves; al momento en el que, a su juicio, la conversación con el Gobierno conseguía abrirse paso. “Si prosperan las enmiendas a la totalidad no es por responsabilidad del PDeCAT ni de ERC”, se defendió Bel. El Gobierno no soportó “las presiones”, aventuró el portavoz en referencia a la concentración convocada el pasado domingo por el PP, Ciudadanos y Vox en defensa de la unidad de España y contra “las cesiones” del Gobierno de Sánchez al independentismo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asistió a todo el debate como testigo silencioso y solo dejó traslucir muy ligeramente sus impresiones por algún que otro gesto de aprobación o censura. Y no aprobó precisamente esa afirmación de Bel.
PP y Cs —que también han presentado sendas enmiendas a la totalidad— exigieron elecciones en un debate bronco, fruto de la crispación de los últimos días. Sin embargo, no citaron el conflicto con Cataluña los autores de las otras dos enmiendas, Coalición Canaria y Foro Asturias; sus argumentos para pedir la devolución de las cuentas fueron el supuesto maltrato que sufren sus comunidades. Con especial virulencia se expresó la diputada Ana Oramas, que acusó a Pedro Sánchez de “despreciar” a Canarias. El portavoz de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, se decantó por un tono más relajado y anunció que se abstendría en la votación.
Entre los portavoces que sí apoyaron a Montero destacaron los de Compromís y Podemos. El valenciano Joan Baldoví pidió a los independentistas que retiraran las enmiendas a la totalidad y permitieran la tramitación, para dar la oportunidad de presentar enmiendas parciales y mejorar las cuentas. Montero abrió también esa puerta de las enmiendas parciales: “Con estos Presupuestos, ¿Cataluña estará mejor o peor?”, preguntó a los independentistas tras un largo debate en el que la ministra bregó en solitario con los secesionistas y la oposición. El Ejecutivo se resignaba anoche al no salvo improbable volantazo de última hora. La votación será alrededor del mediodía: la legislatura puede tener las horas contadas si el rechazo a las cuentas se mantiene.
Fuente: El País