A lo largo de cerca de treinta años de vida profesional he tenido la ocasión de asistir a numerosos cursos de formación. He visto como han ido evolucionando los diferentes estilos de dirección y liderazgo. Visionarios gurús se han inflado a escribir libros, a dar conferencias y llenarse los bolsillos a costa de intentar definir aspectos tan transcendentales como “¿Eres un buen líder? ¿Un líder nace o se hace? ¿Qué aspectos definen a un líder? ¿Cuál es el mejor estilo de dirección?” y un largo etc. Del líder autocrático, paternalista, institucional o democrático, hemos pasado al líder Laissez faire, Statu quo Middle of the road style, Team style. Dicho de otra forma, el mismo perro pero con un collar inglés, más profesional pero siempre adiestrado por alguien que en su vida profesional a lidiado poco y muchas veces mal.
Nuestros antepasados, los que vivían en las cavernas, elegían a su líder basándose en su fuerza, su habilidad para matar presas o para defender al resto del grupo lo que proporcionaba mayor supervivencia y seguridad. Los clásicos, romanos y griegos, elegían a sus líderes por cuna, es decir, que dependía básicamente de la posición que sus antepasados habían alcanzado con conquistas territoriales, posición social o lametones en salvas sean sus partes al "mandamás" de turno, aportando también lo que ellos entendían como mayor seguridad y bienestar para el pueblo. Muchas tribus actuales eligen a sus líderes en función a su experiencia vital, porque dan estabilidad y seguridad ante posibles conflictos internos. Nosotros mismos elegimos a nuestros líderes por lo que entendemos pueden aportarnos a nuestras vidas. Para concretar, la mayoría elegimos a los que nos lideran pero, dentro de las Empresas, ¿quién elige al supuesto líder que va a responsabilizarse de nuestro destino laboral y de nuestro buen hacer como empleados?
En muchas Compañías de nuestro país (y auguro que del mundo) para seleccionar al líder de Equipo (jefe impenetrable para más señas) se suele aplicar el artículo 33 "¡Aquí mando yo, elijo yo y punto pelota!" lo que significa que llegará a liderar porque alguien que está en lo más alto de la cadena de mando lo ha elegido. Seguro que muchos dirán que no es tan simple, que me olvido de que en cualquier Proceso de Selección, y máxime para mandos intermedios, se aplican criterios rigurosos porque llevan sobre sus espaldas todo el peso de la Compañía, la Dirección de Equipos, su motivación, la estrategia, el mensaje, el ROI, la formación, la trasmisión de la información, la gestión de conflictos, etc, etc, etc.. y que poco o nada tiene que ver lo que planteo con la realidad. Cierto en parte. Estoy de acuerdo en que cualquier proceso de este tipo se trabaja sobre criterios de formación adecuada, proyección profesional, capacidad para afrontar retos y situaciones complejas, buen comunicador, experiencia, etc, pero tampoco me olvido que son los mismos criterios que establece la propia Compañía para ese cargo, ni de que es dificilísimo encontrar ,en el proceso de selección, un punto que valore en los candidatos en un aspecto francamente relevante ¿cómo encaja el supuesto líder con el perfil del equipo que va a dirigir? y no suele incluirse esta apreciación porque en realidad para las Empresas es secundario. Nadie le pide opinión al ganado para sacarlo a pastar… pero ojo, siempre hay que tener cuidado con las cornadas.
Da igual que el proceso lo haga directamente la propia Compañía a través del departamento de RRHH, como promoción interna-externa o que lo realice una Empresa de Selección de Personal porque la respuesta final es el artículo 33 y así, ante finalistas elegidos a dedo o filtrados ya con los criterios pertinentes, siempre elegirán a aquel que más se aproxime a su forma de ser y de pensar porque si el Director General es un Team Style, consciente o inconscientemente buscará para su Empresa el perfil más afín a él y éste será diferente al que pueda buscar un Dictatorial produce or perish style. En todo caso siempre primará el interés concreto del que elige y al Equipo le toca aclimatarse o aclimorirse.
Teniendo en cuenta esto, un líder no nace, se elige para liderar con independencia de que vaya a ser un buen líder para su equipo, lo que nos puede llevar a pensar que “cuando un líder fracasa, literalmente también fracasa quien lo ha elegido para el cargo”.
En cuanto a si un líder se hace creo sinceramente que ningún master, manual del gurú de turno, ni curso de formación premium o post de frases elocuentes convertirá a un dictadorzuelo en un líder, ni a un inútil en un físico nuclear, de la misma manera que es imposible convertir a un percebe en una gamba. Un líder solo lo será si con su trabajo consigue que su equipo lo considere como tal.
La sutil diferencia entre los líderes que rigen un país y los que nos dirigen en nuestras Empresas es que a los primeros los podemos cambiar cada cuatro años, pero el supuesto líder que rige nuestro futuro dentro de una Compañía, sea del perfil que sea, está pegado con loctite y salvo que su equipo tenga la suerte de haber dado con la horma de su zapato, tendrá que padecerlo hasta que cometa un error de bulto.
Hacer entender que en el Proceso de Selección el equipo está antes que el supuesto líder y que el grupo está antes que la persona es como decirle. en su momento, a Nerón o a Calígula que estaban como cencerros. Difícil y poco práctico.
Señores gurús del Estilo de Dirección y Liderazgo deberían pensar seriamente si no les compensaría dar un giro de 180 grados y comenzar a trabajar en nuevas líneas de actuación ¿Diez claves para conseguir que tu jefe se adapte al grupo? ¿Cómo conseguir sacar el máximo partido a tu jefe?
Puede ser un reto interesante
J.Sánchez