¡FOLLOWENCER!Pues resulta que si en verano, influenciado por alguna mente privilegiada, te enfundas un plumas, unas botas de borreguillo, un gorro de lana y sales a la calle de esta guisa, en lugar de un “tontolaberza”, que sería lo suyo, eres un follower y él que hace la recomendación, él visionario que marca la tendencia, un influencer.