Se acabaron los años de creación de medio millón de empleos. Los servicios de estudios de los principales organismos nacionales e internacionales han tomado el pulso al mercado laboral español y el diagnóstico es claro: de la mano de un Producto Interior Bruto (PIB) que empieza a perder el impulso de los vientos de cola que han soplado a su favor en los últimos años, el ritmo de crecimiento de la ocupación se frena, y la ralentización aplaza el objetivo de los 20 millones de personas trabajando en nuestro país, al menos, hasta el año 2022.
Desde el Banco de España hasta el Fondo Monetario Internacional, pasando por la Comisión Europea. Décima arriba o abajo, todos los termómetros coinciden en que los fuertes avances cercanos al 3% que ha experimentado la ocupación en los últimos tres ejercicios no se repetirán a partir de 2018.
Al respecto advierte también el Catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver. En el último Índice Manpower Group, el autor del estudio dibuja un panorama, cuando menos, preocupante para nuestro mercado laboral. Según su análisis, la economía española no alcanzará los 20 millones de ocupados inicialmente previstos para 2020 hasta dos años después, en 2022.
En el escenario más probable, este experto estima un ritmo de crecimiento del empleo del 1,8% anual hasta 2021, a razón de unos 260.000 ocupados cada ejercicio, avance que rebaja al 0,8% entre ese año y 2026, lustro en el que se sumarán 165.000 trabajadores por año.
Este comportamiento del mercado de trabajo hará posible que el periodo 2016-2026 (objeto de estudio de este índice) concluya con un nivel de empleo situado un 1,6% por encima del máximo histórico registrado en nuestro país en el año 2007. Lo que significa que habrán sido necesarias casi dos décadas para recuperarlo.
Pero la preocupación no yace tanto en las cifras, que, aunque menos pronunciada, al menos siguen pintando una senda ascendente para la generación de empleo en España. Más allá, el informe dedica un amplio apartado a la base demográfica del mercado laboral, centrándose en la reducción de la población activa y el envejecimiento acelerado del que vienen advirtiendo las pirámides que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que ponen contra las cuerdas la solidaridad intergeneracional del sistema de las pensiones y, por ende, su sostenibilidad.
En concreto, el documento afirma que la pérdida de 1,1 millones de potenciales activos y el envejecimiento de éstos en el periodo 2009-2016 continuará en esta década y calcula otros 750.000 menos hasta 2026, "salvo que se produzca una fuerte corrección a través del flujo migratorio", casi imposible de predecir.
Más alarmante aún: el colectivo de activos potenciales de entre 16 y 39 años de edad habrá perdido entre 2009 y 2026 algo más de 4 millones de efectivos, mientras los mayores de 50 aumentarán en 3,5 millones.
Cabe recordar que la tasa de actividad en nuestro país se viene manteniendo en constante aumento desde el año 1995. En 2016 fue del 73,4%, acercándonos a los vecinos del entorno europeo. Sin embargo, esta escalada que se venía produciendo durante dos décadas se romperá hasta caer al 71,2% en el año 2026, último ejercicio proyectado en este índice.
También desde los noventa, venimos asistiendo a una terciarización de los puestos de trabajo que se generan en nuestro país, en línea con una economía cada vez más orientada hacia los servicios, en detrimento del sector industrial. No obstante, de acuerdo con el informe, de 2016 a 2026 la industria recuperará terreno, pasando de aglutinar el 14,2% de la ocupación al 15,3%. Aun así, permanecerá por debajo de la media histórica: entre 1995 y 2007 el sector llegó a aglutinar el 20% del empleo en España.
Con todo, la aproximación sectorial del índice concluye que el reparto por grandes actividades económicas dentro de ocho años deparará un dibujo muy similar al de 2016, con los servicios acaparando el 74% del empleo, la industria alrededor del 15%, la construcción el 6% y el sector primario el 4%.
Y esta distribución conduce a una conclusión significativa: el arco mediterráneo -precisamente, una de las áreas geográficas españolas más activas en el sector turístico- va a acaparar más de la mitad de los nuevos puestos de trabajo generados en el periodo 2016-2026, en concreto, el 54 por ciento, con medio millón de empleados más en Levante, 450.000 en Cataluña y otros 400.000 en Andalucía.
Fuente: El Economista