Llega el cambio de hora de octubre de 2018. En la madrugada del sábado 27 al domingo 28 cambia la hora, dejamos atrás el horario de verano y comienza el horario de invierno. No será en ningún caso el último cambio de hora que tengan que realizar los ciudadanos. Aunque la Comisión Europea ha propuesto acabar con estos adelantos o retrasos de hora, al menos habrá uno más, en marzo de 2019, ya que todavía en esa fecha será obligatorio regresar al horario de verano. A partir de esa fecha, tocará a los países elegir qué horario quieren, si el de verano o el de invierno. Y tendrán que avisarlo, como muy tarde, en abril de 2019.
Hasta ahora, la normativa que se aplicaba era la Directiva Comunitaria del Cambio de hora, que fijaba que el paso de la hora de verano a la de invierno se producía el último domingo de octubre en toda Europa. La normativa es obligatoria y el motivo que se aduce es el ahorro energético. Normalmente los relojes se adelantan una hora cuando arranca la primavera, y se retrasan una hora en otoño. La directiva fija que, desde el año 2002, el período de la hora de verano comenzará "en todos los Estados miembros" a la 1 de la madrugada, hora universal, del último domingo de marzo y termina en todos los Estados miembros "a la 1 de la madrugada, hora universal, del último domingo de octubre".
Tras una consulta ciudadana en Europa, la Comisión ha propuesto la supresión del adelanto de hora del último domingo de marzo. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha apoyado recientemente la eliminación del cambio de hora, aunque ha señalado que quienes deben tomar esa decisión son los países. "Los Estados, por la subsidiariedad, deben decidir ellos mismos si quieren que sus ciudadanos vivan en el horario de verano o invierno", ha dicho el líder de la CE durante un discurso.
A las 3 de la madrugada del domingo se retrasa una hora el reloj y vuelve a ser las 2. Así será en la Península, porque en Canarias, a las 2 será la 1. El cambio supone que la noche del sábado al domingo tiene una hora más.
La consulta la llevó a cabo la Comisión entre julio y agosto de este año, y fue la de mayor participación en la historia de estas encuestas. Votaron 4,6 millones de personas de los 28 países de la UE y un 84% de los votantes eligieron acabar con los cambios de hora. Entre los españoles, el resultado fue aún más claro: un 93% votó por finalizar con los cambios. Solo finlandeses y polacos superaron esta tasa, al alcanzar un 95%.
Big Ben de Londres
A partir de marzo de 2019, serán los países elegir los que elijan qué horario quieren (el de verano o el de invierno). La decisión está por tanto en manos de los gobiernos de los Estados miembros. La Comisión ha pedido celeridad en la toma de decisión para conseguir que el último cambio de hora en la UE ocurra en 2019. Además, desde Bruselas se pide también coordinación entre los Estados y ponerse de acuerdo "un buen funcionamiento del mercado interno".
¿Horario de invierno o de verano?
Según el calendario planteado por la Comisión Europea, el último cambio de hora obligatorio tendrá lugar el 31 de marzo de 2019 y los Estados miembros que deseen volver a la hora de invierno realizarán una última modificación el 27 de octubre. A partir de esa fecha no se podrán hacer más cambios. La Eurocámara y el Consejo de la UE -la institución en la que están representados los países- deben acordar y aprobar la normativa como muy tarde en marzo de 2019.
Según la propuesta de la Comisión Europea, el plazo para que Parlamento y Consejo aprueben la propuesta es marzo de 2019.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación podría alcanzar en torno a 300 millones de euros, el equivalente al 5 por ciento del total. De esa cantidad, 90 millones corresponde al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar y 210 millones restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Esta costumbre de atrasar el reloj en hora en invierno y adelantarlo en verano se empezó a usar de forma generalizada tras la crisis del petróleo de 1973. A partir de 1974, los países adoptaron horario de verano y de invierno para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad). También había otros objetivos como la seguridad vial, el aumento de las oportunidades de ocio por de la prolongación de las jornadas o, simplemente, la adaptación a las prácticas de los países vecinos o de los principales socios comerciales.
La Directiva Europea que rige el denominado 'Cambio de hora' fija que el horario de verano comienza en el último domingo del mes de marzo y que termina el último domingo de octubre.
De este modo, a partir del próximo domingo España recuperar su hora oficial, que es la de ir una hora por delante del tiempo que marca el meridiano de Greenwich (Greenwich Mean Time GMT).
El cambio de hora se realiza en unos 70 países en todo el mundo aunque Japón es el único país industrializado que no se ha adaptado aún a esta normativa. En concreto, se aplica en todos los países de Europa, América del Sur, Africa y en algunas zonas de Estados Unidos y Canadá.
Fuente: Cinco Días