Un poema dedicado a todos los que durante la carrera os habéis dejado los cuernos y las pestañas en largas horas concentrados, día y noche, a sabiendas de que el único objetivo era hacerlo bien. Dedicado a todos los que mirabais con cierta envidia a los mejores, a aquellos que os decían “¡No te agobies. Está chupado!” y os miraban con un cierto aire de superioridad. A todos aquellos que, después de mucho sufrir, habéis conseguido girar un boli alrededor de vuestro Pulgar y ahora presumís en las reuniones de vuestras empresas. ¡Enhorabuena!
A LA PLUMA Y A MIS DEDOS
Cada vez que en verso escribo
siempre hay él que se aplica
y contando dedo en ristre,
busca el error de “metrica”
Me parece más bien triste,
aunque yo no soy Quevedo,
dar con alguien tan altivo
tan culto, pero tan lelo,
que para gozar de la vida
y obtener mayor consuelo,
tenga que utilizar un dedo
Y aquel que quiera contar,
qué parte es de Cuarteto
cuál más bien es un Soneto,
y en su cuaderno anotar.
Aquel de más culo inquieto
que del todo no se fía,
y busca en la tontería
y en la falta de respeto,
cuál es la Cuaderna Vía
o cuál sería un Quinteto,
diré que para el trabajo
¡La Silva siempre respeta
la métrica que al poeta
le subyace del carajo!
Y tiemblo al reconocer
que hay demasiada gente
que piensa que estoy demente,
que lo que tengo que hacer
es escribir por lo culto,
de Garcilaso y su pluma,
de Colón y de su dedo,
de mucha gente, que en suma
a mi me interesa un bledo.
Por pensar de otra manera
yo si tengo que escribir
no escribo como cualquiera
prefiero hacerlo primero
de la pluma, del plumero
o con el dedo cumplir,
que hacerlo sobre un fulano
que a mi me viene lejano.
Y haciendo honor a lo dicho
y dentro de mi locura
me lanzo ya a la aventura,
y lo hago por capricho.
Y , sin más procuraré,
de ambos hacer poema,
y de este modo sabré
si tiene valor escrito,
si en verdad vale la pena,
juntar la pluma y la mano
en un verso castellano.
"Como hacían antaño
hace tiempo se escribía,
con muy buena ortografía,
una carta en todo el año.
Con pluma de ave de vuelo,
con tinta de la más gruesa,
de letra perfil francesa
y sobre piel de cordero.
Las plumas tienen relato.
Primero fueran de ocas
y cuando quedaban pocas
cogían plumas de pato.
Las de cisne eran mejores
las había de colores,
más caras y duraderas,
más duras y placenteras
y un regalo singular
incluso para iletrados
que solían afirmar
que a escribir no eran muy dados
y las solían dejar
de adorno, en cualquier lugar,
como tu dedo Anular
Y es que Anular es un dedo
humilde, inútil, sencillo
que te hace sentir decente
si le cuelgan un anillo
y lo meten en el ruedo
del casorio, al más valiente.
Como anillo que llevaban,
las plumas del escribiente
que hacía que se fijaran.
Para evitar incidente
había quien le ponía
de esparto su cordoncillo,
con dos vueltas de tornillo
se apretaba y se ceñía
alrededor de la pluma
y en una sola pasada
la pluma estaba liada.
Como se puede liar,
si elevas el Anular
o elevas el Corazón,
con gesto de aprobación,
si alguien lleva razón
o te salva de un marrón.
Y nadie estaría dispuesto,
ni un acto de amor sería,
levantar y hacer el gesto
que indica una grosería,
si pretendiendo alagar
no elevamos el Pulgar
e Izamos el Corazón,
los otros dedos abajo,
y provocamos en suma
un cabreo, una caraja
Y aquí encajo la pluma
aquí la pluma ya encaja
De las de ave pasamos
a plumas de canutillo
de un mecanismo sencillo
de las que todos usamos.
y es que la pluma que ves
se desarrolló en inglés,
mejorando el mecanismo
por Walter, un aiowes,
y Parker hizo lo mismo
creando la pluma cara,
la que es un regalo exprés
¡la que todo dios regala!
La estrofa se queda coja
y pillada por los pelos
si no ligo, en paradoja,
esta pluma con los dedos
Ya que de dedos hablamos
Aunque parezca mentira
los que más utilizamos,
el Índice y el Meñique,
Y si quieren que lo explique,
lo que todos ya sabemos,
el que más mierda retira
si tratamos de limpiar
de la nariz el tabique,
nunca usamos el pulgar.
El Índice o el Meñique
son los que debes usar
Y este es dedo menudo,
escuálido y puntiagudo
caprichoso y bien pensado,
coqueto a más no poder
cuando le dejas crecer
la uña que se ha alargado
Alargado cual bastón,
el último paso que dieron
los reyes de la invención,
que en alarde de visión
de crear algo sencillo,
que permitiera escribir,
¡un auténtico utensilio!
y fácil de conseguir.
Bolígrafo lo llamaron
en honor a no sé quien,
ni tampoco sé muy bien
como coño culminaron
y unieron de esa manera
toda la tinta y la cera.
La misma que se acumula
en el pabellón del “orejo”
y retiras con premura
con un dedo de la mano
y no con el quinto ortejo,
llamado así en castellano
el meñique que lo es,
de los dedos de pies.
Con un poco de cultura
voy cerrando ya el poema
¿qué igual no ha estado a la altura?
pero ha valido la pena
Y aquí el poema remata
de una forma natural,
en Portugués o en latín,
lo que se pone al final"
¡Fin!
JSánchez