Méndez de Vigo cree que no es una buena noticia ya que a su juicio "el conocimiento y uso de diferentes idiomas en una sociedad es algo que sirve para vertebrar a un país y demuestra la riqueza cultural de una nación, tal y como sucede en España".
"En Estados Unidos hay 50 millones de hispanohablantes y el español es una lengua que, durante siglos, ha ayudado a cohesionar la multicultural sociedad norteamericana", ha afirmado.
Para Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, es un gesto "simbólico pero grave" porque "no presagia cosas buenas".
"A mí, el gesto, porque es un gesto simbólico, me parece grave porque hay que tener en cuenta que Trump es el presidente de todos los estadounidenses y hay un 18% de la población que habla español y el 95% de ellos considera que es muy importante que ellos, sus hijos y sus nietos, sigan hablando español", ha argumentado García de la Concha.
Ese porcentaje del 18%, ha dicho, alcanzará el 23,4% en 40 años, es decir, "casi la cuarta parte" de los estadounidenses.
"La fidelidad de los latinos, de los hispanos, a esa lengua no debe ser algo que un país, sobre todo uno que se ha hecho con inmigrantes de todas las partes, adopte ahora una línea totalmente contraria a la que están adoptando todas las naciones, es decir, el plurilingüismo".
"Nosotros no vamos a pararnos. Vamos a continuar, y el Cervantes, del brazo de todos los países iberoamericanos y respaldados por 65 grandes universidades, vamos a volcarnos en Estados Unidos, pero no buscando pelea sino el diálogo", ha añadido.
"Expulsión de las minorías"
Por su parte, el director de la RAE, Darío Villanueva, afirma que la decisión del nuevo presidente de EEUU cumple "desafortunadamente" las previsiones "más negativas" y es "un retroceso notable", aunque sea "simbólico".
"Es un retroceso notable la realidad en Estados Unidos en los últimos decenios: hay una presencia cada vez más firme del español, con un número elevadísimo de hispanohablantes procedentes, en su gran mayoría, de Hispanoamérica", ha subrayado el director de la Real Academia.
Villanueva no ve la forma de hacer "una protesta oficial" pero recalca que en este asunto "no tiene interés solo el Gobierno español sino el de 22 países más, y especialmente a quienes tienen una parte significativa de su población en Estados Unidos. Esta es una cuestión que tiene que ver con la expulsión de las minorías", subraya.